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Viernes, 29 de abril de 2005

CONSEJITOS DE MARU BON BON

Sobre los espantosos riesgos que trae desvestirse a las apuradas

No quiera saber como quedo la boca de esta dama de espaldas, despues de haberse enredado en su propia ropa.

Oleralerí, queridos/as/e/s! ¡Olera, cu-cú, mis preciosuras! Vaya a saber por qué, pero el frío me trae aquellos cantos tiroleses que llenan de alegría las pistas de nieve del mundo entero, ¿o será la influencia del papa bávaro? ¡Ay, los caminos de la diosa! Inabarcables, ineluctables, tan impredecibles que de pronto la imaginación me lleva hasta la Plaza San Pedro. ¿Se imaginan el descalabro que podría hacer una servidora envuelta por tan cálida muchedumbre? Mejor dejemos de imaginar multitudes y vayamos a las intimidades, más aún, a la seguridad en la intimidad, que no es asunto para despreciar, sobre todo si el accidente se produce en el instante previo. Si fuera después, ¡quién nos quita lo bailado/a! Por eso, mis adorables bacantes y no vacantes, tomen con calma lo que merece calma y con ansia todo lo demás:

1. Dígale NO a quitarse las medibachas/calzoncillo largo de parada/o: Es una sana advertencia, amiguete/ta/s, que tiende no a obligarlos a la posición horizontal pero sí a tener en cuenta la falta de equilibrio que la pasión puede desencadenar... y las prendas en cuestión, encadenar. Habla la historia de enredos imposibles, esguinces de tobillo y otros males mayores sólo por no haber podido desenfundar las piernas de a una por vez.

2. Dígale NO a la falsa creatividad: Ah, sí, sí, a la señora/or se le ocurre quitar las prendas a dentelladas sobre los botones. ¿Acaso no piensa que ese díscolo botón puede seguir camino hacia la tráquea? ¿Acaso quiere terminar lo que no empezó en una guardia de hospital? O peor, a la dama/caballero en cuestión se le ocurre rasgar la prenda, arrancarla, destruirla como si la/lo/le quemara un auténtico fuego. ¿Y si la prenda era prestada? ¿Y si todo esto sucede en el baño del cine? ¿Acaso es Ud. de los/las que piensan que cada momento es eterno? Sea cuidadoso/a, que las buenas maneras siempre pagan.

3. Dígale NO a la crisis energética: Si hay que invertir, amiguete/ta/s, que sea con amor, al menos con calor humano, que, sepámoslo, calienta pero no tanto como una buena estufa. Así que, ¡olvidesé de la cuenta y encienda esa lamparita!, que desvestirse a oscuras también es causa de magullones, por no hablar de dedos chiquitos del pie incrustados en patas de muebles varios. Y ya que hablamos de energía, mis amores, ¡calienten el ambiente! ¿O es que hay algo menos sexy que una crisis de estornudo en ese momento? ¿O acaso a Ud. no se le reducen las partes justo cuando las necesitaba expandidas?

4. Dígale NO a las prendas que se quitan bajo las sábanas: Porque después sucede que ambas personas intentan buscar lo suyo a los pies de la cama, ¡y el cocazo ha dejado a más de uno fuera de juego! El riesgo de que esto suceda se incrementa con la cantidad de personas que haya en la misma cama, por no contar con las pérdidas irreparables de prendas íntimas bajo el colchón y la consabida imposibilidad de salir de raje si las circunstancias así lo requirieran.

Ya lo saben, amigos, amigas, amiguetes, tomen las cosas con calma y sobre todo, quítense las prendas de a una que así ayudarán a crear clima ¡y a encontrar después lo que necesiten!

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