Un niño de 11 años murió ayer tras ser baleado con una escopeta por su hermano, de ocho años, en una estancia ubicada cerca de la localidad santafesina de La Chispa, en el departamento provincial General López, a 170 kilómetros al sudoeste de Rosario. El hecho ocurrió poco después de las 14 en una habitación de la vivienda y cuando el padre de los niños, llamado Cristian Lucero, había salido a realizar tareas en el campo. El hombre escuchó un estampido proveniente de la casa, regresó de inmediato y encontró a uno de sus hijos herido de bala en la cabeza, mientras que el otro niño se encontraba sumido en una crisis de nervios.

Desde la subcomisaría de Godeken, con jurisdicción en la zona rural donde se produjo el hecho, el padre de los dos menores fue a trabajar a una estancia distante en 12 kilómetros de La Chispa -﷓donde vive la familia en cuestión-﷓ y llevó a los niños consigo.

El hombre -que fue a reemplazar a un capataz de la estancia- no advirtió que los chicos ingresaron a una habitación donde había un arma larga -escopeta calibre 16- y éstos, al manipularla, desencadenaron el accidente fatal. En principio, el chico de 8 gatilló contra el cuerpo del mayor y le provocó una herida fatal a la altura del tórax.

El padre de la víctima llevó al chico hasta La Chispa -pequeña localidad del departamente General López de unos 500 habitantes y ubicada a unos 160 kilómetros de Rosario- pero como no había una ambulancia fue llevado por un móvil policial hasta un Samco de Murphy, donde llegó sin vida, cerca de las 16.30.

Más tarde se dirigieron al hospital Gutiérrez de Venado Tuerto donde se realizó la autopsia del menor, confirmaron desde ese centro de salud a este medio. "En principio fue un accidente, una tragedia", señalaron desde la subcomisaría de Godeken. Las actuaciones sumariales del caso quedaron a cargo de la comisaría de Murphy, con intervención del juez de Menores de Venado Tuerto.