SOCIEDAD › EMPEZARON A SER JUZGADOS EN MERCEDES CUATRO ACUSADOS POR EL ASESINATO DE FORZA, FERRóN Y BINA

Juicio al triple crimen de la efedrina

Martín Lanatta, el principal acusado, se declaró inocente y apuntó contra el jefe de calle de General Rodríguez. La fiscalía sostiene que el trío asesinado era una molesta competencia para el prófugo Pérez Corradi en el negocio de la efedrina.

Cuatro años después de que aparecieran los cuerpos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, en el caso conocido como el triple crimen de General Rodríguez, se inició ayer en Mercedes el juicio contra cuatro de los imputados por las tres muertes, los hermanos Martín y Cristian Lanatta, y otra pareja de hermanos, Víctor y Marcelo Schillaci, como autores del secuestro y asesinato de los tres jóvenes, mientras que permanece prófugo el empresario Ibar Esteban Pérez Corradi, señalado por el fiscal Juan Ignacio Bidone como el autor ideólogo. Como argumento inicial, Martín Lanatta responsabilizó del crimen al jefe de calle de la comisaría de General Rodríguez, Darío Atrio; mientras, el fiscal Bidone y los familiares de las víctimas aseguraron que los acusados son apenas la cara visible de un caso “detrás del que hay mucha mafia”.

Martín Lanatta se declaró inocente ante los jueces del Tribunal Oral Nº 2 de Mercedes, Fernando Bustos Berrondo, Graciela Larroque y Marco Barski, luego de que éstos abrieran la jornada ofreciendo la oportunidad de declarar a los acusados. Martín Lanatta, quien aparece como principal acusado, se declaró inocente y apuntó contra el jefe de calle de la comisaría de General Rodríguez, lugar donde aparecieron los tres cadáveres, basándose en lo que le contó un preso dos años después de ocurrido el crimen, mientras Lanatta estuvo detenido.

“Qué garrón que te estás comiendo. Yo sé que vos no sos el autor, fue un policía de General Rodríguez, jefe de calle, Darío Atrio”, declaró Lanatta que le dijo el preso, al que aseguró que traerá como testigo para que amplíe la información que existe en la causa. Según ese relato, el preso había recibido la versión de una persona que, días antes del hallazgo de los cadáveres en un zanjón de General Rodríguez, dijo que Atrio “le fue a cobrar una coima” a bordo de una camioneta negra en la que llevaba a Forza, Ferrón y Bina y que le mostró a los tres jóvenes y le dijo: “Estos se portaron mal”. ¿Por qué no aportó al testigo antes? Según Lanatta, porque su anterior abogado (el actual es Roberto Casorla Yalet, también defensor de su hermano) le recomendó que no lo aportara.

Atrio había sido procesado en una causa investigada por el destituido juez Federico Faggionato Márquez por un cargamento de efedrina, en la que se lo vinculaba con una camioneta negra.

El representante de la familia de Damián Ferrón, Miguel Angel Pierri, sostuvo que una vecina que vivía a 60 metros de donde fueron encontrados los cuerpos “también vio la camioneta negra”, en la que presuntamente fueron trasladadas las víctimas antes de ser ejecutadas. La mujer “cuyo sobrino a caballo es el que encuentra los cuerpos y que pensó que estaban borrachos, vio a la camioneta negra, una RAM 2500 (marca Dodge, importada), estacionada cerca del lugar donde después aparecieron los tres cuerpos”, afirmó Pierri. “Después de que lo escuchamos a Atrio en su indagatoria, quisimos volver a ver a esa señora, pero enloqueció, desapareció, no se la vio nunca más”, afirmó el abogado. En coincidencia con la acusación, la camioneta negra es la misma mencionada por Martín Lanatta.

El principal acusado sostuvo que un amigo le había presentado a Forza a fines de 2006. “Le gustaban los relojes de alta gama. Yo soy joyero y orfebre y le vendí varios relojes”, aseguró. Contó que estuvo varias veces en la droguería de Forza y que allí conoció a Pérez Corradi. “Me lo presentó Forza”, dijo, y sostuvo que “Pérez Corradi me ofreció trabajar con él en el tema de los medicamentos y me interesó la propuesta porque yo tenía la intención de poner una droguería de medicamentos oncológicos y de HIV”. Contradiciendo la hipótesis del fiscal, Lanatta dijo que “Pérez Corradi le hubiera financiado a Forza ochocientas veces la deuda antes de matarlo, para cobrar intereses”.

Por su lado, la fiscalía sostuvo que existió un triple móvil para el crimen: una combinación de “deudas financieras contraídas y adeudadas principalmente por Sebastián Pablo Forza (vinculado con las “mesas de dinero” o de cheques), la comercialización de medicamentos adulterados y robados (actividad en la que Forza tenía un principal competidor al que dio muestras de su intención de desbancarlo o sacarlo de circulación) y, como detonante, una marcada incidencia del tráfico de efedrina”. En pocas palabras, según Bidone, Forza, Ferrón y Bina empezaron a ofrecer efedrina a narcos mexicanos que la compraban a Pérez Corradi, efedrina que supuestamente les era provista por Luis Tarzia, lo que los transformó en una molesta competencia. Pero, según la instrucción, el 18 de julio de 2008 se descubrió el laboratorio donde fue detenido Tarzia. Bidone sostiene que sin los cargamentos provistos por Tarzia (que murió en prisión), Forza acudió a Lanatta sin saber que éste trabajaba para Pérez Corradi.

El debate se reanudará mañana a las 10, en el edificio judicial situado en calle 27 al 600 de Mercedes.

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Los cuatro acusados en el banquillo, a cuatro años de que aparecieran los tres cuerpos.
Imagen: Télam
 
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