"Yo no soy un hombre audaz, temerario, un héroe. Soy un hombre común que le gusta la política, a la que le ha dedicado sus mejores años de su vida; por eso he padecido cárceles, difamaciones, disgustos y pérdidas de amistades muy valiosas que yo he tenido en la vida. Ahora me toca, de manera inespesperada. Ya he pasado por las cárceles", dijo Cafiero.

No obstante, Cafiero manifestó que piensa "asistir a la justicia en todo lo que pueda" y sostuvo, en cuanto a la decisión judicial, que "voy a respetarla en toda su extensión".

Admitió que la medida lo sorprendió, por el tiempo transcurrido, y recordó que él declaró por este mismo tema en ocasión del juicio a los ex comandantes, en 1985, "y no produjo ningún comentario".

Quien fuera ministro de Economía y, en condición de tal, firmara el polémico decreto que ordenaba "aniquilar" el accionar subversivo, que abrió el período más negro de la historia del país, aclaró que con esa norma legal no se pretendió la eliminación física de los integrantes de la guerrilla.

"Aniquilar la subversión, no a los subversivos, entendamos bien", diferenció Cafiero, al hacer referencia al decreto que en realidad hablaba de "aniquilar el accionar el accionar de los elementos subversivos".

Para Cafiero, el término "aniquilar" es de origen militar y significa "desarmar al enemigo, quitarle medios y reducirlo en su capacidad de ataque".

Según dijo, "la intención" de esa norma era evitar "que los militares dieran el golpe", ya que demostraba que el poder civil estaba "en condiciones de combatir la guerrilla sin necesidad de golpe de Estado", aunque argumentó que la razón del decreto era que "la guerrilla había desbordado a las Fuerzas de Seguridad y había que recurrir a las Fuerzas Armadas".

Pero reconoció que "ellos querían el poder para eliminar la guerrilla sin Parlamento, sin libertad de prensa, sin seguridad aunque fuera incipiente".

Por último, Cafiero hizo una autocrítica del gobierno de Isabel: "yo no niego que durante ese último año (previo al golpe) hubo algunos hechos aislados" de terrorismo de Estado, admitió.

Recordó que era "un gobierno legítimo, constitucional; era malo, sí, pero lo votó el pueblo. Peor son los que vinieron después", concluyó.

Fuente: DYN