SOCIEDAD › UN TRATAMIENTO PARA EL CANCER DESCUBIERTO EN LA ARGENTINA

Esperanza en dosis

El tratamiento consiste en administrar una droga que destruye una enzima necesaria para el crecimiento de los tumores. Ya fue probado sobre un grupo de 35 pacientes con metástasis cerebrales con resultados favorables.

 Por Pedro Lipcovich

Se descubrió, en la Argentina, una nueva estrategia contra el cáncer. Consiste en administrar, junto con la radioterapia, una droga que destruye una enzima imprescindible para el crecimiento de los tumores. El tratamiento fue ensayado ya en el Instituto Roffo, de la UBA, sobre un grupo de 35 pacientes con metástasis cerebrales –las más graves– con resultados favorables en el 87 por ciento de los casos. Como la misma droga se usaba desde hacía varios años para otras enfermedades, sus riesgos de toxicidad ya habían sido investigados, lo cual permitió pasar rápidamente del laboratorio a las pruebas con seres humanos. A partir de los resultados obtenidos, las autoridades sanitarias argentinas autorizaron una investigación más amplia, que ya se inició para pacientes con cáncer de pulmón y está por comenzar para pacientes con tumores de próstata, colon y mama. Los resultados que anticipa Página/12 se presentan hoy en un congreso en Suiza, y todos los estudios previos –parte de los cuales se hicieron en Estados Unidos– fueron publicados en revistas científicas internacionales.
Todo empezó hace tres años, como por casualidad: “Habíamos empezado a usar la droga llamada Celecoxib en un ensayo para contrarrestar la pérdida de peso en pacientes con cáncer de pulmón, pero encontramos que los tumores se reducían. Entonces, decidí preparar un protocolo de investigación, primero en laboratorio y después, desde hace más de un año, con pacientes, empezando con tumores muy difíciles de tratar, como lo son las metástasis cerebrales”, contó Leandro Cerchietti, a cargo de la Unidad de Investigación de Transferencia del Instituto de Oncología Angel H. Roffo de la UBA.
Los primeros resultados del equipo del Roffo, sobre 15 pacientes, fueron publicados el mes pasado en el International Journal of Radiation Oncology, Biology and Physics: en 13 de ellos (87 por ciento) se registraron mejorías sintomáticas; en siete de éstos, los síntomas de la metástasis cerebral desaparecieron por completo. De 13 de los pacientes se obtuvieron imágenes diagnósticas por tomografía computada o resonancia magnética: en seis de ellos (46 por ciento) se registró disminución del tumor y, en tres de éstos, la desaparición completa de la imagen del tumor, “lo cual es infrecuente en metástasis cerebrales”, señaló Cerchietti. Los investigadores del Roffo concluyen: “Nuestros datos sugieren por primera vez en todo el mundo que la radioterapia más Celecoxib es un tratamiento seguro y activo para pacientes con tumores resistentes”.
Con esos datos alentadores, el equipo del Roffo elevó la apuesta a un total de 35 pacientes con metástasis cerebrales: “Los resultados fueron similares, incluso mejores”, anunció Cerchietti, quien, por compromiso con el International Journal..., no puede detallar las cifras hasta que sean publicadas, próximamente, en esa revista especializada.
En la investigación, “hicimos al mismo tiempo la evaluación de eficacia de la droga y la de posibles efectos adversos, porque preveíamos una toxicidad muy baja, como en efecto sucedió, porque la droga, en las dosis que usamos, ya estaba autorizada para otros usos”. El Celecoxib es un antiinflamatorio que se empezó a usar hace unos cuatro años para dolores crónicos como el de la artritis reumatoidea porque afecta específicamente la enzima llamada COX-2, presente en la inflamación, sin dañar el epitelio estomacal. Poco después “distintos grupos de investigadores, entre ellos el nuestro, empezaron a estudiar la posibilidad de que tuviera efecto antitumoral”.
La droga ataca a las células cancerosas y no a las sanas porque el tumor, para desarrollarse, necesita producir la enzima COX-2, que le sirve para reparar sus propias células dañadas y para desarrollar los vasos sanguíneos propios que necesita para nutrirse.
“La formación de un tumor maligno requiere años, durante los cuales va expresando cada vez más la enzima COX-2 –explicó Cerchietti–. Cuando el tumor se trata con radioterapia, algunas de sus células sobreviven pero quedan dañadas: para reparar su ADN necesitan la enzima COX-2: administrándoles una droga que inhiba la enzima, estas células malignas no se pueden reparar, de modo que el efecto de la radioterapia se incrementa.” La combinación del Celecoxib con la radioterapia es el aporte específico del equipo argentino.
Otros grupos investigan las potencialidades preventivas de la misma droga. En el New England Journal of Medicine se publicó una investigación sobre familias en las que se registra una altísima frecuencia de cáncer de colon: se observó que la droga podía prevenir en ciertos la aparición de tumores malignos. Esto llevó a diseñar un estudio a largo plazo, en Estados Unidos, sobre 40.000 pacientes con predisposición a distintas formas de cánceres.
En cuanto al estudio argentino, vale recordar que los artículos publicados en revistas científicas de primer nivel deben explicitar si los autores reciben financiamiento de empresas comerciales. En el caso de los científicos del Roffo, es: “Investigadores independientes no apoyados por industrias farmacéuticas”. Cerchietti comentó que “siempre investigamos en forma independiente. Las compañías farmacéuticas suelen querer imponer nuevas drogas complejas y caras, lo cual no es el caso de la que utilizamos nosotros”. Los resultados obtenidos hasta el momento por el equipo del Roffo se presentaban este fin de semana en el Congreso Mundial de Investigación de Transferencia que se celebra en Lugano, Suiza.
A partir de esos resultados, la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica) autorizó un nuevo estudio con otros tumores. “Ya empezamos con tumores de pulmón y estamos listos para empezar los ensayos con pacientes que tengan tumores de próstata, colorrectal y mama”, anunció el investigador, y comentó que están en condiciones de hacerlo “gracias a la nueva área de radioterapia que incluye un acelerador lineal, el más importante del país”. Los tratamientos son gratuitos.
El director del Instituto Roffo, Roberto Pradier, precisó que “en cada caso los pacientes deben reunir los requisitos clínicos necesarios para participar en el ensayo clínico, y otorgar su consentimiento informado”, y destacó que “los proyectos que se desarrollan en la Unidad de Investigación de Transferencia han sido aprobados por comités de ética”.

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Leandro Cerchietti, de la Unidad de Investigación del Instituto de Oncología Angel H. Roffo.
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