Luego de cuatro años de vaciamiento, 2019 se despide con la llegada de otro paradigma en el mundo de la cultura. Tristán Bauer, flamante ministro, recibe una tierra arrasada, parafraseando el título de su última película. El cine, la literatura y el teatro atravesaron cuatro años de crisis, situación que se profundizó este año y que se manifestó fuertemente en la disminución de la cantidad de personas que pudieron acceder a los bienes culturales. Ante este panorama, y ante la pérdida y la degradación de múltiples programas que garantizaban derechos, la gestión de Bauer está llamada a restaurar al área la potencia perdida, retomar el diálogo con sectores clave y motorizar la industria. 

El 19 de diciembre, un gran acto en el CCK coronó la llegada de otro modelo cultural. Fue, también, la despedida de uno que celebraba tristes episodios como los despidos de trabajadores del área (éste fue el año en el que el exsecretario Pablo Avelluto llevó al extremo el cinismo de sus declaraciones). Ese acto abierto a quien quisiera sumarse, con la presencia de las nuevas autoridades y personalidades del mundo artístico y político, celebró, también, la recuperación del rango ministerial de Cultura, que había sido degradada a secretaría durante el macrismo. En la ceremonia, Bauer hizo hincapié en el respeto a los trabajadores de la cultura, aprender de las mujeres, concebir la cultura en sentido amplio, sostener la diversidad cultural y un enfoque no centralista, mantener a su cartera activa en el mundo digital y extender el trabajo a la colaboración con otros ministerios. Vapuleada en los últimos años, la cultura está ahora ante una posibilidad de crecimiento o, por lo menos, de recuperación del respeto perdido.

La industria editorial en su peor momento

“Esta crisis es peor que la de 2001”, decía Martín Gremmelspacher, presidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL), en mayo. En noviembre, la entidad presentó su último informe del año, que demostró que la producción editorial acumula una caída de más de 45 puntos porcentuales respecto de 2016. La tirada promedio de lanzamientos editados por el sector comercial pasó de 2700 ejemplares en ese año a 1700 en el que termina.

El 74 por ciento de las editoriales reconoció que modificó el plan de edición que tenía previsto, para hacer frente a un contexto adverso. Muchas optaron por reducir las tiradas y rechazaron obras por falta de presupuesto. También se redujeron los puestos de trabajo (un 20 por ciento, según la CAL), cerraron alrededor de 50 librerías y algunas pequeñas fueron absorbidas por grandes grupos. Caída de ventas, pérdida de rentabilidad, derrumbe de la producción y aumento de importaciones son las consecuencias de cuatro años consecutivos de crisis. El último golpe fue el quiebre de la cadena Distal, a comienzos de diciembre.

En cuanto a las ventas, en septiembre de 2019 la cantidad de libros que se podía comprar con el salario mínimo, vital y móvil fue la más baja de la década (23,9 libros) a un precio promedio de 655 pesos cada uno. El 60 por ciento de las empresas consultadas por la CAL en noviembre notó en el último trimestre una disminución en las ventas que oscilaba entre los 5 y 20 puntos. Editores, libreros y cámaras han coincidido en afirmar que la actual es la “peor crisis histórica”, según un informe del Observatorio Universitario de Buenos Aires. En este contexto, el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Daniel Filmus (FPV), presentó un proyecto de ley que propone incluir a las librerías entre las beneficiarias de la descarga del Impuesto al Valor Agregado.

Otro proyecto de ley que impulsa Filmus está vinculado a la creación del Instituto Nacional del Libro. Fue presentado en abril, también en el marco de la crisis del sector. El empuje a la creación, producción y comercialización, así como también a la promoción y la difusión, serían tareas del nuevo organismo. La Comisión de Cultura de Diputados ya dio el visto bueno a este proyecto, a mediados de noviembre. También cuenta con el acompañamiento de escritores y editores y se lo considera uno de los grandes temas pendientes para la gestión actual.

El retorno del Plan Nacional de Lectura

Una de las buenas noticias de fines de 2019 es el regreso de un plan que en el pasado benefició a más de 2 millones de personas, que publicó y distribuyó de manera gratuita 40 millones de ejemplares de cuentos y poemas, y más de 15 millones de libros en escuelas y espacios no convencionales de todo el país. El Plan Nacional de Lectura había sido creado en 2009 bajo la órbita del Ministerio de Educación, con el fin de formar lectores en toda la Argentina. Organizaba talleres de lectura y literatura, espacios de formación para docentes y fortalecía la presencia de la lectura en las escuelas, entre otras cosas. El macrismo lo había desmantelado en 2016. En octubre, tras su derrota en las urnas, varias de las ediciones del Plan aparecieron tiradas a la basura en contenedores junto al Palacio Pizzurno, en una imagen triste que rápidamente se viralizó. Dos meses después, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, anunciaba que Natalia Porta López, en el rol de coordinadora, sería la encargada de revitalizar la iniciativa.

