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Domingo, 31 de octubre de 2004

VALE DECIR

Vale decir

Fiera vs. Fiero
A Johnny Rotten aún le quedan algunos cartuchos en el cargador. Y el que piense que aquellos que en su momento fueron adalides del movimiento punk hoy no son más que viejos chotos, que sepa que el ex Sex Pistols se encuentra actualmente grabando un nuevo programa de televisión para el canal 5 inglés. Y que durante dichas grabaciones ha demostrado ser todo un temerario, al punto de llegar a hacerle frente a un enorme tiburón blanco en cámara. Eso mismo fue lo que ocurrió cuando Rotten se encontraba buceando en Ciudad del Cabo, en una zona sugestivamente llamada El Callejón de los Tiburones. Nadie puede decir que John Lydon (más conocido como Rotten) no estaba advertido de los riesgos que corría, pero también es cierto que el programa se llama John Lydon’s Shark Attack. Y después de todo le salió bien, ya que el escualo se le acercó para después dar media vuelta y tomárselas. Se supo que mientras iba descendiendo la jaula en la que se sumergió Rotten, el cantante habría dicho: “Soy un tipo viejo y feo, pero lo que ustedes están a punto de ver es un buen juego de dentadura”. Según una fuente del Channel 5, “el momento en que John y el tiburón se vieron frente a frente fue muy tenso, pero el animal parecía ser el más asustado de los dos”.

Calzoncillos de lata
Una competencia organizada por la empresa Hamley para elegir al mejor juguete británico del año, acaba de seleccionar a Robosapien, un robotito diseñado por Mark Tilden –un científico nada menos que de la NASA– entre más de 130 productos del rubro. ¿Y qué es lo que hace tan distinguido a este muñeco entre sus pares? Por lo pronto, entre sus muchos talentos se cuentan la capacidad y costumbre de eructar y tirarse pedos. El Sr. Tilden dice haberse inspirado en su larga experiencia en robótica y en sus innumerables intentos por desarrollar un androide de uso masivo, según le contó al periódico inglés The Independent. Sin embargo, terminó en las vidrieras y los anaqueles de las jugueterías con una etiqueta de cerca de 80 libras, es decir, unos 120 dólares, o casi 360 pesos. El cachivache fue testeado por niños pertenecientes a unas doce familias de toda Inglaterra junto con juegos de mesa, rompecabezas y aparatos electrónicos, y por los resultados se espera que ahora los nenes del Reino Unido le reclamen al barbudo de Navidad uno de ésos en lugar de un mecano o el juego de la oca. Otro triunfo para el viejo y olvidado Tuerquita y los suyos.

Somos actores, queremos actuar
Parte de la crítica de espectáculos norteamericana ya lo declaró como “el programa televisivo más cruel de la historia”. Se trata de Film Fakers, reality show con cámara oculta que se dedica a hacerles creer a los muchos, innumerables actores y actrices desocupados de Nueva York y Los Angeles, que acaban de pegar un papelito –o incluso un papelazo– en alguna producción cinematográfica a punto de concretarse. El chiste, por supuesto, pasa por verles las caras en el momento justo en que descubren el engaño, en el que están involucrados desde la falsa productora hasta el supuesto productor. Para darle algo de credibilidad al asunto, los productores de la serie consiguieron la colaboración de la AMC, canal de cable yanqui conocido por programar “favoritos del cine”, que le dará un espacio a Film Fakers, así como también contarán con la complicidad de estrellas clase B de la talla de Erik Estrada. En el primer episodio, titulado “Croc Park”, tres actores se encuentran repentinamente en el set de una película de terror sobre cocodrilos mutantes, pronunciando parlamentos tales como “quizá puedas morder mi carne, pero jamás podrás devorarme el alma”. También se anuncian películas navideñas, gangsteriles-tarantinescas y otras maravillas clase Z. Uno de los intérpretes sinlaburo que mordieron el anzuelo se mostró sorprendido ante su propia credulidad. David Noll, creador y productor ejecutivo de la serie, admitió sentir alguna culpa por las tremendas desilusiones provocadas. “Pero –se descargó enseguida– cuando sos productor de un reality, una parte tuya siempre se siente culpable por algo.” Y agregó que prefiere el adjetivo “retorcido” a “cruel” o “explotador” para definir su programa: “Estos chicos siempre han querido estar en una película, estar en una escenografía con un director, y maquillaje y luces de verdad, y por una semana tienen la oportunidad de vivir su sueño. Los tratamos como estrellas”, se defendió Noll sin más. Casi como si hubiera dicho: “¿Acaso querían tanto hacer ficción? Ahí tienen”.

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