SOCIEDAD › EMBARGAN AL CARTONERO QUE ENCONTRO 50 MIL DOLARES

El delito de encontrar plata

La Justicia de Córdoba ordenó ayer a la mañana el embargo de 30 mil pesos de una cuenta bancaria propiedad de Paulo Altamirano, el cartonero que había encontrado dinero entre la basura y que luego fue denunciado por una mujer que le reclama 50 mil dólares. Al mediodía, la misma Justicia determinó un nuevo allanamiento –el jueves había sido el primero– al humilde domicilio de Altamirano en busca de “dólares y oro”.
La policía cordobesa no encontró ninguno de los dos elementos, pero se incautó de una computadora, un televisor, un centro musical y unos viejos estantes del kiosco que el trabajador había instalado. “Además de todo este ensañamiento del juez y el fiscal, lo peor es que a la mañana María Inés –la esposa de Altamirano– tuvo una crisis de nervios y perdió el embarazo de tres meses. Toda la familia está destruida”, aseguró Mariano Ludueña, el abogado del hombre.
El fiscal Daniel Del Vo ordenó el embargo de dos plazos fijos, cada uno de quince mil pesos, del Banco Suquía donde Altamirano había abierto una cuenta. Del Vo también pidió la incautación de los bienes del domicilio de Altamirano. Por ese motivo, efectivos de la policía provincial desfilaban, en el mediodía de ayer, con las pertenencias del trabajador hacia un camión con destino final en el juzgado.
“El fiscal insiste con la figura de defraudación atenuada. Parece no entender que esa figura corresponde cuando hay apoderamiento de una cosa ajena y, aquí, no hay cosa ajena porque la cosa estaba abandonada en la vía pública”, remarcó Ludueña.
Los abogados consultados coincidían que el caso es, al menos, controvertido porque no hay acuerdo de a quién pertenece lo abandonado en la vía pública. Pero también muchos agregan otro interrogante: ¿cómo probar que Emilia Mascoy de Aguirre, de 70 años y dueña junto a su familia de la tradicional tienda Los Vascos, es la dueña del dinero?
Altamirano, de 43 años y padre de cinco hijos, encontró dinero hace tres meses entre los cartones que había recolectado por las calles de Oliva, una pequeña ciudad ubicada a 90 kilómetros al este de la capital de Córdoba. Con la suma adquirió dos autos, una casa en la que instaló un pequeño kiosco y puso el resto del dinero en el banco. En tanto, la denunciante se habría percatado de la falta del dinero –asegura que eran 50 mil dólares– el último lunes. Afirma que los dólares le pertenecen y dice que la suma llegó a la calle por un descuido de su empleada doméstica.
“El fiscal deberá decidir la próxima semana si cierra el caso o lo eleva a juicio. Quiero creer que hará lo primero, ya que esta causa es injusta e ilógica”, remarcó el abogado. En tanto Altamirano sólo repite una frase: “No soy un delincuente”.

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