SOCIEDAD › EL PAPA FRANCISCO INDICó QUE, POR EL PRóXIMO JUBILEO, LA IGLESIA ABSOLVERá “DEL PECADO DEL ABORTO”

Un año de perdón excepcional para arrepentidas

Para el “año santo extraordinario”, el pontífice anunció que quienes “han practicado” el aborto y “arrepentidos de corazón piden perdón por ello” serán absueltos. Históricamente, colaborar o someterse a un aborto implicaba la excomunión para los fieles.

 Por Washington Uranga

A través de una carta difundida ayer en el Vaticano vinculada al “año santo extraordinario” (Jubileo Extraordinario de la Misericordia) que se iniciará el 8 de noviembre próximo y durará hasta el 20 de noviembre de 2016, el papa Francisco hizo un gesto de acercamiento hacia quienes “viven el drama del aborto” y autorizó a todos los sacerdotes católicos a “absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden perdón por ello”. La determinación de Francisco tiene importancia porque las normas de la Iglesia establecen que quienes hayan cometido aborto o quienes hayan colaborado para ello incurren en excomunión (separación de la Iglesia) y no pueden obtener la absolución mediante la simple confesión con un sacerdote, sino que tiene que mediar la autorización expresa de un obispo o del Papa. El gesto de Francisco tiene gran valor simbólico por tratarse de la máxima autoridad de la Iglesia, más allá de que en la actualidad gran parte de los obispos ya han tomado la determinación de autorizar a todos sus curas a conceder esta absolución sin previa consulta y cada vez que le es solicitada por una mujer.

En este caso y en el marco del “año santo” extraordinario decretado por Francisco, el pontífice autoriza a todos los sacerdotes a conceder la absolución “no obstante cualquier cuestión contraria” lo que puede entenderse como siguiendo su propio juicio y criterio, también en los casos en que algún obispo pueda tener una opinión contraria. De esta manera el Papa decide, bajo su autoridad, abrir una puerta para el encuentro con quienes, directa o indirectamente, consideren que han incurrido en “pecado” por haber practicado aborto. La resolución fue notificada por Jorge Bergolio en una carta dirigida al arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. El texto fue difundido por la oficina de prensa del Vaticano.

Más allá de la apertura que significa el pronunciamiento, Francisco no se aparta de la doctrina tradicional católica y, en todo momento, se refiere al aborto como un “pecado” al que considera “una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida”. Advierte el Papa que “algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo”, pero considera también que “muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir”.

Dice también Francisco que “pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto” y “conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión”, para agregar que “sé que es un drama existencial y moral”. El Papa asegura haber “encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”.

No obstante este señalamiento, Bergoglio subraya que “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando de corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación del Padre” y por ello toma la decisión de facilitar el perdón. A los sacerdotes les dice que deben prepararse para “esta gran tarea” y “conjugar palabra de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia”.

El “año santo” o “año jubilar”, también conocido como “año de gracia del Señor”, en recordación de la referencia bíblica, es un tiempo especial en el que la Iglesia insiste y genera condiciones para el ejercicio de la misericordia y el perdón de las faltas. Es potestad del Papa determinar el tiempo y las circunstancias del “año santo”. La decisión de Francisco amplia también las posibilidades para alcanzar tales indulgencias y habilita prácticamente a todas las iglesias y santuarios del mundo para que los fieles concurran a solicitar el perdón. Extiende tales indulgencias a los enfermos que accedan a la comunión o participen de la misa y en la oración comunitaria “también a través de los diversos medios de comunicación”.

Hay una referencia también a las personas privadas de su libertad. “En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen las puertas de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, puede este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”, dice el Papa.

En la misma línea, Francisco alienta a los católicos a realizar “obras de misericordia corporales y espirituales” en las que se hace visible “el testimonio de signos concretos como Jesús mismo nos enseñó” y concede a quienes así procedan “la indulgencia jubilar” entendida como el “perdón completo y total” por las faltas cometidas.

La carta del Papa también incluye un mensaje hacia los sacerdotes lefebvrianos ultraconservadores de la Fraternidad San Pío X, en su momento apartados de la Iglesia y luego reincorporados por Benedicto XVI en marzo del 2009, mediante una resolución que, si bien levantó la excomunión, es clara en el sentido de que dichos curas “no pueden ejercer legítimamente el ministerio de la Iglesia”. Ahora, en forma excepcional y también con motivo del año jubilar, el Papa autorizó a los curas lefebvrianos a otorgar “válida y lícitamente la absolución de los pecados” a sus fieles, expresando también que “confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y superiores de la Fraternidad”.

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El documento también se refiere a los presos, alienta las obras caritativas y hace un guiño a los lefebvrianos.
Imagen: efe
 
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