 

 

Teatro: crisis y campañas

La crisis también golpeó fuertemente al sector teatral en estos últimos años, fundamentalmente por el alza en las tarifas de los servicios y la caída en cantidad de espectadores. En relación a 2018 se ve una disminución de público del 9 por ciento, según un informe de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (período de enero a noviembre). En comparación con 2014, el mejor de los últimos años, el descenso es del 21 por ciento. La caída en la recaudación fue del 40. Este año, los empresarios impulsaron campañas como “Vení al teatro”, con la que el público pudo acceder a más de 70 obras del circuito comercial a 300 pesos.

 

Tan difícil estaba la situación que el sector independiente porteño alzó la voz con una importante conferencia en Timbre 4. “Llegamos a una situación límite” alertaban artistas, gestores y dueños de salas. El ahogo tenía que ver con el aumento del 300 por ciento en la tarifa eléctrica en los últimos dos años, insuficiencia y atrasos de los subsidios entregados por el Estado y deudas por prestaciones que las salas habían brindado al gobierno porteño. La conferencia tuvo su resultado: el Ministerio de Cultura de la Ciudad inyectó dinero al sector a través del Fondo Metropolitano de las Artes. Pero la discusión esencial continúa abierta: las agrupaciones buscan que se incrementen los fondos directamente destinados a Proteatro, el organismo que fomenta a la actividad en la Ciudad.

Pese a las dificultades, sucedió un hecho inédito, producto del diálogo y el trabajo conjunto entre la Asociación Argentina del Teatro Independiente (Artei), Espacios Escénicos Autónomos (Escena) y el Ministerio de Cultura, a través de Proteatro. Se celebró el Día del Teatro Independiente, con más de 100 espectáculos en salas porteñas con una entrada a sólo 100 pesos, en una jornada que incluyó también mesas de reflexión, intercambio y talleres. 

La reapertura del Teatro del Pueblo. Foto: Bernardino Avila.

También fue parte de este festejo la reapertura del Teatro del Pueblo. La ocasión no podía ser más oportuna, porque justamente se estableció el 30 de noviembre como Día del Teatro Independiente para conmemorar la fundación de la emblemática sala. Por primera vez, el primer teatro independiente de la región, fundado por Leónidas Barletta, cuenta con sala propia. En febrero comenzará la programación. 

El ámbito oficial estuvo atravesado por conflictos gremiales en el Teatro Nacional Cervantes (TNC). Las últimas funciones del año fueron levantadas. Los trabajadores nucleados en ATE se declararon en estado de asamblea permanente y determinaron cese de actividades. Así están hace más de un mes y medio. Denuncias de maltrato, irregularidades en las pautas de seguridad para llevar a cabo ciertos trabajos, áreas en estados edilicios “deplorables y peligrosos”, atraso salarial y “contratos paralelos” son los ejes del reclamo. El cese de tareas continúa. “Hubo una última reunión el viernes 20, en la que de todos los puntos reclamados no se resolvió ninguno. No fue con Alejandro Tantanian (director del teatro) sino con un nexo gremial. Pusieron en juego las renovaciones de contratos y los otros puntos quedaron en un plano secundario”, relató a Página/12 el delegado de ATE Rodolfo Cagnetta. Finalmente, la administración del TNC renovó los contratos que corrían peligro.

El Teatro Alvear, segunda sala en importancia del Complejo Teatral de Buenos Aires por cantidad de butacas, lleva cerrado más de cinco años. Su reapertura, una asignatura pendiente del gobierno de la Ciudad, reclamada por diversos colectivos de artistas, se fue postergando en el tiempo. Según anunciaron las autoridades, se producirá durante el segundo semestre de 2020. Este año, al cumplirse 1778 días del cierre y ante la falta de información sobre el futuro del espacio, la comunidad teatral realizó el evento “Una luz para la oscuridad del Teatro Alvear”. Fue también en el marco del Día del Teatro.

Otro teatro oficial que este año fue noticia fue el Teatro Argentino de La Plata. Trabajadores y artistas llevaron adelante una serie de protestas por su situación edilicia. Aparte de la reanudación de las obras de remodelación, exigieron la mejora en las condiciones de trabajo, un mayor presupuesto y programación y la reapertura de paritarias.

Yendo a los números del teatro oficial, el Cervantes reveló en un informe que en 2019 hubo un crecimiento del 19 por ciento en relación a las funciones realizadas en comparación con 2018, pero una caída de 9 por ciento en el porcentaje de ocupación. El Complejo Teatral de Buenos Aires mostró buenos números: las funciones superaron en un 8 por ciento a las del año pasado y el público aumentó casi un 7 por ciento.

