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Domingo, 3 de diciembre de 2006

CIUDAD

Un preservativo como invitación a subirse al colectivo de la vida

En el Día de Lucha contra el Sida, AMMAR incursionó en los colectivos para generar conciencia sobre la prevención del mal.

 Por Sonia Tessa

Las activistas de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina) Rosario se subieron a los colectivos para prevenir el VIH, con reparto de preservativos y folletos. "Buenas tardes señores pasajeros, somos del sindicato de trabajadoras sexuales", arrancaba Claudia Lucero apenas subía a cada uno de los coches que pasa por la plaza Sarmiento. Mientras tanto, sus compañeras Blanca y Miriam se dedicaban a entregar a cada pasajero lo suyo. "No vamos a venderles nada. Los venimos a invitar para que se suban al colectivo de la vida. El sida no hace distinción de clase, edad ni cultura", terminaba su intervención. En menos de una cuadra el operativo comando estaba completo, y vuelta a la plaza Sarmiento para seguir. Lo hicieron toda la semana, con motivo del Día Internacional de Lucha contra el Sida que se celebró el viernes.

Algunos pasajeros miraban con curiosidad, otras sonreían, alguna que otra rechazó el folleto con preservativo. "Soy una señora mayor, ya no uso", le dijo a Blanca. "No tiene nada que ver, lo pueden usar sus nietos", le retrucó la activista de AMAR. "Tiene razón, me lo llevo", cayó en la cuenta la señora. A otra, la idea le repugnó. "No tengo anteojos, no veo, así que lléveselos", dijo mientras sostenía el folleto como si quemara.

Para subir al colectivo, en algunas ocasiones las chicas debieron recurrir al auxilio del supervisor de Servicios Públicos Enrique Gigena, instalado a tal fin en la plaza. "No se puede vender", argumentaron algunos choferes antes de abrirles paso. "No vendemos nada, es una campaña de prevención del sida", retrucaban las militantes, y en los casos de mayor resistencia pedían el aval del agente municipal. "Está autorizado", tuvo que decir en el estribo de diferentes coches. "¿Por la empresa?", preguntó con cara de pocos amigos el chofer del colectivo 393 de la línea 142, que pertenece a la empresa Rosario Bus. Finalmente, y aunque antes amagó a arrancar si cederles el paso, las dejó subir. "La ignorancia no se termina del todo", observó Gigena aunque afirmó que en general no hubo reacciones adversas a la campaña.

"La iniciativa surgió de la mesa nacional de AMAR, es un proyecto del Fondo Global para la prevención del VIH. En Buenos Aires lo están haciendo en los trenes y los subtes, pero acá no tenemos, así que decidimos subirnos al colectivo", contó Lucero, quien enumeró que la misma iniciativa se desarrolla en Córdoba, Mendoza, Jujuy, Salta y Santiago del Estero.

"A mí me parece bárbaro", dijo todo sonrisas una joven, sentada en el primer asiento de un 141. "¿Lo vas a usar?", fue la pregunta. Como respuesta, mostró el anillo y retrucó: "Soy casada". Las jóvenes que estaban en ese coche se detuvieron a abrir el folleto y leerlo. "Es una buena experiencia, porque empezás a conocer lo que piensa la sociedad de nosotras", consideró Blanca. "La gente joven está encantada, te agradece", agregó Miriam, quien observó: "Alguna gente más grande te mira mal".

Repartieron volantes generales de prevención, otros sobre control de embarazo, y un tercero, rojo y más pequeño. "Este no se lo damos a todo el mundo, porque enseña a poner el preservativo con la boca, y es medio chocante", se sinceró Miriam, sorprendida por reacciones diversas e inesperadas. "Un pasajero me sonreía, después me guiñó el ojo. Pero yo estaba repartiendo los folletos, así que seguí con mi tarea", contó risueña.

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Las militantes meretrices subieron a los colectivos rosarinos. "La gente joven está encantada, te agradece", señaló Miriam.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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