EL PAíS › GABRIELA MICHETTI, VICEJEFA DE GOBIERNO PORTEÑO

“No hay por qué darle el privilegio a un sector de cortar la calle”

La segunda de Mauricio Macri no descarta ser candidata a jefa de Gobierno en 2011. Habla de la pelea por la policía, los cartoneros, los despidos y los espacios para la memoria. Dice que “los guerrilleros deberían haber sido juzgados”.

 Por Werner Pertot

Es el triple de grande. Y está decorado nada menos que por Jorge Telerman. El despacho que estrenó la vicejefa Gabriela Michetti no tiene comparación con el que ocupaba en la Legislatura. Como un dejo de nostalgia, en una mesa ratona tiene la placa de la entrada de su vieja oficina. El lugar está casi igual a como lo dejó el ex jefe de Gobierno, salvo por una foto que la muestra a ella sonriendo junto con Mauricio Macri. “Es un jefe piola”, dice ella, durante el diálogo con Página/12. Verborrágica, Michetti defiende sus primeros dos meses de gestión y le apunta al gobierno nacional: “Si no nos pasa los fondos, que nos cuente qué va a hacer con la seguridad de la ciudad”, lanza.

–¿Piensa ser candidata antes de que termine su mandato?

–Ya hay rumores de que tengo que ser candidata del 2009 y me produce una tensión muy fuerte, porque tengo la convicción de que hay que respetar las reglas institucionales y el compromiso político que asumí es por cuatro años. ¿Cuál es el punto de vista más pragmático? Somos una fuerza política nueva, chica, con pocos dirigentes conocidos, que la gente los siente representativos, y en esa construcción es necesario que uno asuma esa responsabilidad. Entre la tensión de la política práctica y lo institucional, tengo un conflicto si se plantea eso. Voy a tender siempre a sentirme más cómoda si respetamos los marcos institucionales.

–Después del 2011, ¿se imagina como jefa de Gobierno?

–Ay, Dios.

–¿Me va a decir que nunca fantaseó con ocupar ese cargo?

–Sinceramente, no tengo una estructura personal para pensar en mi participación en las candidaturas, porque tengo una concepción en los glóbulos rojos de que esto es una construcción de equipo. Si yo te respondiera: “Sí, la verdad que me imagino ser jefa de Gobierno”, tiene una implicancia: me pienso yo, y lo defino yo. Si el espacio político al que pertenezco algún día llega a la conclusión de que tengo que ocupar ese espacio y me siento a la altura de las circunstancias, lo aceptaré. Tengo ambición de poder, pero de poder de transformación de la sociedad.

–¿Van a crear una policía nueva?

–Por un lado, está la convicción de que tenemos que seguir reclamando lo que constitucionalmente corresponde y decirle al Gobierno que si no nos pasa los fondos, nos cuente qué va a hacer con la seguridad de la ciudad. Y por otro lado, pensar en la construcción de una policía propia, que es una herramienta que lleva tiempo.

–¿Van a crear una escuela de policía?

–Claro, exactamente. Lo que el vecino de la ciudad tiene que saber es que nos vamos a ocupar del tema de la seguridad.

–¿Con la policía, controlarán las manifestaciones?

–Sí. Los ciudadanos tienen el derecho a circular y a manifestarse y el Estado tiene que regularlos. No hay por qué darle el privilegio a un sector de cortar la calle.

–Aunque los que cortan no son más privilegiados...

–Totalmente, pero no es una pelea donde del otro lado hay unos señores poderosos que andan en auto y se enojan porque les cortan la calle. No: del otro lado está el que tiene que ir a su trabajo, al hospital. En las últimas manifestaciones, los fiscales dijeron que los dirigentes de las organizaciones tendrán que cumplir una probation para que entiendan que eso no se puede hacer más.

–El 24 de marzo, ¿habrá probation para las Madres si no piden permiso?

–No hay que pedir permiso. Nunca el gobierno le puede decir que no a una manifestación. No hay que tergiversarlo para darle connotaciones ideológicas malignas. Se le informa al Estado y éste autoriza por dónde se puede cortar. Ojalá que podamos ponernos de acuerdo con los dirigentes por el aniversario del golpe de Estado.

–¿Tuvieron muchos conflictos con los organismos de derechos humanos?

