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Domingo, 25 de abril de 2010

FAN > UN CINEASTA ELIGE SU ESCENA DE PELICULA FAVORITA: DIEGO CURUBETO Y HEAD, DE BOB RAFELSON

Cuando el cine se veia en LSD

 Por Diego Curubeto

Hubo una época, cuando no había dvd, que lograr ver algunas películas podía hacerse muy difícil. Hay algunas películas en especial que yo traté de conseguir de todas las maneras posibles. Y hay una en particular, que empieza con una de mis escenas favoritas, y que vi en un VHS muy malo, que fue lo que pude conseguir. Era un VHS probablemente grabado en NTSC de la televisión norteamericana, sin subtítulos, cuando yo todavía no sabía muy bien inglés. Puede ser que no haya entendido demasiado de la película, pero la verdad es que tampoco había mucho que entender.

La película es un film de culto llamado Head, del grupo The Monkees, y estaba dirigida por Bob Rafelson y escrita por Jack Nicholson, y la escena que más me gusta es la inicial. Siempre me pareció un modo fascinante de empezar una película.

Head empieza sin títulos, y la escena es más o menos así: hay unos militares inaugurando un puente. Los militares están por dar el discurso de inauguración, pero algo no les anda bien con los micrófonos, que empiezan a hacer ecos molestos y ruidos estridentes. En eso aparece un hippie seguido por otros tres pelilargos. El primero se tira del puente, y los otros lo siguen. Cuando caen al agua empieza a sonar una canción memorable, titulada “Porpoise Song”, tal vez la mejor de toda la película y la menos relacionable con el estilo más frenético de los Monkees. Pero el asunto es que la canción suena mientras los Monkees están en el agua nadando y persiguiendo a una sirena. Luego nos enteramos de que están en medio de un sueño. Esa escena es una cosa muy rara y muy larga, la imagen está solarizada y quedaba muy psicodélica, iba muy bien con la canción, que creo que era de Carole King. La película era una cosa totalmente incoherente con muchos clips que más tarde fueron copiados muchas veces.

Nicholson escribió Head como una especie de delirio de su época, y está filmada siguiendo la estética psicodélica de los ’60. No tiene un guión muy coherente, sino que es más bien una serie de escenas inconexas hilvanadas de alguna manera rara. Y es de esas películas que se veía como uno ve a veces las películas de rock en video: poniendo cachos, adelantando partes, salteándose escenas para ver la próxima secuencia musical. Sólo que, como con el VHS –que no tiene selección de escenas como el DVD– uno empezaba por el principio, siempre que ponías esa fabulosa secuencia inicial te quedabas viéndola hasta el final sin avanzarla.

Aquella vez que vi Head en un video bastante malo yo tendría ya unos 18 años. Ya estudiaba cine, había empezado a los 15, así que era un poco grandulón, pero a los Monkees los seguía desde chico, a través de la serie que pasaban en televisión. Los Monkees eran como unos beatles americanos bubblegum, de temas rapiditos. La película llegó cuando estaban al final de su carrera, a punto de separarse, como un coletazo de la serie. Y que la dirigiera alguien como Bob Rafelson era un fenómeno común en su época: él había dirigido varios capítulos del programa televisivo, pero esto era una cosa aislada en su filmografía. Era habitual que un director que hoy es prestigioso y que ha hecho cosas de todo tipo, empezara su carrera dirigiendo una película de rock. A partir del éxito de Help y A Hard Day’s Night, o antes incluso, con las películas de Elvis, se había vuelto una parte fundamental del merchandising rockero que un músico tuviera su propia película. En este caso, los Monkees ya habían nacido como un producto; a mí me gustaban mucho, pero mucha gente los desmerecía porque eran “prefabricados”.

Una de las cosas que me confirmó la película fue que la mejor psicodelia cinematográfica es la berreta, esa que se limita a solarizar las imágenes sin más, en lugar de tratar de volverse más sofisticada y pretenciosa. Las películas de la época tendían a un montaje rápido, pero esta escena tiene un montaje distinto, lento, con esa canción que es de lo más antimonkees, más pausado, bien de clima onírico. Durante mucho tiempo traté de conseguir la banda de sonido, y un día me la regaló Rodrigo Fresán. El sabía lo mucho que me gustaba la película y me la consiguió, y hoy la tengo como un tesoro.

Carne sobre carne, la película de Diego Curubeto sobre la Coca Sarli y la censura, se proyectará por última vez el jueves 29 de abril a las 22 y el sábado 1º de mayo a las 24 en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415.

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