SOCIEDAD › EL PORTERO FUE ENCONTRADO RESPONSABLE POR EL ABUSO SEXUAL Y EL ASESINATO DE LA ADOLESCENTE

Mangeri, perpetua por el femicidio de Angeles

El tribunal consideró que el encargado cometió un femicidio. Para la querella, “es un precedente muy importante en la lucha para que no haya más mujeres violentadas y asesinadas a diario”. Los jueces también ordenaron investigar a la esposa del portero. Emoción de los familiares.

 Por Carlos Rodríguez

Los nervios de la espera, el llanto silencioso luego de escuchar palabras tales como “femicidio” y “prisión perpetua”, los abrazos acompañados por frases inaudibles para Página/12, a pesar de estar en un asiento pegado a los que ocupaban ellos tres. Esas fueron las sensaciones que vivieron –y pudieron ser advertidas– los padres y uno de los hermanos de Angeles Rawson, la chica de 16 años asesinada en junio de 2013, durante la lectura de la parte resolutiva de la sentencia. Franklin Rawson, el padre, dijo después que la condena a prisión perpetua que el Tribunal Oral Nº 9 le dictó al portero Jorge Néstor Mangeri le trajo a la familia “un poco de alivio y esperanza”. Habló con serenidad, pero con la voz quebrada, ante una tempestad de reporteros gráficos, camarógrafos y periodistas. La madre, Jimena Adúriz, logró salir de una escena por momentos caótica e impropia, acompañada por su hijo mayor, Jerónimo, que durante la breve audiencia se sentó una butaca detrás de los padres. Desde su lugar, acarició las espaldas de ambos, durante la lectura del fallo, en un gesto de amoroso acompañamiento.

Otro fue el tono al que apeló el abogado querellante, Pablo Lanusse, quien se manifestó “indignado” por las últimas palabras (ver aparte) del portero Mangeri ante el tribunal, antes de escuchar la condena. “Es indignante que el femicida Mangeri haya actuado con el cinismo que actuó, porque es esperable que diga que es inocente, pero no puede referirse a su víctima llamándola Mumi, que era la forma cariñosa con que la nombraba su familia.”

Al analizar el fallo, más allá de su enojo por “la provocación” de Mangeri, Lanusse le dijo a este diario que la condena a perpetua y la calificación de “femicidio” que mereció el caso, y que fue reclamada al Tribunal por la fiscalía y la querella, “es un precedente muy importante en la lucha para que no haya más mujeres violentadas, asesinadas a diario por la cultura machista”. Mientras hablaban con el periodismo, sobre las cabezas de Franklin Rawson y Pablo Lanusse se levantaron pancartas con la consigna “Ni una menos”, en manos de compañeros y amigos de Angeles.

Además de condenar a Mangeri, los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas le dieron la razón al querellante Pablo Lanusse y a los fiscales Fernando Fiszer y Sandro Abraldes, al ordenar que se investigue la actuación de varios testigos del juicio. El tribunal dispuso que se extraigan testimonios del acta de debate y de la sentencia, con los fundamentos que se darán a conocer recién el 24 de agosto, y con los registros de audio y video, de un listado encabezado por Diana Saettone, la esposa del portero Mangeri.

Aunque no se dieron precisiones sobre este punto, lo que se deduce es que deberán ser investigados posibles delitos de acción pública, entre ellos presuntos falsos testimonios o encubrimientos. La mujer de Mangeri será investigada junto el amigo de la pareja, Jorge Osvaldo Meniguelli; el perito de la defensa Adolfo Oscar Méndez y los vecinos del edificio Pablo Ezequiel Bazán Domínguez y Juan Manuel Cesaretti.

Todos ellos fueron acusados por la querella de haber mentido durante el juicio para beneficiar al único imputado, en forma especial su esposa, de quien dijo que ayudó a Mangeri en el intento de “armar su coartada” para encubrir el femicidio de Angeles Rawson. Del mismo modo, con igual propósito, se enviarán todas las piezas correspondientes al Juzgado de Instrucción 8, Secretaría 125, donde ya tramita un expediente por el delito de falso testimonio contra Cecilio Saettone, el cuñado policía de Mangeri, también sospechado de participar en el supuesto encubrimiento.

