Después de tres días de trabajo en la cumbre internacional del G-20, el presidente Mauricio Macri sintió el agotamiento y, como tal, se tomó unos días de vacaciones. Junto a su esposa Juliana Awada y su hija menor Antonia, decidió el miércoles por la noche descansar en la Patagonia. El fin de semana anterior a la cumbre ya había recalado en Chapadmalal para vacacionar junto a su familia. Ahora podrá ver sin sobresaltos el partido final de la Copa Libertadores que Boca y River disputarán en Madrid el domingo. El lunes retomaría la agenda oficial.

“Uf, pensé que no llegábamos nunca a la última. Vengo… Son dos días que ya estoy muerto, muerto”, señaló el Presidente el lunes pasado durante la conferencia de prensa posterior a la cumbre. El círculo político más cercano a Macri le aconsejó aprovechar el envión que le dejaba el haber recibido a dirigentes políticos importantes de todo el mundo para sacar rédito al menos unos días más. Entonces, el martes agasajó a los equipos de gobierno que había participado en la organización del encuentro internacional. El miércoles encabezó un acto en Córdoba donde anunció la manufactura de aviones en el país y ahí decidió que ya era hora de descansar una vez más. Partió sorpresivamente junto a su familia hacia un exclusivo club de golf en Chapelco, a 19 kilómetros de la ciudad neuquina de San Martín de los Andes.

El fin de semana que Boca y River tenían que jugar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores de América ya había descansado en Chapadmalal, en la víspera de los preparativos para el G-20 y a la espera del partido que finalmente no se jugó por las fallas en el operativo de seguridad. Usualmente acostumbra vacacionar períodos cortos en Tandil, Chapadmalal y Villa La Angostura, donde comparte un espacio de recreo junto a su íntimo amigo Nicolás Caputo y donde también coincidió con los reyes de Holanda algún fin de año. Según medios afines al gobierno nacional explicaron que el presidente pretendía “bajar la adrenalina” tras la reunión internacional del fin de semana pasado que se realizó en territorio porteño.

El historial de vacaciones del presidente en su tarea como funcionario público es extensa y abundante. Asumió como diputado de Pro en diciembre del 2005 y ejerció como legislador hasta el mismo mes del 2007 cuando, después de ganar las elecciones, los votos de los porteños lo depositaron en la jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Aunque no se puede asegurar cuáles fueron los días que se tomó por vacaciones, estuvo ausente al menos 277 sesiones de la cámara baja. Ya como alcalde porteño en sus dos mandatos entre 2007 y 2015 tuvo 261 en los que se dedicó a descansar. En junio pasado y según la presidencia, los días anunciados como descanso ya excedían los cien en estos tres años de gobierno que se cumplirán el lunes cuando retome el trabajo de mandatario.

“No tiene una agenda prevista, ni actividades oficiales. Es solo unos días de descanso y regresará el domingo”, aseguraron fuentes oficiales y agregaron que “terminó realmente cansado luego de la cumbre y es también una forma de cuidar su salud”.