Una película de terror

Así se titula el informe que difundieron los trabajadores del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) en los últimos días del año. Sentencian el “fracaso catastrófico” de la gestión macrista en términos de cine nacional. La caída de espectadores ha sido brutal: 46 por ciento en relación a 2015; 40 en relación a 2018. También destacaron la merma en la cantidad de películas documentales estrenadas de la vía digital, que en años pasados rondaban el 50 por ciento total de estrenos. Este año sólo 77 de 217 films se realizaron con subsidios de esa vía. “La recaudación por cine nacional, en relación al año pasado, cayó un 15,53 por ciento sin tener en cuenta la inflación que en este último período también fue de terror”, se lee en el documento.

Ha sido otro año de movilizaciones del sector por diferentes motivos, como subejecución presupuestaria, suspensión de créditos, la parálisis en el funcionamiento del Consejo Asesor y la Asamblea Federal -órganos de cogobierno del Instituto-, la no designación de comités de créditos, sumas que se licuaban por la inflación y que obligaban a recortes en las producciones. Para colmo, en un contexto en que las pantallas escasean, cerró BAMA Cine Arte. Ubicado en Diagonal Norte y Corrientes, era uno de los pocos lugares disponibles para el cine argentino, que también estrenaba películas de autor de todo el mundo.

Se multiplicaron las protestas contra las autoridades del INCAA. Foto: Leandro Teysseire

Ralph Haiek, expresidente del INCAA, presentó su renuncia una semana antes de la asunción de Alberto Fernández. Junto al exgerente general Juan García Aramburu fue denunciado recientemente por asociaciones de realizadores y productores, por malversación de fondos e incumplimiento de los deberes de funcionario público. El cineasta Luis Puenzo fue confirmado el 18 de diciembre en el cargo de presidente. Nicolás Battle es el vice. Tras cuatro años problemáticos, la dupla fue recibida con entusiasmo por las entidades. Ya se abrió el diálogo entre ambas partes. Puenzo, uno de los padres de la Ley de Cine de 1994, adelantó a este diario que realizará una auditoría en el organismo y sostuvo que “hay una ensalada de leyes que ordenar”. También, remarcó que la industria audiovisual debe y puede ser una fuente de trabajo y de ingreso de divisas.

 

Grave situación de la Sinfónica Nacional

“Un verdadero vaciamiento” es el que padeció la Sinfónica Nacional, orquesta profesional con los salarios más bajos del país. La situación es crítica desde hace años, pero en éste se agravó. El presupuesto se redujo de 8 millones de pesos a 945 mil. Durante 2019, en el CCK, sus integrantes informaron al público de la grave situación en la previa de sus conciertos.

Protesta de la Sinfónica en el CCK. Foto: Gentileza Ricardo Ceppi.

Al menos 15 de los integrantes de la orquesta debieron abandonar sus puestos por los salarios “bajo la línea de pobreza”. Otra denuncia fue la falta de realización de concursos para cubrir esos puestos. Además, la falta de presupuesto trajo como consecuencia la imposibilidad de realizar giras nacionales y de televisar los conciertos. Paradójicamente, la Sinfónica recibió el Konex de Platino a la mejor orquesta de la década.

 

Igualdad en los escenarios

Una de las buenas noticias fue la sanción de la primera ley a nivel mundial que establece un cupo femenino para eventos musicales. Se trata de un proyecto que impulsaron hace dos años 700 músicas de todo el país y que fue aprobado en noviembre por la Cámara de Diputados, que le dio la sanción definitiva. En síntesis, los eventos que convoquen a un mínimo de tres artistas y/o agrupaciones en una o más jornadas o programaciones anuales deben respetar un cupo femenino de 30 por ciento. La autoridad de aplicación es el Instituto Nacional de la Música (Inamu), que impondrá sanciones y multas (de hasta un 6 por ciento de la recaudación de los shows) a productores, curadores, organizadores y responsables comerciales que no se adecúen a la normativa.

Las músicas lograron la aprobación del cupo femenino en festivales.

El punto de partida de la ley fue la desigualdad que las artistas de distintas geografías, generaciones y estilos detectaron en su arte. La Argentina es uno de los países menos equitativos en este sentido: la participación femenina en eventos musicales no llegaba siquiera al 10 por ciento, según una investigación de las músicas. También en noviembre hubo una buena noticia en Rosario: el Concejo Deliberante aprobó una ordenanza para promover la equidad en festivales de la ciudad. 

 

Museos y centros culturales

La situación de los museos no escapó al cuadro general.

