SOCIEDAD

Trágico final de una víctima tras la loca fuga de dos delincuentes

Los investigadores dicen que se trató de un robo. La familia de la mujer que falleció sostiene que se trató de un secuestro. Los asaltantes chocaron cuando eran seguidos por la policía.

 Por Horacio Cecchi

Tan trágica como confusa fue la muerte de Susana Cardozo, de Pilar, víctima de robo o secuestro –según cuál sea la fuente de información– que derivó en un inesperado e impresionante vuelco a 160 kilómetros por hora sobre la ruta 8 y el kilómetro 50, el miércoles pasado. Susana, de 34 años, llegaba a su casa a las diez y media de la noche en su Corsa gris, cuando dos delincuentes subieron al auto y huyeron hacia la ruta 8. A unas treinta cuadras de allí, perseguidos por la policía a distancia, intentaron esquivar un colectivo por la banquina, el auto mordió una alcantarilla y voló, cruzando la calle Glicinas, hasta enterrarse del otro lado. Uno de los delincuentes murió y el otro quedó internado muy grave. La mujer falleció un par de horas más tarde en el hospital, con la columna quebrada. Poco después se desataba una polémica sobre si se trató de un secuestro planificado o un robo al voleo.
La ruta 28 une la estación Pilar con el Acceso Oeste. De un lado de la 28 se abre el barrio San Jorge. Del otro, el Villaverde. En el San Jorge vive el docente José Antonio Urquijo. A unas 15 cuadras, pero en el Villaverde, sobre la calle Bergantín Balcarce al 2000, viven los Cardozo, Críspulo Cardozo, su esposa y sus hijos. La mayor de ellos era Susana, de 34, profesora de gimnasia y empleada de la empresa de transportes Tipsa, del Parque Industrial de Pilar. Susana era conocida en la zona porque su imagen aparecía en la pantalla chica local hace poco menos de una década, dando clases de aerobics.
El miércoles pasado, alrededor de las diez y media de la noche, Urquijo corrió unos metros detrás de unos ladrones que acababan de robar su 4x4 Toyota. Más tarde declararía que uno de los ladrones subió a su camioneta y que otros dos la siguieron en un auto oscuro y de vidrios polarizados.
Según algunos vecinos, un auto oscuro semejante es del que descienden dos hombres, pero a 15 cuadras del lugar, en Bergantín Balcarce y Cortez, en el momento en que Susana Cardozo bajaba de su Corsa gris para entrar a su casa. Algunas versiones aseguraron que el auto oscuro era un remís de la zona. Los dos hombres amenazaron a Susana y subieron al auto con ella dentro. La mujer comenzó a gritar. Su padre, Críspulo, salió a la calle y vio la escena.
“Me amenazaron con una de las armas y gatillaron, por suerte el disparo no salió”, contó más tarde Críspulo. Entonces, corrió hacia adentro de la casa para buscar ayuda, pero cuando salió “dieron marcha atrás y se escaparon”. Ya se mencionaron las versiones que señalaban un remís. Sin embargo, otras señalaron al remisero pero desde otro punto de vista: que habría intentado detener a los asaltantes cruzando su auto en el camino, o persiguiendo al grupo.
Lo cierto es que con uno de los delincuentes al volante y el otro sujetando a Susana, el Corsa rodó vertiginosamente hacia la ruta 25, a una cuadra de la casa y buscando el Acceso Norte, mientras los vecinos alertaban a la policía. Un patrullero detectó al Corsa y lo perdió de vista a los 300 metros. Otro lo ubicó un poco más tarde y lo siguió a prudente distancia porque se supone que sabían que en el vehículo viajaba una víctima. Aunque a distancia, los delincuentes sabían que eran perseguidos. Con el acelerador a 160 kilómetros por hora, intentaron esquivar un colectivo de la línea 176, por la derecha, a la altura de ruta 8 y Glicinas. El Corsa mordió la alcantarilla y la velocidad que llevaba lo despidió, cruzó por el aire la calle Glicinas y se estrelló en la otra vereda. Susana fue internada de urgencia en el hospital de Pilar, pero murió a la 1.30. El delincuente que conducía, Oscar Rodríguez, de 26 años, y antecedentes penales según fuentes policiales, murió en el acto. El otro, un menor de 17 años, fue internado en grave estado.
Luego se desató una polémica entre la familia de Susana y las autoridades. Los familiares aseguraron que había sido un secuestro planeado, que los vecinos habían escuchado disparos y sospechaban que el vuelco había sidoobra de un proyectil policial. Pero el vuelco se produjo a más de treinta cuadras del lugar, con lo que difícilmente lo hubieran escuchado. Por su lado, el intendente de Pilar, Humberto Zúccaro, aseguró que se trató de un robo al voleo. El caso fue caratulado como “homicidio en ocasión de robo”.

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El Chevrolet Corsa de Susana Cardozo, destruido después de haberse estrellado.
 
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