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Domingo, 16 de septiembre de 2012

> LOS DIBUJOS ANIMADOS DE ANDY RIVA PARA INFANCIA CLANDESTINA

Pesadillas animadas

La secuencia sorprende porque así es prácticamente como arranca el relato, con un tiroteo en medio de la noche y porque toda la violencia que está en el centro de la historia cobra una fuerza inusitada a través de potentes viñetas animadas: los fogonazos, el rojo de la sangre (y el amarillo del miedo: más detalles adelante), el negro de la oscuridad y del porvenir. Como ésta del inicio, hay otra secuencia de dibujos animados que cumple una función análoga cerca del final, uno de los múltiples, diversos –y seguramente para muchos– inesperados recursos narrativos con los que Avila se propuso alejar su relato lo más posible del documental y zambullirlo de cabeza en el reino del drama y la ficción: basada en hechos reales pero intensa, dramática, absorbente.

Inspirados en la potencia que Avila encontró en una secuencia afín en Kill Bill, de Quentin Tarantino –la que narraba, desde el punto de vista de una nena de unos cinco años, el asesinato de sus padres, el episodio tutelar de su carrera como vengadora implacable–, los dibujos de Infancia clandestina, las escenas de acción al principio y al final así como otras dos, una que narra, en trazos infantiles, las estrategias del Che Guevara para pasar de incógnito, y otra de naturaleza onírica sobre el destino del tío Beto, pertenecen al dibujante y cineasta Andy Riva, quien lleva más de una década curtiéndose en proyectos audiovisuales relacionados con los derechos humanos.

La relación entre Riva y Avila se remonta a unos doce años, cuando la productora Habitación 1520 (una de las que hoy producen Infancia clandestina) y Sudamérica Cine (en la que Riva trabajó de cerca con Abuelas de Plaza de Mayo en un documental y varios institucionales) compartieron una misma casa como sede de trabajo. Ya se habían conocido en la carrera de Imagen y sonido en la UBA, cuando Riva aún estudiaba y Avila fue a dar una charla que aquél recuerda como inspiradora. La cercanía los llevó a encontrarse repetidamente a lo largo de los años y le dio a Riva un acceso de primera mano al que eventualmente fue el primer largo de Avila, y para el cual hizo desde sus presentaciones iniciales, bocetos y storyboards. “La idea de las secuencias de dibujos animados estuvo desde la primera versión de guión que leí”, recuerda Riva, cuya formación es un poco autodidacta, aunque en su trabajo no sea difícil distinguir su paso por varios talleres, y en particular las lecciones de quien él considera su mayor mentor, toda una leyenda del dibujo y la historieta argentina: Oswal. El creador de Sonoman –entre muchas otras obras hoy injustamente no del todo recordadas–, su profesor en la escuela de Garaycochea, le habrá acercado algo de toda la larga tradición del dibujo argentino de aventuras. “Era increíble, capaz que te enseñaba encuadre de historieta pasándote Alejandro Nevsky de Eisenstein. Pero en el dibujo de la película no hay una influencia específica, hay un poco de muchas cosas que me marcaron a lo largo de los años: algo de Hugo Pratt en los detalles, quizá algo de los tiempos contemplativos de Minaverri, algo del color del Batman de Frank Miller. Por lo demás, trabajé con total libertad, siguiendo a Benjamín: lo del color amarillo como representativo del miedo –por eso de mearse de miedo: Juan haciéndose pis en la calle durante el tiroteo del comienzo– es algo personal de él, mi trabajo fue incorporarlo dándole algo de sordidez, exponenciarlo, proyectarlo, por ejemplo en la lluvia. El efecto es poderoso.”

Tras su trabajo en Infancia clandestina Riva –que mientras termina de dar forma a un proyecto para un largo propio, se divide entre las ilustraciones para un manual de editorial Estrada, la pintura de murales y los textos y dibujos de un libro para chicos– aplicó su talento gráfico a otra producción de la familia Puenzo, la adaptación de Wakolda, de Lucía Puenzo, sobre su propia novela: allí debió meterse en la cabeza de Mengele con un propósito: convertir en material cinematográfico los garabatos de la agenda personal de un genocida.


Algunos trabajos de Riva pueden verse en www.andyriva.com.ar y www.andresriva.blogspot.com

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