SOCIEDAD › EL AVION SUPERSONICO NO VOLARA MAS DESDE OCTUBRE

Concorde anuncia su partida

British Airways y Air France acordaron terminar con los vuelos del Concorde a partir de octubre debido a los costos. Tras el accidente del año 2000, el avión tenía cada vez menos pasajeros.

Sin los bombos y platillos desplegados 27 años atrás, cuando se anunció el inicio de los vuelos comerciales, las compañías Air France y British Airways difundieron ayer su último acuerdo: el supersónico Concorde dejará de volar antes del 1º de noviembre ante la imposibilidad de ambas empresas de afrontar los costos de su mantenimiento. Y con el anuncio de despedida cayeron algunas lágrimas por el fin del que fuera el único medio supersónico de transporte civil del mundo y un símbolo de la entrada de la nueva Europa en la competencia tecnológica en materia de aviación.
Dos días atrás, el Estado francés, accionista mayoritario de Air France, había anunciado que respetaría cualquier decisión que tomara Air France. “Si la decisión es parar la explotación, el gobierno, como todos los franceses, derramará una lágrima que no será una lágrima de cocodrilo”, declaró el martes el secretario de Transportes, Dominique Bussereau.
Las dos únicas compañías que explotan el supersónico se pusieron de acuerdo para retirarlo definitivamente el 31 de octubre por la noche, pero Air France interrumpirá su servicio a partir del 31 de mayo y sólo lo reanudará durante esos cinco meses si el contexto económico se presta para ello, según anunció.
El Concorde efectuó su primer vuelo de prueba el 2 de marzo de 1969 y en 1976 Air France y British Airways iniciaron sus vuelos comerciales. Velocidad, seguridad, confort, un argumento cayó tras otro cuando el 25 de julio de 2000 un supersónico se fue a pique minutos después de haber despegado del aeropuerto parisino Roissy-Charles De Gaulle. Murieron 113 personas, 109 que iban a bordo y cuatro que estaban en tierra, y el prestigio del Concorde nunca pudo recuperarse. Menos aún si se tiene en cuenta que desde el 7 de noviembre de 2001, cuando tras varias mejoras técnicas del aparato las compañías reanudaron los vuelos, los supersónicos sufrieron nueve incidentes más.
Entre ambas compañías explotaban un total 12 aparatos. Según informaron fuentes sindicales de Air France esta semana, el índice de pasajeros por vuelo cayó a alrededor del 20 por ciento desde el comienzo de la guerra en Irak, descenso que se sumó al 50 por ciento que ya había bajado en los dos años previos, consecuencia no sólo del accidente en Francia sino también del atentado a las Torres Gemelas en septiembre de 2001 que duplicó los temores de los pasajeros, en su mayoría empresarios de muy alto nivel.
Para rematar la situación de un servicio que desde entonces se mantiene a pérdida, “la degradación de la situación económica a lo largo de estos últimos meses se tradujo en una disminución del tráfico de negocios que pesó particularmente en los resultados del Concorde”, declaró ayer Jean-Cyril Spinetta, presidente de Air France.
British Airways coincidió en afirmar que “esta decisión se tomó por razones comerciales, ya que el número de pasajeros disminuyó fuertemente mientras que los costes de mantenimiento del aparato iban en aumento”.
La retirada del Concorde se decidió al término de conversaciones con Airbus, sucesor de los fabricantes del Concorde, Aerospatiale y British Aircraft Corporation.
La decisión significó un cambio en las previsiones de Air France de continuar la explotación de sus aparatos hasta 2007-2008, fecha límite a partir de la cual debía llevarse a cabo una revisión total de los aviones.
El aterrizaje definitivo del que fuera el orgullo de la aeronáutica franco-británica fue un rumor durante los últimos meses y se confirmó ayer. Con esta decisión se terminan 27 años de vuelos supersónicos de París y Londres a Nueva York.
A más de 2000 kilómetros por hora, dos veces la velocidad del sonido, y con un servicio que incluye vajilla de porcelana, cubertería de plata, los mejores vinos, champagne y caviar, el Concorde no aspiraba a la masividad. El valor de un ticket París-Nueva York-París es de 8727 euros con el beneficio de llegar de una ciudad a la otra en 3 horas 55 minutos, tres horas menos que en un Boeing.
Con la despedida confirmada, las empresas anunciaron una tarifa promocional de 4400 euros para los últimos vuelos, ida en el supersónico y vuelta en uno normal, antes de que el pájaro blanco de acero quede en los museos, como ya confirmó Air France sobre sus aparatos.
Es el fin de aquel sueño que De Gaulle bautizó como la “concordia” entre los dos vecinos del Canal de la Mancha. “Habrá un período significativo de tiempo entre la retirada del Concorde y el lanzamiento de un nuevo avión supersónico pues constituye un reto crear uno lo suficientemente barato como para que resulten económicos los billetes”, señaló ayer Rod Eddington, director ejecutivo de British Airways.
En tanto, su colega francés Jean-Cyril Spinetta concluyó: “Air France abandona con pesar la explotación de sus Concorde. No olvidaremos nunca a los que, haciendo volar al Concorde durante casi tres décadas, han permitido a Air France escribir una de las páginas más bellas de la historia de la aviación”.

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El fin de un símbolo de la era supersónica: el Concorde ya no levantará vuelo.
 
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