SOCIEDAD › VARIAS FAMILIAS DESALOJADAS POR ORDEN JUDICIAL EN VILLA CELINA

Dormir en la Plaza de Mayo

Trescientos policías los sacaron el 16 de mayo de un predio que ocupaban frente al autódromo, del lado de provincia. Acampan en la Plaza, esperando ayuda del gobierno porteño.

 Por Carlos Rodríguez

”Mamá, yo no soy ciruja para dormir en la calle.” Magdalena, de 34 años, cuenta las dificultades que tiene su hija menor, Belén Orellana, de 7 años, para asumir la nueva realidad de su familia, compuesta además por su esposo y otra hija de 13. La novedad, dolorosa, es que duermen en la Plaza de Mayo, a metros de la Casa de Gobierno. A la intemperie, al pie de la Pirámide de Mayo, o cobijados bajo las recovas de los edificios que rodean el paseo público más famoso de Buenos Aires. No están solos. Son ochenta familias, argentinas, bolivianas, paraguayas y peruanas, que viven en la calle desde el 16 de mayo, cuando fueron desalojadas de madrugada por 300 policías. Los sacaron de las casas que ocupaban en un predio ubicado frente al Autódromo Municipal, del lado de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Villa Celina. “Las tierras son del IVC (Instituto de la Vivienda de la Ciudad) y por eso estamos pidiéndole una solución al jefe de Gobierno (Mauricio Macri), pero no nos recibe. Nosotros no nos vamos a mover de acá, hasta que nos den una solución.”

Delfín Nino Tonconi, con gorrito de lana que lleva los colores de Boca y emponchado para atemperar el frío intenso de la noche que se les viene encima, habla en nombre de la asamblea que se ha reunido para analizar los pasos a seguir. La reunión es pública, en el centro de la Plaza de Mayo, pero es como si fuera secreta, porque todos hablan sin alzar la voz. “Hacía un año y medio que vivíamos todos en el barrio Vicente López y Planes, de Villa Celina. Somos personas trabajadoras y resistimos varios desalojos. En los últimos tiempos estábamos tranquilos porque uno de los directores del IVC, Víctor Colombano, nos había asegurado que iban a encontrar una solución, pero al final nos vinieron a desalojar por la fuerza y perdimos casi todo lo que teníamos.”

Las ochenta familias tienen 48 chicos, desde los tres meses hasta los 16 años. “La mayoría tiene entre 4 y 10 años”, precisa Bernardo, otro de los voceros del grupo, un joven nacido en Cochabamba que vive en la Argentina desde hace casi diez años. El desalojo de Villa Celina fue ejecutado por orden del juez de La Matanza Humberto Ochipinti, con intervención de la fiscal Susana Cañas. “Nos reunimos con el juez y nos dijo que el pedido lo hicieron las ‘autoridades políticas de la ciudad’ de Buenos Aires”, comenta Delfín Tonconi, quien de todos modos señala que “para lograr que nos fuéramos, utilizaron a algunos vecinos del barrio que no nos querían porque decían que éramos extranjeros indocumentados. Somos extranjeros, muchos de nosotros, pero estamos legales y nunca hicimos nada malo”.

“Todo parecía marchar bien. Teníamos contacto con el director Colombano y hasta nos habían pedido que presentáramos un proyecto para levantar las viviendas definitivas. Teníamos casas de madera, pero queríamos construirlas de material, para tener una vivienda definitiva. No nos dejaron. De la noche a la mañana las cosas cambiaron y de pronto nos encontramos rodeados por policías”, recordó Tonconi, rememorando las escenas del desalojo ocurrido a partir de las cuatro de la madrugada del 16 de mayo pasado. Ahora han presentado una serie de escritos en la sala de entradas de la sede del Gobierno de la Ciudad, a metros del lugar donde están acampando. “Hasta ahora, nadie nos ha dado una respuesta. Por ese motivo, estamos redactando un escrito para presentarlo ante la presidenta de la Nación (Cristina Fernández de Kirchner) porque alguien nos tiene que dar una respuesta. Es la primera vez que vivimos a la intemperie”, sostiene Bernardo, mientras la mayoría sigue en la asamblea.

Las 80 familias están nucleadas en la Asociación Civil 19 de Enero, que recuerda la fecha, del año 2007, en la que se instalaron en el predio de Villa Celina. Varias veces tuvieron que dejar sus casas, presionados por la policía, pero siempre regresaron. Las cosas cambiaron rotundamente el 16 de mayo. “Lo que pasó es que hubo una fuerte presión de parte de una agrupación vecinal denominada Cooperativa Siglo XXI. Es evidente que ellos tenían contactos políticos que nosotros nunca tuvimos ni tenemos y por eso nos pudieron hacer echar. Eso está muy claro”, insiste Tonconi.

“Desde que estamos acá no recibimos ayuda de nadie. Sólo el BAP (Buenos Aires Presente) nos trajo algunas frazadas. A nosotras, las mujeres, junto con los niños, nos quisieron llevar a los albergues que tiene el Gobierno de la Ciudad. Fuimos una noche, pero al otro día nos volvimos para la plaza. Esos lugares son muy feos y en ellos duerme mucha gente mala. No era buen lugar para los chicos”, asegura Magdalena, que también es oriunda de la ciudad boliviana de Cochabamba. Las familias se han instalado a lo largo del cerco que resguarda la Pirámide de Mayo. Sobre las rejas han colgado una serie de emblemas que se expresan por ellos. Colgaron una bandera de Bolivia y varias pancartas que dicen: “Por favor, escuche, señora presidenta” o “IVC, basta de jugar con las familias y los niños”.

“Nos turnamos para estar en la plaza. De vez en cuando, algunos nos vamos a dormir a casa de amigos o parientes, para poder bañarnos. De todos modos, siempre somos 30 o 40 personas en la plaza. No nos vamos a ir porque no tenemos vivienda y tenemos que seguir peleando”, reiteran Delfín y Bernardo. Mientras tanto, como ignorando el drama que viven, los chicos juegan sobre un pequeño escenario que hay en la plaza, a metros de la Pirámide. “Nos cuidamos entre nosotros. Mi mamá está allí, reunida, hablando con los otros padres. Yo me llamo Vanesa, con ‘V’ corta. Nosotros nunca vivimos en la calle. Es la primera vez y a veces tenemos miedo y también frío, sobre todo los más chiquitos, pero ya vamos a volver a tener una casa. Falta poco.” Vanesa, de apenas 7 años, cuida a sus hermanitos menores mientras juega, ella misma, “a que otra vez vivimos en una casa, como se debe”.

Compartir: 

Twitter

Las ochenta familias incluyen 48 chicos, agrupados sin medios alrededor de la Pirámide.
Imagen: Gustavo Mujica
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.