SOCIEDAD › RECLAMOS DESPUéS DE QUE EL GOBIERNO PORTEñO CLAUSURó 15 CENTROS CULTURALES

Para defender la cultura

En julio, inspectores del gobierno porteño clausuraron 15 centros culturales en los que funcionaban diferentes actividades, muchas de ellas gratuitas. Reunidos en el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos, impulsan una ley que los reglamente.

Alrededor de 15 centros culturales fueron clausurados en el último mes por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Quienes gestionan estos espacios denuncian que “no existe un intento legítimo de cuidar a la gente que asiste a los espacios, sino que están en búsqueda de recaudar dinero”. Esta semana, representantes de centros culturales que se nuclean en el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA) se reunieron para lanzar una campaña que difunda y propulse una ley que reglamente su actividad. La intención es reunir 40 mil firmas de ciudadanos que la apoyen para que en la Legislatura sea debatida sin padrinazgo de ningún partido político.

“La problemática más importante que tenemos los espacios culturales de la ciudad de Buenos Aires es principalmente que no existe una ley habilitatoria propia, o sea, para poder abrir un centro cultural tenés que habilitarlo como otra cosa: puede ser un café bar, o un teatro independiente o un club de música, o de barrio, o un restaurante, pero no existe legalmente nuestro rubro”, explicó a Página/12 Claudio Gorenman, director del Club Cultural Matienzo y fundador de Abogados Culturales.

En tal sentido, debido a la diversidad de sus formatos, propuestas y orígenes se necesita una normativa “que contemple la multiplicidad de actividades que se realizan en los mismos”, afirmó Mariano Viceconte, codirector de El Quetzal, y agregó: “Por ejemplo, montar un show de teatro con música en vivo, u otras muchas formas de exponer arte, no tienen encuadre legal o si hay música en vivo y la gente se pone a bailar, se tiene que habilitar como un local bailable”.

El proyecto de ley difundido por el MECA empezó a elaborarse hace dos años, a partir “de un arduo trabajo de campo”, y contempla los distintos tipos de gestiones culturales. Gorenman relata que “una de las cosas que tenemos contempladas en nuestra ley es que hace distinciones entre los diferentes modelos de gestión cultural y le exige a cada uno distintos requerimientos, exigencias y autorizaciones”. En principio, desarrollaron cuatro modelos: la casa de artistas, el centro barrial o semicultural, el centro cultural y el club de cultura. Además incluye espacios con fines no comerciales: “Cuando hablamos de no comerciales decimos cooperativas, asociaciones civiles, espacios sin fines de lucro que están haciendo una actividad cultural”, aclara Viceconte.

De igual modo, Lucas Zambrano, codirector de Dinámica Galería, recuerda que la mayoría de los centros del MECA “somos hijos del post Cromañón, momento en el cual no existían lugares donde tocar, hacer actividades de formación, o hacer talleres. Muchos abrimos nuestras casas y hoy nos constituimos como centros culturales. Nuestra lucha hoy es ser reconocidos como tales, no pretendemos evitar los controles de seguridad, por el contrario, queremos que se ajusten a cada situación”.

Gabriel Quaranta, referente del espacio cultural La Quince, manejado por la organización Seamos Libres, relató: “En nuestro caso fuimos clausurados el sábado a la noche, madrugada del domingo, por el baile. Ahora tenemos que ir a apelar a la Agencia Gumernamental de Control (AGC)” y añadió: “La clausura se puede levantar, pero ahora lo que nos interesa es no dejar pasar este momento para tener una ley que nos dé una identidad y permita el futuro desarrollo de las casas de cultura”. Según Gorenman: “Es un problema que la AGC sea la encargada de realizar las inspecciones de seguridad e higiene de los locales habilitados porque no sabe de cultura. Los espacios culturales necesitan una protección extra, no se trata de un empresario gastronómico, en la mayoría de los casos nacen de una manera más espontánea y artesanal y deben levantar toda una programación”.

Al respecto, Zambrano acota: “Lo que pasó en este último mes es muy significativo, si cerraron 15 centros en menos de un mes, a mí me parece que hay una intencionalidad del cobro y no un interés cultural y de la protección al expectador, hay un intento de recaudación”.

Respecto de la política cultural que fomenta la actual gestión del Gobierno de la Ciudad, desde el MECA coinciden en que “está orientada hacia otro lado” y que les gustaría que se amplíe. “La cultura mira hacia las propuestas más comerciales, emprendimientos que tienen una cierta visibilidad hacia un cierto público o un cierto sector, alejada de las propuestas más independientes, autogestivas, las que suceden en los barrios, a la cercanía de los públicos a los modelos colectivos. Es una obligación de la ciudad apoyar la cultura, que es un derecho constitucional”, afirmó Gorenman.

“La idea del proyecto de ley además de llenar un vacío legal es dar un incentivo a la cultura y a este tipo de propuestas porque reglamenta los pasos que tenés que dar para habilitarte como centro cultural”, concluye Viceconte.

Informe: Laura Guarinoni.

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Gurenman, Quaranta, Viceconte y Zambrano, reunidos para avanzar con una ley de centros culturales.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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