SOCIEDAD › NUEVA CAUSA PENAL CONTRA CALAMARO POR SUPUESTA “APOLOGíA DEL DELITO”

Otra denuncia por la frasecita

En el Cosquín Rock, el músico jugó con su famoso dicho. Un legislador cordobés lo denunció y una fiscal admitió la causa.

El músico Andrés Calamaro volvió a quedar envuelto en una causa judicial por la presunta conducta dolosa de “apología del delito”, al sugerir la idea de fumar un cigarrillo de marihuana mientras daba un show en la última edición del Cosquín Rock en febrero, en la localidad cordobesa de Santa María de Punilla. El artista habría gritado la frase “Qué linda noche para...”, de manera que la audiencia respondiera “...fumarse un porrito”, tal como pronunció en un recital que realizó en La Plata en 1994. Por esa expresión, Calamaro había sido enjuiciado y finalmente absuelto once años después. En esta oportunidad, la denuncia fue promovida por un legislador provincial que no estuvo en el lugar y tomó conocimiento de la supuesta expresión a través de los medios periodísticos. La Justicia Federal de Córdoba consideró admisible la denuncia y comenzó la instrucción de una causa penal.

Calamaro, ex integrante de los grupos Abuelos de la Nada y Los Rodríguez, fue denunciado por Aurelio García Elorrio, legislador provincial por Encuentro Vecinal Córdoba. Graciela Filoñuk, titular de la Fiscalía de Instrucción 3, consideró admisible la presentación por supuesta violación a la ley nacional 23.737 sobre tenencia y tráfico de estupefacientes. En su artículo 12, sanciona con prisión de dos a seis años al que “preconizare o difundiere públicamente el uso de estupefacientes o indujere a otro a consumirlos”.

García Elorrio detalla en su denuncia: “Según cuentan registros periodísticos, entre los temas ‘Tuyo siempre’ y ‘Loco’ habría gritado la frase ‘Qué linda noche para...’ a lo que la audiencia debía responder de acuerdo a los antecedentes y costumbres del músico ‘fumarse un porrito’, lo que sucedió en forma masiva entre aplausos y algazara, a lo que el músico replicó: ‘Si vamos imputados, vamos imputados todos’, provocando nuevamente las risas y algazara del público juvenil que idolatra al músico”. El legislador no coincidió con el músico: lo acusó a él solo.

En los fundamentos, menciona como agravante el hecho de que el evento fue auspiciado por el gobierno de Córdoba, con dinero público. Si la fiscal Filoñuk considera que hay elementos, solicitará las medidas procesales correspondientes, como la indagatoria, que deberán ser resueltas por el juez federal Hugo Vaca Narvaja.

El 19 de noviembre de 1994, durante un show que ofreció en la plaza Moreno de La Plata por el 112º aniversario de la ciudad, Calamaro gritó ante la multitud presente: “Qué linda noche para fumarse un porrito”, por lo que se le inició una causa por el mismo delito que se le imputa ahora. En un juicio realizado recién en 2005 que duró menos de dos horas, la Justicia lo sobreseyó y le terminó pidiendo disculpas.

Durante el juicio, a cargo del Tribunal Oral Federal 1, el fiscal Carlos Dulau Dumm pidió la absolución del artista “basado en el sentido común”. “No voy a minimizar las expresiones que fueron de una altísima inconveniencia, pero considero que no llegan a configurar delito.”

Dulau Dumm le pidió a Calamaro en ese entonces que “no reitere ese tipo de expresiones” y se remitió a los fundamentos del juez federal de primera instancia Manuel Blanco, que había absuelto al músico por considerar que la polémica frase fue pronunciada para calmar a algunos grupos violentos que se encontraban esa noche en la plaza.

El fiscal aseguró que las expresiones del músico “no significan de ninguna manera difundir el uso de estupefacientes ni inducir a otros a consumirlos”. Luego de escuchar el veredicto, Calamaro agradeció a sus amigos y fanáticos por el apoyo brindado, aseguró que “hay que seguir luchando” y recomendó a los jóvenes “que no usen la droga”.

En agosto de 2009, en el Club Social y Deportivo Estrella de Maldonado, en un acto convocado para la presentación del libro Postales tumberas, de Jorge Larrosa, consumió un cigarrillo de marihuana frente al público. Alguien filmó lo sucedido y lo subió a una página web, tras lo cual un tercero que vio el video le inició una causa, que no prosperó. Por un legislador que leyó sus expresiones en los medios, Calamaro ahora tendrá que esperar para ver si se fuma otra acción judicial.

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La primera causa contra Calamaro por la frase fue hace veinte años.
Imagen: Alejandro Leiva
 
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