SOCIEDAD › EL JUICIO POR EL CRIMEN DE LA ESTUDIANTE FRANCESA

El ADN no es del vigilador

En la cuarta jornada del juicio oral y público por el caso del asesinato de la estudiante francesa Perine Bermond, los resultados de uno de los peritajes beneficiaron al imputado, el vigilador privado Pablo Olivares, al revelar que el ADN hallado en los restos de semen recogidos del cuerpo de la víctima no se corresponde con el patrón genético del acusado. El crimen ocurrió en abril de 2004 en un departamento del barrio de Retiro.

El testimonio de la médica forense Rosario Sotelo Aráoz fue el más importante de la jornada y, según el abogado defensor de Olivares, Vicente Mainike, “favoreció” al acusado. La perito describió que en el cadáver de Bermond se realizó un hisopado vaginal, otro anal y otro bucal, y que, pese a que no hubo un resultado concluyente, permiten “excluir” a Olivares en la violación.

“No se advierte presencia de patrones genéticos pertenecientes al imputado. Entonces no se puede presumir una correspondencia”, subrayó Sotelo Aráoz al declarar ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 9. La médica explicó que si bien de la boca y el ano de la víctima se pudieron extraer “pocos fragmentos debido a la desintegración biológica”, el hisopado vaginal “es el que mejor respondió” y los restos “no se pueden atribuir a alguien como él”.

“La degradación impide conocer resultados, pero no da resultados falsos”, dijo la perito. La razón es que la mayoría de los restos hallados se desintegraron porque la víctima fue encontrada aproximadamente 48 horas después de ser asesinada.

Luego declaró el perito propuesto por la familia Bermond, Eduardo Frigerio, quien explicó que de los cinco hisopados “en una sola muestra se pudo determinar material genético, que era compatible con el sexo femenino, presumiblemente la víctima”.

Frigerio señaló que “en dos hisopados el material fue insuficiente para determinar perfiles genéticos y en otros dos no fue hallado material”, lo cual atribuyó al tiempo entre el crimen y la toma de muestras.

Respecto de los fluidos seminales, afirmó que “hubo una degradación que atentó contra la determinación” del patrón genético, lo cual –a su entender– “no excluye ni descarta” que Olivares haya cometido la violación.

Por otro lado, el perito Eduardo Migliónico (del Cuerpo Médico Forense) previamente sostuvo que tras examinar el cuerpo de Bermond pudo concluir que “la víctima conocía a su agresor y tuvo sexo consensuado o bajo intimidación”, ya que no encontró signos de resistencia. Migliónico sostuvo que “no hay signos de violencia en el ambiente, llamó la atención que la víctima se encontraba vestida y no porque la vistió el violador ya muerta, sino que se había vestido ella misma”, agregó.

El perito dijo que cuando realizó el examen, el 11 de abril de 2004 a las 22.15, “el cuerpo llevaba entre 24 a 30 horas muerto, no más porque no estaba iniciado el proceso de putrefacción, que es a partir de las 36 horas”. Según el defensor, esa declaración benefició a Olivares, ya que se retiró de su turno en el edificio de Florida 878 el sábado a la mañana.

Otro testigo fue el perito químico de la Policía Federal Eduardo Arzac, quien explicó que “en las uñas (de Bermond) se encontró material con datos celulares de dos mujeres”, uno de los cuales pertenecía a la víctima. Descartó que fuera de un hombre porque “carecía de cromosoma “Y”.

Una de las hipótesis iniciales de la investigación fue que la chica fue asesinada tras una pelea con otra mujer y un hombre, pero nunca se recolectaron pruebas suficientes para avanzar en esa dirección.

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