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Domingo, 2 de septiembre de 2007

TEATRO > EMPIEZA EL VI FESTIVAL INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES

El mundo del espectaculo

El martes 4 de septiembre larga el VI Festival Internacional de Teatro, Danza, Música y Artes Visuales, y el vértigo tomará por asalto salas, calles y espectadores. Se verán 9 obras internacionales, 15 nacionales, 3 experimentos en la vía pública, además de workshops, muestras, proyecciones y muchas, muchas fiestas. Aquí, una guía para no perderse en 19 días que harán estallar las tablas.

 Por Mercedes Halfon y Cecilia Sosa


CURIOSIDADES

No voy en tren, voy en auto o en vagón

ASI SE VERA LA ESTACION LIMA DEL SUBTE A DURANTE LA INTERVENCION LUMINICA Y MUSICAL.

Dentro del interdisciplinario Proyecto Cruce que propone diferentes intervenciones en la vía pública, se va a realizar Subte, un trabajo del iluminador y realizador Gonzalo Córdova junto al músico electrónico Diego Vainer. Los martes 11 y 18 de septiembre la estación Lima del subte A –¡pleno centro!– será teñida de azul. Pequeños sonidos y un clima gélido y espacial sorprenderán a los transeúntes desprevenidos. Además, la compañía de Moro Anghileri, Gustavo Tarrío, Diego Velázquez y Laura Palermo instalará un autocine en el estacionamiento del Centro de Exposiciones donde se dará Súper, una supuesta serie –sólo veremos el primer capítulo– sobre un grupo de personajes que tienen o creen tener poderes sobrenaturales. Habrá también musicalización y doblaje de los protagonistas en vivo.

Súper se realizará el martes 18 a las 20 y a las 24. Las entradas gratuitas se retiran el día de la función desde las 10 en el Centro de Exposiciones.

Qué fantásticas, fantásticas las fiestas

¿Y después del teatro qué? Para que no haya nunca descanso, un repertorio de “Noches de autor”, donde distintos artistas darán vida a la fiesta de sus sueños. Una selección que promete ser irresistible. “El casamiento que no tuve”: la coreógrafa Diana Szeimblum invita a solteros, casados y concubinos de todos los colores y pelajes a sumarse a una boda abierta con todos los tics, donde no sólo los novios saludarán en el atrio (sábado 8). ¿El karaoke está de moda? La compañía Post-nuclear (Lola Airas y compañía) ofrecerá una versión cibernética con máquina de proyecciones, pistas, cantautores y colados cantando en vivo (sábado 15). ¿En busca de otra vida? La cineasta Albertina Carri y el diseñador Alejandro Ros idearon una auténtica fiesta de fantasmas donde cada invitado recibirá una túnica blanca in situ (domingo 16). ¿Animo romántico? Imperdible la velada “Si necesitas amor”, el cantautor y bailarín de El Descueve, Carlos Casella (más artistas invitados), interpretará un repertorio que va de Nino Bravo a Paquita la del Barrio, pasando por Roberto Carlos y el Trío Los Panchos.

Las noches de autor son a las 23.30 en el Centro de Exposiciones. Gratis.


NACIONAL

La joven y poderosa dirección nacional

El festival también es una gran oportunidad para asomarse a “lo nuevo” que agita la escena local. Algo de ruido hace, la celebrada segunda obra de Romina Paula (27 años, directora de Si te sigo me muero y autora de la novela ¿Vos me querés a mí?), es quizás el ejemplar más redondo de la nueva generación de dramaturgos. Una obra casi impecable logra mostrar, en pequeñas e inquietantes postales tomadas en una casa de playa, el desmoronamiento de la rutina de dos hermanos simbióticos e introvertidos (Esteban Lamothe y Esteban Bigliardi) ante la visita imprevista de una prima escandalosamente vital (la omnipresente Pilar Gamboa). Aires sutilmente perversos, poesía, baile y final con Robbie Williams que tal vez expliquen por qué fue la única obra nacional que el jurado eligió por unanimidad. Si de familias disfuncionales se trata, a no perderse Reproches constantes (foto), un manifiesto al desencuentro pergeñado por el talentoso actor y director Santiago Gobernori (1978, ganador del premio “S”) donde un matrimonio, su “gordo” hijo adolescente (el espigado Julián Tello) y dos invitados deben lidiar (o negar) el secreto que entrampa sus vidas. Desmesura escénica y actuaciones notables para un lúcido y por momentos hilarante culebrón que ilumina los tics más negros de la vida familiar. ¿En busca de experimentación? La apuesta entonces es Emily, la personalísima obra que Gerardo Naumann (también autor de ¡Sentate!, una asombrosa obra con animales en escena dirigida por el suizo Stefan Kaegi para el ciclo Biodrama) montó en el showroom de muebles para baño y cocina del Partido de Lanús. Acaso el escenario perfecto para que un personaje masculino y tres femeninos (una niña de 12, una joven de 26 y una señora de 72) entre consignas, juegos y recitados, tomados de manuales de enseñanza de inglés, pongan en escena fragmentos de la vida de Emilia/Emily y de paso naveguen por los intersticios de la representación. Con sorprendente giro al inglés a mitad de la obra (y actores oficiando de subtituladores). ¿Una más? Crave, de Cristián Drut, una inclasificable autobiografía a cuatro voces sobre el desamor basada en un texto notable de Sarah Kane.

