SOCIEDAD › EL GOBERNADOR DE TUCUMAN SUSPENDIO EL RECITAL DE CALLEJEROS

No es prohibición, pero se parece

Con 13 mil entradas ya vendidas, los organizadores del show se desayunaron con que el estadio no reúne las condiciones necesarias. Así lo informó el propio Alperovich. El martes, padres de Cromañón lanzaron amenazas. El dueño del club dice que hará “lo imposible” para hacer el recital.

 Por Carlos Rodríguez

“El grupo Callejeros no podrá presentarse en Tucumán porque hay exigencias que establece la municipalidad que no se cumplen y al no acatarse las disposiciones, el grupo no va a presentarse.” Sin hacer mención en ningún momento a palabras duras como “prohibición”, el gobernador de Tucumán, José Alperovich, dio igual por sentado que el anunciado retorno a los escenarios de la banda que encabeza Patricio Santos Fontanet es por ahora una quimera, al menos en esa provincia norteña. “No es una prohibición, pero han puesto una serie de peticiones imposibles de cumplir y eso lleva a que se pueda hacer poco para sortear los escollos que nos están poniendo.” La opinión fue compartida, palabra más palabra menos, por Rubén Urueña, presidente del club Central Córdoba, donde se iba a realizar el primer recital de Callejeros post Cromañón, y por el abogado del grupo de rock, Eduardo Guarna. De todos modos, Urueña anunció que hará “lo imposible” para que el show pueda realizarse.

“De ninguna manera nos sentimos aliviados. En este caso se trata de la imposibilidad de que se cumplan requisitos que exige la municipalidad y no el Poder Ejecutivo”, insistió el gobernador cuando la prensa le preguntó si había influido la presión de algunos de los padres de las víctimas de Cromañón. “No hubo presiones, el único motivo fue el que expuso el gobernador Alperovich”, reiteró a Página/12 una fuente de la Casa de Tucumán en Buenos Aires. “Tres padres salieron a amenazar de muerte a los integrantes de Callejeros y lo han hecho en forma pública, de manera tal que ningún gobernador puede quedarse tranquilo. Alperovich no quiere asumir el costo político de un problema que se plantea a partir de una amenaza muy grave”, aseguró Guarna, en diálogo con este diario.

La primera reacción de Urueña fue decir que se trataba de “una verdadera locura”, en alusión a las medidas de seguridad que le fueron transmitidas por la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa). “Nos piden que instalemos en el estadio 350 baños químicos. Es una locura, porque el dúo Pimpinela tocó hace poco en la plaza Independencia (frente a la gobernación) y no había ningún baño”. Otras de las exigencias impuestas por la Dipsa fueron la habilitación de nuevas salidas de emergencia y de un sistema de incendios permanente. Lo curioso es que, 24 horas antes, el intendente de la capital provincial, Domingo Amaya, había asegurado que el recital se hacía, porque “sólo la Justicia puede impedir su realización”.

“Las exigencias aparecieron a último momento y nosotros nos enteramos por los medios, que nos llamaron para decirnos que el gobernador había asegurado que Callejeros no podía presentarse”, comentó Urueña, en diálogo telefónico con este diario. “Ahora tenemos que devolver 13.000 entradas que ya habían sido vendidas. Es una locura lo que están haciendo, porque las medidas de seguridad están garantizadas”, insistió el dueño del estadio, que desde hace años ya no se utiliza como escenario de partidos de fútbol o de básquetbol, como ocurría en otros tiempos.

El club tiene capacidad para 20 mil personas, pero para el recital de Callejeros se había puesto un límite máximo de 14 mil plazas. El secretario de Gobierno de la comuna, Germán Alfaro, admitió que todavía esperaban que los dueños del club “presenten todos los papeles” y que cumplan “todas las ordenanzas vigentes”, más las que se dispusieron por razones sanitarias, como los 350 baños químicos. Alfaro parecía abrir la posibilidad de que el recital se realice, si se cumplen todos los requisitos. “Todavía tienen tiempo para hacerlo”, admitió el funcionario municipal, pero el gobernador Alperovich, en cambio, fue rotundo al asegurar que Callejeros “no va a actuar en Tucumán”.

El abogado del grupo de rock, Eduardo Guarna, interpretó que el problema obedece a las amenazas de muerte que hicieron algunos padres de las víctimas de Cromañón. “Tres padres amenazaron con matar a Santos Fontanet o a cualquiera de los Callejeros si el show se realizaba y eso ha generado un clima de intranquilidad pública en la provincia que hace recordar la metodología del miedo y del terror de otras épocas, como ocurría con la Triple A. Es obvio que eso fue lo que influyó en el mensaje que dio a conocer el gobernador Alperovich.”

Uno de los padres, Luis Fernández, aseguró en declaraciones a la prensa: “Si tengo que dar mi vida para cumplir el juramento que le hice a mi hija, la voy a dar y si tengo que matar a alguien para cumplir ese juramento de que Callejeros no vuelva a un escenario, lo voy a hacer”. Para Guarna “es muy grave que estemos perdiendo los marcos institucionales; que un padre diga públicamente que le va a pegar un tiro a Santos Fontanet, que otro recuerde que le prometió a su hija muerta que el grupo no tocaría más sin que un solo fiscal actúe; es peligrosísimo”.

Ayer, el abogado Patricio Poplavsky, que representa a un grupo de familiares de las víctimas de Cromañón, hizo una nueva presentación para que la Justicia impida que Callejeros pueda actuar hasta que concluya el juicio oral y público en el que serán juzgados sus integrantes por el delito de “estrago doloso seguido de muerte”. La presentación fue hecha en la Capital Federal, ante el juez de la causa, Néstor Costabel. El abogado Guarna se preguntó ayer: “¿Qué pasa si los absuelven? ¿Va a venir uno de los padres y les va a pegar un tiro?”.

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Del total de catorce mil entradas, ya fueron vendidas trece mil en distintos puntos del país.
 
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