SOCIEDAD › OPINION

Detección de conflictos

Por Amelia Pugliese *

Cuando una tragedia de la magnitud de la de Carmen de Patagones nos interpela, buscamos en el medio del horror explicaciones. Descuido, falta de atención, imposibilidad de detectarproblemáticas, violencia social o patología individual, suelen ser algunas de ellas.
La escuela, espacio donde se produce la tragedia, es interpelada y aporta con su nombre la autoría en el hecho: “violencia escolar”. Lo cierto es que definir tal violencia por el espacio donde un suceso de esta magnitud se produceno es suficiente, ya que el cuidado de nuestros niños y jóvenes debiera estar presenteantes, durante y después de “ese estar” en la escuela. Tanto desde la familia, como desde la escuela y la comunidad no deberíamos banalizar ni naturalizar situaciones que, cuando son advertidas, se presentan sin dar posibilidad a un retorno.
Poder Ciudadano viene, desde el año 1999, desarrollando en escuelas un programa de resolución pacífica de conflictos, llamado Jóvenes Negociadores, para que la escuela sea escenario y origen de pensar el conflicto pacíficamente, expandiendo esto entre los jóvenes y sus familias.
Reducción de sanciones en un 80 por ciento en los grupos de jóvenes que transitan el programa,la construcción de metas por parte de ellos mismos al finalizarlo y el acercamiento espontáneo de sus padres a la escuela, son sólo algunos de los resultados con los que nos hemos encontrado.
Poder Ciudadano está convencido de que la posibilidad de trabajar cerca de los chicos y con los chicos, enseñarles a explorar sus conflictos y organizar secuencias de pensamientos para pensar con otros y no contra otros promueve en muchos casos la detección temprana y la construcción de herramientas humanizadas en el encuentro con esos otros (compañeros, docentes, padres).
Atender el conflicto desde su inicio, sea éste de origen individual, social o colectivo, permite inaugurar formas pacíficas de resolución y advertir que cuando no se puede hacer uso de ellas, son los actos impulsivos, la indiferencia o el silencio los que dominan la escena.
El conflicto en el inicio es un momento de oportunidad; el conflicto escalado obtura y, como no se lo puede manejar, las personas son manejadas por él, llevándolas a perder su protagonismo en la resolución y llegando, como en el caso que hoy está en la tapa de los diarios, a ser protagonistas de una tragedia.
Cuidar a nuestros jóvenes es anticiparnos un poco, prever y alertarnos ante los signos, antes que naturalizar los. Familiarizarse con la violencia, ya sea ejerciéndola o siendo indiferente ante ella, es perder protagonismo para la paz.

* Psicopedagoga y coordinadora del Programa de Resolución de Conflictos Jóvenes Negociadores de Poder Ciudadano.

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