Además, el tribunal ordenó que se investigue si hubo “irregularidades” en el Cuerpo Médico Forense, cuando se realizó la autopsia de la víctima. Por eso remitieron a esa dependencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación copia de las piezas procesales para que se examinen situaciones que fueron reveladas durante la audiencia y que “se habrían cometido en el ámbito de esa dependencia”.

La investigación recae sobre el médico forense Héctor Konopka, quien sostuvo en su informe que Angeles murió en la compactadora de basura –a donde había sido arrojada– tras 12 horas de agonía y que no fue víctima de una violación. Incluso aportó a los investigadores el dato erróneo de que la chica podría haber venido sufriendo un abuso de larga data; esto fue lo que determinó, al comienzo de la investigación, que las sospechas se dirigieran al círculo íntimo, involucrando a su padrastro, Sergio Opatowski, y al hermanastro de la joven, Axel Opatowski.

Con posterioridad, una junta médica contradijo el diagnóstico del perito y determinó que la adolescente había muerto por sofocación y estrangulada en no más de cinco minutos y en manos de su asesino y que tenía lesiones paragenitales compatibles con un ataque sexual. En su alegato, Lanusse calificó al perito de “necio” y “sorberbio”. Sostuvo que esperaba que “algún día el doctor Konopka se vaya del Cuerpo Médico Forense” de la Corte Suprema.

La parte acusadora solicitó que el perito sea sometido a un sumario administrativo dentro del ámbito del Cuerpo Forense para que se analice su trabajo en la autopsia. Estas son las sospechas que pesan sobre los demás investigados:

- Adolfo Méndez, perito de la defensa de Mangeri, tuvo que renunciar porque dijo que las lesiones que tenía Mangeri no eran producto de la pelea de Angeles por salvar su vida sino por presuntas “prácticas sadomasoquistas”.

- Jorge Meniguelli, encargado del edificio de Marcelo T. de Alvear 973 y amigo de Mangeri, lo alojó dos días en su casa, a él y a su mujer, antes de que fuera detenido.

- Pablo Bazán Domínguez y Juan Manuel Cesaretti, vecinos del edificio donde vivían la víctima y el portero, omitieron decir que en las reuniones de consorcio se hablaba de los acosos de Mangeri a diferentes mujeres.

Ayer, al analizar la condena y aunque recordó que todavía hay que “conocer los fundamentos para tener una visión completa de la sentencia”, el querellante Pablo Lanusse se refirió a lo dicho por el defensor de Mangeri, Adrián Tenca, en el sentido de que fue una causa “armada” para responsabilizar a Mangeri. “Hoy habló la Justicia y es el momento en que muchos de los que han hablado en ese sentido tengan la humildad de escuchar lo que la Justicia ha dicho.” Lanusse recordó, además, que durante la investigación del caso “muchos fueron los que han hablado al divino botón y hoy tienen que sentarse a considerar el fallo”.

Lanusse sostuvo que “tanto yo como la familia estábamos esperando este fallo, aunque de todas maneras se trata de un día de enorme ambivalencia, de un enorme dolor, porque no hay nada que pueda hacer volver a Angeles”.

Recordó que “para la familia Rawson esto ha sido una lucha de veinticinco meses y es por eso que esperábamos este fallo”, porque cuando acusó a Mangeri lo hizo “con toda seguridad y certeza de mi parte”.

“Estaba convencido de la culpabilidad del señor Mangeri (...) estaba convencido de que era una persona violenta que cosificó a Angeles, que le violó y aniquiló su dignidad, que la vulneró, la mató y la despojó como una basura”. Según Lanusse, el veredicto “es un precedente muy importante en la lucha para que no haya más mujeres violentadas, matadas a diario”.

Aclaró que no pretendía “ningún sufrimiento para el señor Mangeri, sólo que recibiera la condena a cadena perpetua”.

A su lado, conmocionado, Franklin Rawson, el padre de Angeles, sostuvo que la condena les dio “un poco de alivio y esperanza”, pero aclaró que todavía falta comprobar si en el crimen de la chica hubo “algún encubridor”. Consideró que “se hizo justicia por nuestra hija”, pero insistió en que Mangeri no estuvo solo: “Hubo personas que lo ayudaron, familiares y amigos que le facilitaron una coartada para tratar de que quedara impune”.

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Jorge Mangeri mantuvo un gesto adusto durante la lectura del fallo. La foto en la página 20: el padre de Angeles Rawson.
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