rosario

Miércoles, 10 de septiembre de 2008

CORREO

Cuerpos

Resulta una grotestca paradoja que aquellos que se porclaman defensores de la vida, sean además los que amenazan a médicos y legisladores que pretenden atenuar el padecimiento de madres involuntarias.

En efecto de México a Rosario vienen asolando las intimidaciones antiabortistas con violencia incluída.

Esto no es nuevo, desde la antigüedad la maternidad forzada ha sido un mecanismo de sometimiento hacia las mujeres, un modo perverso de condicionar sus vidas. La maternidad y por supuesto la paternidad cuando son deseadas y elegidas, se viven y se gozan y vaya si los hijos lo perciben y lo saben.

La sociedad debe garantizar el libre ejercicio de la sexualidad, planificación familiar, educación sexual, procreación responsable, acceso a los métodos de prevención de los embarazos no deseados.

La insastifacción sexual es la base del fascismo cotidiano, esto lo explicaba el Dr. Wilhem Reich y lo proclamó a los cuastro vientos la libertaria Emma Goldman.

Por estos lares las Mujeres Libres como Virginia Bolten y Juana Rouco Buela fueron precursoras en las prácticas antioscurantistas.

En el presente con tantas niñas﷓adolescentes﷓madres involuntarias, víctimas de violaciones tantas veces reproducidas por la hipocresía y el patriarcado corresponde actuar sin demoras.

Carlos A. Solero

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