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Domingo, 11 de diciembre de 2005

OPINIóN › PANORAMA POLÍTICO

PRIMERAS IMAGENES

 Por Pablo Feldman

El debut parlamentario de Hermes Binner y de Agustín Rossi, permitió observar -sin demoras- el alto perfil que tendrán ambos por su condición de presidentes de bloque, y a la vez las diferencias políticas que sobre todo el jefe de la bancada oficialista se ocupará de hacer más notorias.

La estrategia del "Chivo" será marcar las diferencias, siempre y cuando ese acento no vaya en contra de las necesidades del gobierno, que será siempre la tarea fundamental del diputado debutante. Pero cada vez que se pueda -y convenga- Rossi cruzará de vereda a Binner, no ya pensando en la labor parlamentaria sino en el 2007, cuando aspira a tener revancha en las elecciones para la gobernación de Santa Fe. Para algunos dirigentes del PJ provincial Rossi "está gastando a cuenta" sobre todo para el reutemenemismo que celebrará que el diputado esmerile al líder socialista, pero hasta ahí no más. La iniciativa que partió desde la Casa Rosada de "armar sin Reutemann ni Obeid" en las huestes del Senador fue tomada poco menos que como una declaración de guerra.

No obstante antes de asumir, Rossi visitó en la otra ala del parlamento al Lole. Fue un encuentro informal, en el salón que rodea al hemiciclo del recinto de deliberaciones del Senado, frente a legisladores y asesores que deambulaban por allí y que cruzaban saludos con los santafesinos acomodados en uno de los tantos sillones de la sala.

Allí Rossi ratificó lo de "armar y recorrer la provincia". "El que avisa no es traidor" es una frase que varias veces se le oyó decir al ex Piloto de Fórmula Uno, y Rossi fue a avisar. Por ahora, y seguramente por casi todo el 2006 el Lole "hará la plancha" y acompañará desde su banca las iniciativas del Poder Ejecutivo, más adelante se verá, pero como dijo un íntimo del Senador, "el Lole no es de los que entran a los tiros en la comisaría". Y a eso no hace falta agregarle nada más.

Volviendo al debut de los presidentes de bloque, y más alla de algunos resbalones -propio de la primera vez- se los bien, seguros, con manejo de escena. Un poco mejor Rossi, que tiene la gimnasia del Concejo Municipal y que además hablaba último, como indica el reglamento.

Pero lo mas importante -de cara al futuro en Santa Fe- es que en la primera votación, socialistas y kirchneristas votaron juntos: eso fue el rechazo al diploma del electrocomisario Luis Abelardo Patti. Pero en la segunda -cuando se trató el travestismo borocoteano- ya votaron diferente. Los socialistas pidieron que ese diploma pasara a la Comisión de Poderes sin que el pediatra devenido en político jurara y el oficialismo, en cambio que se aprobara su juramento. Finalmente así ocurrió, y Rossi ya se comió su primer sapito a los pocos minutos de asumir. No está mal, sobre todo para ir acostumbrando el paladar ya que la semana que viene tendrá que defender a Rafael Bielsa, sobre quien también pesan impugnaciones, luego de su no asunción como Embajador en Francia. Desde ya que son casos diferentes, pero sólo el gobierno piensa que no tiene costos o que son menores. En la opinión pública no ha quedado en claro que se trate únicamente del veletismo de Borocoto o del sentimiento culpógeno de Bielsa. Hay detrás de ambos papelones una inconfundible silueta, aún en la sombras, que es la del Jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández, que terminó designado a Eric Calcagno en París, donde supuestamente hacía falta un "peso pesado", y sin restarle méritos al sociólogo y economista, no parece dar ese piné.

En Santa Fe

Rossi no parece dispuesto a involucrarse en los problemas de la provincia, no al menos inmediatamente. Por una parte porque cree que la gestión de Jorge Obeid obró como contrapeso para sus chances electorales. Le asigna al gobernador responsabilidad en el cambio de Ministros -no exento de papelón, en el record de Rossi, el Sapo- y algún grado de egoísmo que reparte con el Lole al que llamó un par de veces durante la campaña, pero que nunca se puso la "campera roja" y no precisamente porque hiciera calor.

Pero no es esa situación la única que aleja a Rossi de los problemas de Santa Fe. En un reportaje radial le dijo a este cronista: "Recién me estoy acomodando a esto y creo que con la Cámara voy a tener bastante". Es cierto, Rossi fue electo diputado y jefe de bloque, pero si quiere "armar" va a tener que bajar a la provincia, y con algo mas que la credencial de representante exclusivo de K en Santa Fe.

Hasta ahora evitó pronunciarse sobre el tema Aguas, Taselli, la eventual re-estatización, y cuestiones fundamentales para los santafesinos. No va a pasar mucho tiempo hasta que le requieran su opinión sobre la autonomía municipal, el régimen de coparticipación y otros temas decisivos. Allí se verá la cintura, pero también el grado de compromiso no ya con el proyecto K, sino con los intereses de Santa Fe, y de Rosario en particular.

Es probable que Rossi tenga que decidir -tarde o temprano- ejercer tareas de conducción. Redoblar esfuerzos, quitarle horas al descanso o a la familia, pero hacerse cargo de una situación insostenible si es que quiere ser candidato a algo en el 2007, que es la del PJ en Rosario. Ni las actuales autoridades, ni los concejales electos -que sacaron menos votos que la interna abierta- parecen en condiciones de repechar esta cuesta. Nada asegura que Rossi pueda hacerlo, y menos que María Eugenia Bielsa -que ya parece lanzada- puedan torear a Miguel Lifschitz y su valet. Menos si como se vio esta semana, la vicegobernadora se inmola en la defensa de las estructuras administrativas que desde hace años drenan el esfuerzo de los rosarinos hacia el barril sin fondo de la burocracia capitalina.

Como se ve -salvo el tema central de Aguas- son cuestiones que no parecen como urgentes, pero sí importantes. Por ser nada menos que el presidente del bloque oficialista, Rossi tendrá inicialmente el centro del ring, de su cintura y respuesta dependerá que lo conserve y avance.

Del otro lado, está Hermes Binner que por ahora "detenta el título" y espera tranquilo. En ambos casos las primeras imágenes son buenas, pero habrá que ver cómo sigue esta película. Es probable que aparezcan en escena otros personajes, sobre todo cuando pasen las mieles iniciales y no falten los que se pregunten: ¿Dónde está el piloto?

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