Las entradas gratuitas se retiran en los respectivos teatros, el día de la función.

Clásicos locales de estreno y de vuelta

Cuatro directores consagrados de la escena local mostrarán piezas de ayer, de hoy y de siempre. Daniel Veronese participa con Espía a una mujer que se mata, su particularísima versión de Tío Vania y su segunda obra en torno al mundo Chejov, donde construye una nueva clase de naturalismo: un despojamiento de artificios teatrales que no renuncia a la poesía ni a la intensidad actoral. Mauricio Kartún mostrará su multipremiada El niño argentino (foto), pieza que escribió y también dirigió y en donde dos hombres, un niño bien y un peón de campo, viajan a Europa en barco, compartiendo sótano con una vaca que será el centro de sus disputas económicas y sexuales.

Una buena noticia es que Ricardo Bartís y Rafael Spregelburd estrenarán trabajos producidos por el festival. El primero mostrará La pesca, trilogía deportiva, con actuaciones de tres estrellas del universo bartoleano: Luis Machín, Sergio Boris y Carlos Defeo. El estreno de Spregelburd, La paranoia, es nada menos que una nueva entrega de su aclamada Heptalogía de Hieronymus Bosch, inspirada en el cuadro La rueda de los siete pecados capitales de El Bosco, en la que cada obra teatral responde de modo peculiar a uno de estos pecados. La última pieza de esta saga había sido la exitosa La estupidez.

La danza copa la parada

Acaso la nota distintiva de este festival es la fuerte presencia de la danza, que le robó al teatro protagonismo al punto de copar casi la mitad de la programación. Se verán Alaska, de Diana Szeinblum, que presenta un lugar que todos reconocemos pero al que nadie nunca fue, con música en vivo de Ulises Conti y Mariano Malamud. Bajo, feo y de madera (una pieza olvidada), donde Luis Biasotto trabajó con intérpretes a quienes les propuso bailar mal. Plano difuso, de Edgardo Mercado, que investiga la relación entre la danza y el aparato multimedial. Tres de Mariano Pattin, que con clima surrealista muestra a tres hombres del desierto en una casa en el mar donde hay una ballena que habla, un crepúsculo de boxeadores, escorpiones, lagartos y mucho más. El lobo de Pablo Rotemberg cruza lo sublime y lo escatológico en la soledad de un hombre pasional en un baño. Por último, lo primero: El parto de Luis Garay o el intento de una danza autobiográfica.


INTERNACIONAL

Bollywood en castellano

¿Qué sucede en los escenarios europeos? Uno de los pálpitos más fuertes de la sección internacional viene por el lado de la danza y parece escapar a todo lo conocido. Paradójicamente, se trata de la última producción de una argentina residente en Berlín. Se trata de Big in Bombay, un exuberante espectáculo de la coreógrafa y bailarina Constanza Macras que fusiona danza, teatro, pop e imágenes fílmicas tomadas en la India. La obra transcurre en una sala aséptica donde 15 personajes, extraños entre sí, parecen condenados a la espera. Hasta que el tiempo se acelera (o se detiene) y todo estalla. Entonces, al mejor estilo Bollywood (la versión india de la meca del cine industrial), la sala deviene en estación de ómnibus o la audición de un casting donde pueden irrumpir canciones pop, condones con consignas políticas, cartoneros, telenovelas y las imágenes más desbocadas del consumismo posmoderno. Los protagonistas intentarán desesperadamente destacarse sólo para descubrir que, al final, todos hacen lo mismo. ¿La más irónica y despiadada crítica a la industria del entretenimiento?

Big in Bombay se estrenó en 2005 y se exhibió en Corea, Japón, India y Estados Unidos. Macras nació en 1970 en Buenos Aires, vivió en Amsterdam, Nueva York y en el ’95 se estableció en Berlín. En 2003 fundó Dorkypark, una compañía que trabaja con fetiches culturales y que reúne a un elenco internacional de bailarines, actores, músicos e intérpretes que van desde los 4 a los 72 años. Macras es una de las coreógrafas más reconocidas de la escena europea y Big in Bombay es la quinta y la más arriesgada obra de su inusual compañía. Una cita irrepetible.

