19:31 › EL FúTBOL COMO PRODUCTO

Havelange renunció al Comité Olímpico para evitar que lo echaran por corrupción

Tras casi 24 horas de silencio, el COI confirmó que recibió la renuncia del único miembro vitalicio de la organización que integraba desde 1963, el brasileño Joao Havelange, de 95 años, quien comandó la FIFA entre 1974 y 1998 y convirtió la entidad en una "máquina de hacer dinero".

Un cese deshonroso sería un golpe muy duro para el dirigente nacido en Río de Janeiro el 8 de mayo de 1916, hijo de padre belga que se enriqueció con la venta de armas y municiones. A lo largo de sus más de nueve décadas de vida, Jean-Marie Faustin Godefroid de Havelange, más conocido por la versión brasileña de su nombre, Joao Havelange, acumuló triunfos sobre triunfos, hasta convertirse en una de las figuras más poderosas del deporte mundial.

Su vínculo con el deporte empezó en la adolescencia, cuando fue futbolista e integró el equipo juvenil del Fluminense, hasta hoy su club. Luego, se dedicó a la natación y al waterpolo. Incluso integró el equipo brasileño en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Cuando abandonó las competencias, pasó a comandar a la antigua Confederación Brasileña de Deportes (CBD) antes de llegar a la presidencia de la FIFA, en 1974, y poner en marcha una "revolución" en la entidad.

"Cuando llegué a la FIFA, había solamente 20 dólares en caja. Cuando abandoné el cargo, había 4000 millones de dólares", solía recordar el dirigente. La clave de este cambio fue el éxito alcanzado por Havelange en "vender" el fútbol como un "producto": a lo largo de su gestión, amplió el número de afiliados de la FIFA -hoy son 208 países, más que los que integran la ONU-, duplicó de 16 a 32 el número de selecciones que participan en los Mundiales y atrajo a patrocinadores poderosos. Como resultado, la FIFA -actualmente presidida por el "delfín" de Havelange, el suizo Joseph Blatter- obtiene ingresos por unos 250.000 millones de dólares por año.

Havelange también logró una fuerte influencia sobre el COI, y la usó para atraer para su ciudad, Río de Janeiro, los Juegos Olímpicos de 2016. Durante la campaña carioca, envió cartas personales a todos y cada uno de los miembros del COI, en las que pidió que le ayudaran a tener la alegría de seguir en casa los Juegos de 2016, el año en que festejará su centenario.

Para un hombre que acumula una historia con tantos éxitos, la investigación sobre corrupción abierta por el comité de ética del COI representó un grave traspié, especialmente en momentos que Havelange trabajaba por la candidatura de su ex yerno, el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, al comando de la FIFA en las elecciones de 2015.

La renuncia al COI puede no ser el último capítulo de la "fase negra" que vive el brasileño. La FIFA también prometió hacer públicos en las próximas semanas los documentos de la investigación realizada por la Justicia suiza sobre el escándalo de sobornos que sacudió la entidad en la década del 1990, cuando Havelange era el presidente. Según la BBC, tanto Havelange como Teixeira estarían entre los miembros del comité ejecutivo de la FIFA que recibieron irregularmente dinero de la empresa de comercialización de derechos de retransmisión ISL.

Si los documentos de la justicia suiza confirman estas denuncias, no sólo sería el golpe fatal para las aspiraciones políticas de Teixeira sino que también, y principalmente, para la imagen pública del casi centenario Havelange.

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