SOCIEDAD › EN UN GOLPE COMANDO LIBERAN A 11 PRESOS EN GLEW

Una comisaría insegura

A las 2.30 de ayer, cinco personas se presentaron en la comisaría séptima de la localidad bonaerense de Glew, en Alem 458. Llegaron en un Volkswagen Bora supuestamente para hacer una denuncia. Cuatro personas más llegaron a pie en ese mismo momento y entre todos intimidaron a los tres agentes de turno, los redujeron luego de disparar un tiro de advertencia y fueron a los calabozos. Allí rompieron el candado de una celda con una tenaza traída especialmente para la faena y liberaron a 11 presos. Uno de ellos ya fue atrapado; mientras, la policía rastrilla la zona. “Vinieron a buscar a dos de ellos que estaban por robo calificado”, aseguró ayer Juan Carlo Paggi, jefe de la Policía Bonaerense.

Al momento del ataque, sólo había cuatro policías en la seccional y estaban desarmados, según informó Paggi, “por razones de protocolo”. Poco antes había ido al lugar una médica legista para atender a un preso, que requiere asistencia regularmente y no escapó. “Fue sorpresivo, los delincuentes ingresaron a la carrera a la dependencia efectuando un disparo de arma de fuego en la guardia que, por suerte, no hirió a nadie y en cuestión de segundos se dirigieron a los calabozos, invocando los nombres de dos de los detenidos, como para ubicarlos”, detalló el jefe de la Bonaerense.

El cuarto uniformado en el lugar era el subcomisario Oscar Villasanti, quien agazapado en el patio esperó que los delincuentes abordaran el Bora y un Peugeot 206 para fugarse. En ese momento, salió por una puerta lateral, disparó contra los vehículos a 30 metros de distancia e hirió a uno de los delincuentes. Ayer Paggi destacó la acción del subcomisario porque “tras preservar la integridad de sus subordinados, persiguió a los delincuentes pese a la diferencia numérica”.

Según fuentes de la investigación, el objetivo del ataque era liberar a Gastón Ezequiel Ferrari, de 26 años, y a Sebastián Luciano Pérez, de 19. “Los dos son parte de una banda que roba casas, los habían detenido el 11 de diciembre en plena calle por una denuncia de una víctima de sus robos. Tenían encima tres armas 9 milímetros y muchos celulares”, dijo un vocero de la Bonaerense. Por otra parte, aclaró que en esa comisaría del partido de Almirante Brown había dos celdas “grandes como pabellones”: en una había once personas y en la otra dieciocho.

La lista de prófugos se completa con Leonardo Mariano Díaz, Ariel Mario Domínguez, Mariano Luciano Pereyra, Julio Sosa, Andrés Cristian Blanco, Ariel Maidana, Javier Alan Bázquez y Hugo Eustaquio Fernández. Salvo este último, de 46 años, el resto tiene entre 20 y 30 y casi todos tienen antecedentes por robo y drogas, siempre según las fuentes Bonaerenses. Anoche, un jefe policial aseguró que los atacantes liberaron a estas nueve personas adedre para generar una fuga masiva y despistar a los investigadores.

A veinte cuadras de la comisaría apareció el Bora, con ocho impactos de bala, todas disparadas por el subcomisario, y numerosas manchas de sangre. Además, en ese auto fueron halladas una escopeta 12.70, cargadores de pistola calibre 9 milímetros. El otro coche, el 206, apareció abandonado en la zona. Ayer los investigadores buscaban información en los hospitales para atrapar al delincuente posiblemente herido, también trabajaban en la identificación de los integrantes del grupo que irrumpió en la seccional, en base a las huellas levantadas de los autos.

Cerca del primer auto encontrado, fue recapturado Diego Cuenca Martínez, de 29 años, mientras continúan los rastrillajes en los partidos cercanos a la comisaría. “Fue un hecho altamente temerario”, dijo Paggi. El caso es investigado por el fiscal Juan José Vaello, del Departamento Judicial de Lomas de Zamora.

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Según los investigadores el golpe fue dado para liberar dos detenidos.
Imagen: Télam
 
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