SOCIEDAD

Coletazos en la embajada tras una denuncia por tráfico de mujeres

El gobierno dominicano destituyó a un funcionario de su delegación en Buenos Aires,
mientras el embajador intenta defenderse.

 Por Mariana Carbajal

La Embajada de la República Dominicana en Buenos Aires sufrió su primera baja, tras las denuncias judiciales que salpican a la sede diplomática con el tráfico de mujeres a la Argentina. El gobierno de Santo Domingo destituyó a uno de los agregados culturales a quien varias víctimas vincularon con una de las redes de trata de blancas que funcionó entre ambos países en los últimos años. Sin embargo, la purga llegó hasta ahí. El embajador Cirilo Castellanos fue respaldado por la Cancillería dominicana, a pesar de que una de las mujeres traficadas aseguró ante la Justicia argentina que al poco tiempo de llegar a Buenos Aires fue “entregada” al jefe de la sede diplomática del mismo modo que otras compatriotas suyas. Las declaraciones de la muchacha fueron publicadas por Página/12 y reproducidas la semana pasada en medios caribeños. Para defenderse, Castellanos viajó a Santo Domingo y descalificó a este diario. “Es un periódico sensacionalista con categoría de libelo, de muy mala fama, que nadie compra”, declaró a la prensa local.
“Siempre que venían chicas nuevas, se las pasaban a él primero”, dijo la denunciante en la Fiscalía en lo Criminal Nº 32, en referencia al embajador Castellanos, y para dar evidencias de que ella misma tuvo que acostarse con el diplomático, describió en la fiscalía cicatrices que le vio en lugares habitualmente cubiertos por ropa y dibujó un croquis del departamento donde ocurrieron los encuentros. Según pudo saber Página/12, a los pocos días de publicado en este diario su testimonio, la joven recibió amenazas de muerte. Algo llamativo, ya que había declarado con identidad reservada, tiene protección de la Oficina de Asistencia a la Víctima del Delito de la Procuración y fue mencionada en este diario con un nombre ficticio.
El tema ocupó las primeras planas de los principales diarios dominicanos la semana pasada y reavivó el escándalo en la isla caribeña desatado en torno a las redes de tráfico que operaron desde mediados de los ‘90 hacia la Argentina. Según estimó la misma sede diplomática, habrían sido traídas más de 5 mil mujeres. El tema alcanzó tal magnitud en los últimos días en la prensa de aquel país que el presidente Hipólito Mejía anuló por decreto el nombramiento de Nelson Manuel Zambrano, uno de los agregados culturales de la embajada en Buenos Aires. Pero la limpieza no avanzó más.
El miércoles, la Cancillería dominicana emitió un comunicado de prensa en el que reconoce que “existieron redes dedicadas a llevar dominicanas hacia la Argentina con falsas ofertas de trabajo para luego forzarlas a involucrarse en la prostitución u otras actividades abusivas y de explotación”. Sin embargo, aseguró que “no hubo participación de funcionarios diplomáticos o consulares dominicanos” en esas actividades, aunque no descartó la posibilidad de que “se abusara de la buena fe de algunos de ellos”. Llama la atención que si el Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano niega la complicidad de los diplomáticos en el negocio, haya resuelto destituir al agregado cultural.
Varias de las víctimas que declararon en la fiscalía en la causa que investiga a una de las presuntas bandas vincularon a Zambrano con Máxima Pérez Matos, titular de la Mutual de Dominicanos Radicados en la Argentina. Según los mismos testimonios, Pérez Matos era parte de la organización que las trajo engañadas y era asidua visitante de la embajada, con estrechos vínculos con la cónsul en Buenos Aires, Amanda “Chinchina” Cabral. Tal como publicó Página/12, Pérez Matos es la representante en Buenos Aires del partido gobernante (PRD). La mutual que preside habría funcionado como pantalla de la red que traía mulatas con la promesa de conseguirles trabajo en casas de familia y luego las forzaba a prostituirse. Las mujeres, a las que les cobraban entre 1500 y 4 mil dólares para viajar, eran trasladadas a las dos pensiones que regenteaba Pérez Matos en el barrio de Boedo. Varias de ellas declararon en la Justicia que Zambrano visitaba con frecuencia una de las pensiones. En medio del escándalo, las autoridades dominicanas se declararon “incompetentes” para investigar el tráfico, aunque destacaron que apoyarán el retorno de las dominicanas que “viven una situación de penurias en la Argentina” y quieren retornar a su país. El escándalo obligó al embajador Castellanos y a la cónsul Cabral a viajar la semana pasada a Santo Domingo. Dedicaron su estadía a recorrer medios locales para negar su relación con el tráfico. En su defensa, Castellanos –quien inició su carrera diplomática durante la dictadura de Trujillo– intentó descalificar a este diario. En declaraciones al Listin Diario, un periódico local, afirmó: “La Página/12 es un periódico de muy mala fama, nadie lo compra porque es prensa amarilla y sensacionalista”. El embajador, sin embargo, dio una entrevista a Página/12 el 9 de mayo último, en la que reconoció que unas 5 mil dominicanas ingresaron al país, muchas de ellas engañadas. En cuanto a las denuncias en su contra, no emitió ninguna declaración pública.

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El embajador Castellanos se defendió criticando a Página/12.
 
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