SOCIEDAD › EL CASO DE LA POLICIA ASESINADA

Confesó el cuñado

En San Luis, después de la trágica aparición del cuerpo de la joven oficial de policía de 25 años, Lidia Yamile Molina, asesinada el 31 de agosto, su cuñado, Rubén Lucero, quien fue detenido como sospechoso de haberla asesinado, intentó el martes a la noche suicidarse en su celda, pero luego se quebró y ayer confesó ser el autor del crimen. Para la policía puntana el caso está esclarecido, mientras que la fiscal se mostró más precavida y señaló que hay que esperar y ver los resultados de ADN del posible embarazo de la víctima.

Lucero, casado con una hermana mayor de Lidia Molina, padre de tres hijos, reconoció haber atacado a la joven por motivos pasionales, dijo que actuó solo, que la golpeó con un hierro que arrojó en un lugar que detalló a la policía y que tras el hecho se fue caminando hasta la ciudad de La Punta, donde se subió a un colectivo que lo llevó hasta su casa en San Luis.

El jefe del Departamento Judicial de la Policía de San Luis, Jorge Escudero, dijo que “para la policía el caso está esclarecido y sólo falta conocer algunos detalles y el porqué del hecho”.

Escudero explicó que al ser detenido, Lucero se mostró calmo y se abstuvo de declarar en primera instancia en la comisaría, pero luego de intentar ahorcarse el martes a la noche en su celda, ayer se quebró y confesó ser el único responsable del delito.

“No se trató de un giro inesperado en la investigación, ya que para nosotros –sin descartar otras hipótesis– éste era uno de los principales sospechosos, pero teníamos que confirmar esas sospechas”, dijo la fiscal Elizabeth Jiménez.

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