SOCIEDAD › EL DIEZ POR CIENTO DE LOS MENORES QUE DELINQUEN SON MUJERES

Cuántas y cómo son las “pibas chorras”

El diez por ciento de los menores en situación de delito son mujeres. Ese es el porcentaje en el que coinciden cuatro fuentes relacionadas con el trabajo con chicas detenidas en centros de máxima seguridad, en su mayoría, por delitos contra la propiedad. Según los datos del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia y la subsecretaría del menor bonaerense, son 52 las adolescentes internadas en la capital y el Gran Buenos Aires. Aunque hay diferencias entre una constante en esa cantidad hace dos años, y quienes, como algunos jueces, consideran que va en aumento el nivel de participación de las chicas en hurtos y robos. Presas no sólo del sistema penal sino de situaciones de dependencia con los varones más cercanos, las pibas chorras son, en general, chicas abandonadas, sin referentes paternos, que llegan al delito por su relación con sus eventuales parejas dedicadas al robo.
En la historia de Pachi hay mucho de esos datos sociales que aportan al realizar un perfil los especialistas. El consumo de drogas suele ser una constante de las jóvenes que ingresan a los institutos Ursula Liona de Inchausti, en el barrio de Once, o el Santa María Eufrasia Pelletier, de La Plata. La ex jueza y ex funcionaria del gobierno de Carlos Ruckauf en el área, Irma Lima, considera que la adicción a las drogas o el alcoholismo puede “llevar a las chicas a cometer delitos”. “He tenido casos de chicas muy bravas que robaban por una caja de Rohjpnol”, asegura la ex interventora del ex Concejo del menor provincial. Alicia Blasco, directora de Tratamiento Institucional del Concejo Nacional le dijo a Página/12 que “es importante la presencia en las chicas que son dispuestas por la Justicia nacional en institutos de un incremento en el uso o abuso de sustancias psicoactivas. Lo que sí aparecía en el caso de las chicas que llegaban a los establecimientos es el abuso de drogas, pero como una consecuencia e indicador más de su situación de calle”.
“Hay historias terribles de chicas encerradas por jueces que consideraron que lo que en criollo podrían llamarse ‘malas juntas’ harían imposible que volviera al barrio de donde salieron y donde empezaron a delinquir, sobre todo cuando hay una relación con algún chico que ya está visto como un chico problemático”, admitió ante Página/12 el secretario de un tribunal de menores de la zona sur del GBA. Esa relación con el varón que ya tiene una experiencia en asaltar, en usar armas, es lo que la propia Alicia Blasco considera que suele terminar de empujar a las chicas hacia las situaciones de delito. “Las chicas actúan en banda y su participación en el delito está configurada por las relaciones del tipo vincular propias de la etapa adolescente que involucran cuestiones afectivas”, define la funcionaria de la que dependen los institutos para menores nacionales. “En provincia las chicas que participan en delitos no participan de manera activa”, describió a Página/12 un funcionario bonaerense de la Subsecretaría.
Lo que coinciden en señalar los funcionarios que trabajan con chicas internadas es que la mayoría de ellas está involucrada en delitos contra la propiedad y es poco frecuente su participación en delitos contra las personas, como el homicidio y las lesiones. Las estadísticas del Concejo Nacional indican que en todo el 2001 ingresaron a sus cinco institutos de máxima seguridad 1574 menores en conflicto con la ley penal, de los cuales 1.468 (el 93 por ciento) fueron varones y 106 (el 7 por ciento) fueron mujeres. Las estadísticas del primer semestre de este año confirman que de los 596 menores alojados en institutos entre enero y junio pasados, 544 (el 91 por ciento) fueron chicos y 52 (el 9 por ciento), mujeres. La cifra es el diez por ciento de la población penal de minoridad dependiente del Consejo. En provincia, los datos indican que la proporción es mucho menor, pero sucede que el 60 por ciento de las jóvenes que están en institucionales nacionales en realidad provienen del primer y el segundo cordón del Conurbano bonaerense. “Tenemos muchos casos de chicas a las que el novio les pasó el arma cuando llegó la policía porque supuestamente no las van a revisar”, cuenta un funcionario judicial de un tribunal de zona norte. “De los pocos casos que tuvimos generalmente salieron con el novio que tiene varias causas y casi nunca son ellas las que salen a robar armadas”, le dijo a Página/12.
El nivel de desprotección y abandono que suelen vivir hace que las chicas busquen “una referencia con el poder dentro del barrio armando relaciones con el chico que más fuerte pisa. Comienzan a tener relaciones con ellos a los doce o trece años y quedan en una situación de cierto control por parte de ellos”, señala.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
  • Cuántas y cómo son las “pibas chorras”
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.