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La ola de calor que comenzó el domingo último en Buenos Aires y alrededores terminó ayer con una violenta baja de la temperatura, de casi 10 grados en apenas una hora, consecuencia de una fuerte lluvia que anunció un fin de semana con abundante agua. A las 13, la sensación térmica era de 37 grados y pasadas las 18, cuando caían las primeras gotas, la temperatura se mantenía en los 32,1 grados. Una hora después, el termómetro marcaba 23,8 y la gente comenzaba a sufrir algunos anegamientos.
El Servicio Metereológico Nacional emitió ayer un alerta meteorológico para Buenos Aires, la Capital Federal, centro y sur de Córdoba, este de La Pampa, San Luis, sur de Santa Fe y la zona del Río de la Plata, debido a que “un frente frío proveniente de la región patagónica se desplazó hacia el centro del país, generando en su avance la formación de tormentas”.