Techos que se caían, paredes en mal estado, falta de sanitarios y matafuegos, instalaciones eléctricas sobrecargadas y otros problemas fueron denunciados por sus trabajadores. En junio de este año, difundieron mediante un comunicado que el Museo Nacional de Bellas Artes no estaba en condiciones de albergar todo su patrimonio y que algunas de sus obras de arte se hallaban en espacios no acondicionados, por ejemplo. Más tarde, en septiembre, un grupo de instituciones estuvo cerrado porque la Secretaría no pagó los sueldos de los trabajadores de la empresa tercerizada de seguridad Goya Corrientes. Otro hecho que cobró visibilidad fue la movilización e incluso un paro de los trabajadores del Centro Cultural Rojas, que depende de la UBA. En agosto denunciaron que las instalaciones se hallaban en “franca destrucción”.

Las declaraciones de Avelluto

 

En su gestión, Avelluto se ha caracterizado por la crudeza de sus declaraciones, una faceta que este año se exacerbó. Horas después de que se supiera el resultado de las PASO, dijo en un programa televisivo que había tenido el “coraje y la audacia” de despedir a 1600 trabajadores. La Junta Interna de ATE respondió rápidamente a las provocaciones: “No hay ninguna valentía ni audacia en mandar a la empresa de seguridad de ese momento a colgar una lista de despedidos en la puerta de cada uno de los edificios del organismo. Si hubiese tenido ‘valentía y audacia’ lo hubiese venido a comunicar él mismo en persona y en la cara a las compañeras con licencia por maternidad, a los compañeros de planta, a las compañeras embarazadas, o a los miles de compañeros con gran cantidad de años en Cultura que echó en enero de 2016”. La “voluntad política” de Avelluto se orientó a “ajustar” a los trabajadores, degradando año a año sus “condiciones de vida”, plantea el comunicado de ATE. Otro hecho contundente vinculado al exfuncionario fue el escrache que -otra vez- le hizo un nutrido grupo de personas cuando brindó su discurso en la inauguración de la Feria del Libro.

Protesta durante el BAFICI. Foto: Guadalupe Lombardo

 

 

Otras temáticas 

 

* “Cultura es memoria, Macri no es cultura” fue la consigna de la columna cultural que se movilizó el 24 de marzo hacia Plaza de Mayo en el Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Fue el cuarto año consecutivo en que se conformó una columna específica del sector. Estuvo compuesta por más de 60 colectivos. Alrededor de 2 mil artistas aprovecharon la jornada para visibilizar demandas y preocupaciones. Otra vez expresaron su descontento por el fuerte retroceso en materia de políticas culturales y derechos humanos.

 

* En cuatro oportunidades llegó al Congreso un proyecto de ley para el fomento de la danza y siempre perdió estado parlamentario. Este año, bailarines y coreógrafos entregaron a Filmus un quinto proyecto, siempre con el mismo espíritu: el impulso del Estado a la disciplina mediante un instituto. La lucha de la comunidad de la danza lleva más de una década. Misiones es hasta ahora la única provincia que cuenta con una ley que apoya a la actividad.

* El Centro Cultural Haroldo Conti y el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) resistieron otro año de desfinanciamiento. Gracias al empuje de los trabajadores, ambos espacios ubicados en la ex Esma continuaron de pie y con sus principales actividades en funcionamiento. En el Conti, en septiembre, uno de los festivales (“Futuros”) se realizó atravesado por una denuncia: el espacio adeudaba 4 millones de pesos a 270 artistas que se habían presentado en 2018. El asunto se resolvió recién el lunes 23 de diciembre.

* Una nueva agrupación feminista surgió este año: la Colectiva de Autoras, con artistas del teatro, el cine, la televisión, la danza y la música. Posee alcance federal e impulsa la paridad y la visibilidad de las creadoras. Tomaron para su especificidad el espíritu de las Actrices Argentinas, quienes este año acompañaron a Anahí de la Fuente en su denuncia contra Diego Pimentel, exdirector del Centro Cultural San Martín.

* En febrero de este año hubo denuncias de censura en la transmisión televisiva de los Estrella de Mar. La Televisión Pública emitió en diferido la entrega de premios y decidió saltearse las ternas marplatenses, lo mismo que el único escrache de la noche, motivado por la decisión previa de no dejar hablar a los triunfadores en cada categoría. El hecho se produjo en un contexto de caída de un 30 por ciento de la recaudación respecto a la temporada anterior, según los productores teatrales.

* Este año, el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) se realizó en una versión “concentrada”, en palabras del ministro de Cultura porteño Enrique Avogrado, con menos producciones extranjeras (nueve, o sea, diez menos que hace dos años), un tercio de unipersonales y también menos días: de los 17 de hace dos años se achicó a 12. A mediados de año, el Ministerio comunicó que pasaría a ser un festival anual (antes se hacía cada dos años) y que quedaría instalado en el verano, en línea con la última edición. El BAFICI también padeció un recorte, según denunciaron las entidades del sector del cine. La edición 2019 contó con menos salas (de 16 a 12, en comparación con el año pasado), películas (de 365 a 315), funciones, trabajadores e invitados, indicaron.