Big in Bombay se presentará el viernes 21 y el sábado 22 de septiembre a las 21; y el domingo 23 a las 15 en el Teatro Presidente Alvear.

Holocausto, terremoto y confesiones personales

La sección Internacional del Festival contará este año con tres obras que trabajan con materiales de carácter documental, algo que en Buenos Aires hace tiempo que se viene realizando. El primer caso es el del director polaco Krzysztof Warlikowski, que con la joven compañía TR Warszawa presenta The Dybbuk (foto), una obra que aborda el tema del Holocausto judío –tópico casi obligado en Polonia–, pero por fuera de todo sentimentalismo hollywoodense y con una perspectiva radicalmente crítica. La segunda pieza de teatro basado “en hechos reales” llega desde Italia y de manos del director, actor y cineasta Pippo Delbono. Ese autor armó una compañía con personas marginadas con el firme propósito de practicar un “teatro de la diferencia y la necesidad”. Múltiples referencias aparecen en su poética, desde el burlesco hasta los rituales, de Pasolini a Beckett, mixturadas con relatos testimoniales. Aquí se verá Il silenzo, el recuerdo del devastador terremoto que asoló Gibelina en 1968, y Racconti di giugno, un espectáculo donde Pippo, solo en escena, a mitad de camino entre la confidencia y la conferencia, juega con el límite del actor sin máscaras.

The Dybbuk se dará el jueves 6 y viernes 7 a las 20.30 y domingo 8 a las 15, en el Teatro San Martín.

Il silenzo se dará el jueves 13 y viernes 14 y sábado 15 a las 21 y domingo 16 a las 15 en el Teatro Presidente Alvear.

Racconti di giugno se dará el viernes 14 y sábado 15 a las 17.30, en el Teatro Sarmiento.

Danza de espejos butoh e islamismo multicultural

KAGEMI: LO MEJOR DE LA DANZA BUTOH JAPONESA

La compañía Sankai Juku dirigida por Ushio Amagatsu llega con su espectáculo Kagemi. Más allá de la metáfora de los espejos. Siete bailarines, con cabezas rapadas y cuerpos empolvados de blanco, construyen un entramado que va desde una epifanía con flores de loto a las cenizas de la bomba atómica. La danza butoh, nacida con la generación post-Hiroshima, es el modo más radical de la danza contemporánea surgido en Japón, y Amagatsu es hoy uno de sus máximos exponentes. Otro de los imperdibles es Zero Degrees, un trabajo en colaboración entre Akram Khan, el coreógrafo top del Reino Unido, y el hip-hopero belga Sidi Larbi Cherkaoui, dos bailarines hijos de familias islámicas criados en Europa, que nutren sus trabajos del encuentro entre culturas. Inspirados en estas extrañas coincidencias, tanto su identidad dual como el deseo de encontrar el grado “0” de los opuestos en el centro de la vida, crearon Zero Degrees.

Kagemi se dará el jueves 20, viernes 21 y sábado 22 a las 20.30; y domingo 23 a las 15, en el Teatro San Martín.

Zero Degrees se dará el miércoles 12, jueves 13 y viernes 14 a las 20.30; y sábado 15 a las 15, en el Teatro San Martín.

Ocho horas muy efímeras

Esta es la primera vez que la mítica compañía fundada en los ’60, Théâtre du Soleil, viene a América latina. Se trata de una de las pocas que existen aún hoy en Europa que funciona con ese espíritu comunitario tan en boga décadas atrás. En ella participan más de setenta artistas, todos cobran lo mismo, igual de comprometidos en objetivo estético y político a la vez: lograr a través del teatro representar lo contemporáneo. La obra que harán en BA, Les Éphémères, dura ocho horas. Y lo que propone, junto con el demencial desafío perceptivo, es explorar el inaprensible –efímero– instante presente. Por lo menos eso dice Ariane Mnouchkine, su directora. Sin un guión preestablecido, las escenas van surgiendo espontáneamente de cada uno de los actores como miradas parciales, piezas de un rompecabezas que en vez de armarse en el espacio, pide ser despedazado en el tiempo.

Les Éphémères se dará el jueves 6 y viernes 14 a las 20 (1ª parte); viernes 7 a las 20 (2ª parte) y en versión completa el sábado 8, domingo 9, miércoles 12 y sábado 15 a las 15. En el Centro de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires.

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