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Martes, 12 de enero de 2016

SANTA FE › CAPTURARON EN CAYASTá A LOS FUGITIVOS LANATTA Y SCHILLACI

Un final al mejor estilo Hollywood

Los ministros Bullrich y Pullaro obviaron
resquemores previos y valoraron "el trabajo
coordinado". Elogios a la policía local

La euforia que denotaron Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro, como ministros de Seguridad de Nación y provincia, respectivamente, fue proporcional al deterioro físico y mental que exhibieron los fugitivos Christian Lanatta y Víctor Schillaci al caer ayer a manos del encargado de un molino arrocero y los policías de la comisaría de Cayastá, en el epílogo de un escape a través de dos semanas y que tuvo la llanura santafesina como escenario de sus últimos días. Y cada ministro procuró capitalizar el rédito para donde más lo necesita: Bullrich se atrevió a definir el desenlace como "un golpe al narcotráfico", y Pullaro marcó y remarcó su ponderación de la Policía de Santa Fe, que al final se adjudicó la captura de estos dos, y también de Martín Lanatta, el sábado. Atrás pareció quedar el recelo de los santafesinos para con sus pares federales por haber intentado la recaptura en soledad y avisarles cuando ya era tarde. No brindaron en público por pudor, pero cruzaron efusivos abrazos y felicitaciones. Bullrich sí tuvo reproches tácitos: advirtió que el Gobierno tiene "un enemigo que se infiltra en todos lados" y que quiere "comprar" a los funcionarios, y señaló "piedras que pusieron en el camino desde el primer día".

El último capítulo local ya es conocido para estas horas: un empleado del molino Spalletti acude a su lugar de trabajo, al sur de Cayastá, y por consejo de su empleador y de su esposa, avisa primero en la comisaría ante la posibilidad de toparse con los prófugos. Y así sucedió. Franco Martín abrió el portón y quedó a merced de los dos hombres más buscados del país, más hambrientos que armados. Cuando la policía apareció, no opusieron resistencia. Y volvieron a ser los presos condenados a prisión perpetua por el triple crimen de General Rodríguez, de agosto de 2008.

Entonces Bullrich sí tomó un helicóptero y horas después montó una conferencia de prensa en un club de Helvecia, junto a Pullaro y los jefes de las fuerzas de seguridad que participaron del procedimiento desplegado el jueves pasado.

Nada dijo Pullaro del humor que reinaba entre sus policías en las vísperas. Eligió destacar "el trabajo coordinado" con la Nación y dijo que las recapturas son "una reivindicación" de la Policía de Santa Fe. Fue ostensible el aplauso hasta de los agentes en el salón del club.

El ministro provincial añadió que "desde el primer día, cuando tomamos conocimiento de que los prófugos podían estar en Santa Fe, el gobernador Miguel Lifschitz y el vicegobernador Carlos Fascendini nos ordenaron que nos pusiéramos a disposición del Ministerio de Seguridad nacional y con las fuerzas nacionales, y así lo hicimos". Subrayó que en Santa Fe "se trabaja fuerte para acompañar al gobierno nacional en la lucha contra el narcotráfico", para distinguir de quién es la responsabilidad primera de ese delito federal. Y enfatizó que "esta lucha que tenemos que llevar adelante contra estas mafias poderosas es una lucha del pueblo de la Nación argentina".

"Esa es la policía que necesitamos -aprovechó Pullaro-, proactiva, que tome la iniciativa y persiga el delito. Esto nos dio experiencia y eso nos hace pensar en una nueva policía en Santa Fe y a nivel nacional", dijo. En ese sentido, agradeció nombre por nombre a la jerarquía policial y valoró "el trabajo incansable de la fuerzas de seguridad".

"Estoy satisfecho con esta actuación de la Policía, y es el primer paso. Necesitamos que nuestra policía sea la mejor de Argentina. Siempre dijimos que íbamos dar mucho, a jerarquizarla, mejorar sus condiciones laborales, pero también le íbamos a pedir mucho. Por lo tanto es satisfactorio ver cómo trabajaron. Estaban todos los jefes en el territorio. Estaban todos a disposición de lo que planteaba esta unificación operativa".

Bullrich, por su parte, aludió a los fallidos registrados durante la búsqueda que empezó el 27 de diciembre y al papelón transitado el sábado con el festejo del gobierno por la captura de los tres prófugos cuando era la de uno solo. La ministra dijo que el gobierno tiene "un enemigo que se infiltra en todos lados" y que quiere "comprar" a los funcionarios. "Las piedras que pusieron en el camino empezaron el primer día y todo lo que nos pasa tiene que ver con que tenemos un enemigo que se infiltra en todos lados, que se mete, que nos quiere comprar", señaló.

Con el resultado puesto, la responsable de la cartera de Seguridad valoró entonces "el trabajo en equipo" para recapturar a los criminales evadidos y aludió a "tiempos difíciles y complicados". En esa línea, destacó la coordinación entre "las autoridades del Poder Ejecutivo santafesino, encabezadas por el gobernador Miguel Lifschitz, y la gobernadora María Eugenia Vidal".

"Fueron tiempos duros, difíciles. Hemos pasado días complicados. Aquí hubo un trabajo conjunto de la Nación, bajo la instrucción del presidente (Mauricio Macri), de la provincia de Buenos Aires en la primera etapa y de la provincia de Santa Fe", indicó la ministra.

Para entonces, Schillaci y el Lanatta que faltaba eran subidos a un helicóptero con rumbo a los tribunales federales de Comodor Py, en Buenos Aires. Empezaba otro capítulo, pero la escena en los maizales de San Carlos y los sauces litoraleños había terminado.

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Los dos recapturados fueron trasladados de inmediato a los tribunales federales porteños.
Imagen: Eduardo Seval
 
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