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Viernes, 9 de agosto de 2013

FOTOGRAFíA

Bajo control

Nora Lezano, la mujer que mejor ha retratado el mundo del rock nacional y a sus ídolos, ha puesto su ojo en el mundo del tango con una muestra que devela la trama social detrás del 2 x 4.

 Por Irupé Tentorio

A Nora le gusta retratar, dice que es su fuerte, que necesita controlar lo que sucede a su alrededor y por eso exige la pose aun a los retratados más díscolos, esos ídolos de rock que todavía quedan y que ella ha fotografiado minuciosamente. Es que Nora es el nexo perfecto entre el rock y la poesía, llega a sus objetos (sujetos) deseados con humildad y agradecida de las puertas que se le abren y, aunque la fotografía es su fuerte, no les teme a la escritura ni a la puesta en escena, mucho menos a la imagen en movimiento. Así es que como ahora mismo disfruta de haber convertido en libro su diario íntimo, les pone videos a las puestas de Maricel Alvarez y Santiago Loza y hasta se escapó del corralito del rock para meterse con la identidad más conocida de Buenos Aires, el tango y sus milongueros que se dejaron retratar por su lente y le ponen el cuerpo a una obra –Social Tango, un espectáculo de danza– que codirige con Agustina Videla. “Mi familia escuchaba a Goyeneche y a Piazzolla. Nunca me llamó demasiado la atención, a decir verdad, no había más espacio en mi vida más que para el rock. Pero cuando apareció la oportunidad de hacer Social Tango, me abrí y no tuve ningún prejuicio.” Esa facilidad para reconocer y esquivar sus propios prejuicios es la marca registrada de Nora Lezano. Entre sus fotos memorables hay una en la que los retratados están de espaldas, pero esas espaldas juntas, entrelazadas por el abrazo son tan reconocibles que no necesitan epígrafe, son Mercedes Sosa y Charly García, tan poderosos como vulnerables los dos en una producción que fue un antes y un después para la fotógrafa. Es que ella trabajaba para lo que era entonces la municipalidad porteña y no se esperaba, después de esa sesión de fotos a la que temió tanto como gozó que unos días después sonara el teléfono de su trabajo. “Atendió mi jefe de entonces y burlonamente me dijo ‘te llama Charly García’. Por supuesto creí que era una broma. Pero no, era él para invitarme a una fiesta. Algo similar sucedió con Gustavo Cerati, estaba en mi casa, llamó y me convocó a hacer las fotos de prensa para el disco de Bocanada. Recuerdo que cuando le llevé los negativos, Gustavo me dijo: ‘Es la primera vez que me reconozco en fotos’. Nadie en mi vida me lo dijo hasta ahora. Me gusta recalcar que todo fue sin querer, en mi vida en general. El deseo de ser fotógrafa se fue desarrollando con el transcurso de mi profesión y también con los logros obtenidos. Pero jamás fantaseé con fotografiar a mis ídolos.”

Contame sobre la muestra Milongueros, que se expone en el Teatro de la Ribera.

–Las fotos son retratos hechos en la milonga Cachirulo. Monté telas negras en el tinglado de fondo de la milonga. Quienes querían participar se paraban en ese improvisado estudio y posaban, muy ligeramente. Fueron muchas tomas, porque estábamos interesados en mostrar, básicamente, la diversidad del tango en la actualidad. Lo único que se repite allí es lo acromático de las fotografías, porque también es mi marca registrada. Elijo siempre trabajar en blanco y negro por una cuestión de atemporalidad. Este fue el primer paso que di en esta obra. Cuando vimos la edición de las fotos, decidimos contar una historia y de allí salió la idea de hacer los cortos que acompañan la muestra y que muestran justamente cómo ese espacio de la milonga logra juntar a un milonguero clásico con una mujer que recién da sus primeros pasos en ella.

Este último tiempo, notablemente estás muy presente en el circuito cultural. ¿A qué se debe?, ¿salió todo de golpe?

–No. Ahora siento que es momento de mostrar. Soy de las personas que generan muchos proyectos, pero a su vez me guardo bastante. Sin ir más lejos, las cajas de Sin sueño se duerme también –una edición de mis diarios íntimos– estuvieron paradas en mi casa durante cinco meses... l

Sin sueño se duerme también se consigue en El Elefante Club de Teatro, Librería Alamunt, Cine Si, Librería del Mármol y Librería Galerna.

Exposición Milongueros podrá visitarse en el Teatro de la Ribera, en el barrio de La Boca, a diario hasta fines de septiembre, en el horario de martes a domingo de 10 a 20 y los lunes de 10 a 17. La entrada es libre.

Social Tango, un espectáculo de danza, se presenta de jueves a sábado a las 20 y domingos a las 19. http://socialtangoshow.com/

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