–A pesar de los fantasmas que se agitaron sobre lo que Macri podría hacer, le estamos dando continuidad a todas las políticas de derechos humanos. ¿Tenemos diferencias? Sí, tenemos diferencias. Y las tienen los organismos entre sí. Yo tengo diferencias en la manera de plantear los sitios de la memoria, cómo tienen que ser, si todos deben ser sitios de la memoria en el mismo sentido.

–¿Y en el caso de la protesta de Hebe de Bonafini en la Catedral?

–Ese conflicto fue porque faltaban algunos instrumentos legales, que son necesarios. No vamos a pelearnos, pero tampoco vamos a trabajar distinto a como trabajamos con otras ONG.

–¿Cuál es el proyecto para la ESMA?

–Tenemos cosas para proponer y nos gustaría intercambiar opiniones en conjunto con el Instituto Espacio para la Memoria, porque hay bastantes diferencias entre los organismos. Sería bueno que no llegáramos a disputas donde se mezcle tanta violencia contenida. Es difícil llevar adelante un diálogo sereno, porque en algunos dirigentes hay una visión con anteojeras. Ese lugar puede ser para recuperar la memoria, pero también para incorporar los derechos humanos hoy: droga en adolescentes, discapacidad, marginalidad.

–Si hubiera estado en sus manos, ¿lo hubiera designado a Federico Young?

–No lo hubiera elegido, porque no lo conocía. El no tiene una visión de defensa de los represores, ni pro dictadura. El dice que los guerrilleros de los setenta tendrían que ser juzgados porque atentaban contra la vida.

–¿Piensa que habría que juzgar a las organizaciones armadas?

–Me parece mal que no hayan sido juzgados. Creo que cualquier persona que atenta contra la vida tiene que ser juzgada. Toda la situación que se generó con los juicios fue oportunista, política, embarrada. Por eso hoy el reclamo de los organismos de verdad y justicia no se ha dado.

–¿Qué política se va a tomar con los cartoneros?

–El espacio público no se puede negociar. Es lo básico de una ciudad vivible. No entiendo por qué eso es ser de derecha: cualquier gobierno socialista, como Rosario, se ocupó de recuperar el espacio público. No me vengan a mí con la hipocresía de que dejar a los cartoneros viviendo en las plazas es una política de desarrollo social y de dignidad humana.

Hay que trabajar con la provincia, porque es gente de la provincia y tiene que tener un trabajo digno. No es digno el trabajo que hacen, abriendo bolsas en la calle. No es un problema de derecha o izquierda.

–¿Siguen pensando que los contratados eran ñoquis?

–Nunca dije que eran ñoquis los 2400.

–El argumento fue que eran ñoquis o personas “no útiles para el vecino”.

–Todos saben cuando van a los CGP que hay sobrepoblación de recursos humanos: gente que no hace nada. En esa lista, había gente que no existía, que literalmente nunca se los vio, gente que no desempeñaba ninguna tarea y gente que estaba empleada en programas que tienen un impacto mínimo en la población y un requerimiento presupuestario desproporcionado.

–¿Existe una lista de los 2400?

–Cada ministerio hizo su identificación en los primeros veinte días.

–¿Alcanzaban veinte días?

–Para esto, fueron suficientes.

–¿Por qué no le entregaron la lista a la Justicia?

–La lista se consolida con las listas parciales, pero pedimos la prórroga porque es cierto que luego algunas de las personas tuvieron la posibilidad de presentarse y explicar dónde trabajaban, porque el nivel de desastre era tal que estaban trabajando en otro ministerio. A esos, en los veinte días, no los viste. Pero es un porcentaje mínimo: de hecho, los que volvieron a trabajar son el 20 por ciento. No son todas las personas que dicen ser trabajadoras en serio.

–¿Existe una “corporación judicial” que no los deja gobernar?

–No creo para nada en eso. Me parece la teoría conspirativa mamarracha, la más payasa que yo he visto. Decir eso me parece una payasada.

–Lo dijo alguien de su gobierno...

–Está bien, pero no lo comparto.

–¿Cómo le cayó que Macri le dijera a la jueza Liberatori por el apellido de casada “para que el marido se haga cargo de lo que hace”?

–(Silencio.) Qué sé yo... Me parece una frase típica de Mauricio... cuando le tiran una pelotita y le da una respuesta de frontón.

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Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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