“Existen crímenes de Estado por omisión”, dijo en declaraciones a Salta/12 el referente de Patria Grande y dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois, quien acompañó parte del corte de ruta que ayer llevaron adelante comunidades originarias en reclamo porque el Ministerio de Salud Pública de Salta sigue sin nombrar facilitadores interculturales que colaboren para mejorar la atención sanitaria a personas de los pueblos indígenas.  

En una recorrida que está haciendo por poblaciones indígenas del norte salteño, Grabois pudo observar en persona ciertas prácticas que él describió como racistas y machistas.  

En la protesta el dirigente intervino cuando una mujer acusó de “asesinos de su propia gente” a Juan Lucio, quien junto a Felipe Juárez (ambos padres de dos de las niñas wichí fallecidas en este corto lapso) estaban en el corte de ruta. “Hacer pelear pobres contra pobres es lo que pasa cuando falta agua y a los niños no se los cuida”, dijo el Grabois al hablar con medios que cubrían el corte de ruta. 

En el cruce de palabras con los referentes indígenas que encabezaban la protesta, surgió que la mujer (que, según los manifestantes, sería funcionaria municipal, y sería además pequeña productora de la zona) también sufre la escasez de agua, otra de las problemáticas que atraviesan quienes viven en el norte provincial.

Frente a la interpelación de periodistas que transferían el malestar de quienes transitan las rutas por la continuidad de las protestas, Grabois les respondió: “a mi no me gusta que corten la ruta. Pero los entiendo. Se murieron dos niños. Si a mí se me muere uno, hago cualquier cosa”.

Y cuando un periodista aclaró que en realidad “Son seis” los chicos muertos, agregó que “Entonces tendría que haber una pueblada. La gente no se puede dejar cagar más. Cómo puede ser que un pueblo que haya tenido petróleo pase esto… Tiene que haber lugar para todos. Enojándose con las víctimas nunca se soluciona ningún problema. Hay que enojarse con los de arriba, no con los de abajo”.

Nada de salud intercultural 

Juan Lucio contó a este medio que el corte de ruta se realizó ante la falta de acuerdos con el ministro de Salud, Juan José Esteban. Afirmó que había un consenso inicial que preveía el nombramiento de unos 20 facilitadores interculturales para la zona, que serían de las comunidades. Pero luego el funcionario habría mandado a decir que solamente se nombrarían 5. 

En la última reunión mantenida con referentes originarios, el mismo Esteban reconoció la necesidad de contar con agentes sanitarios indígenas, dado que, indicó, muchas veces se contrata a personas que residen en otros lugares y una vez que ingresan al sistema presentan pedidos de licencia por distintas razones y regresan a sus lugares de origen, con lo cual se distorsiona el objetivo por el que fueron incorporadas.  

“Desmiento totalmente que seamos nosotros. Hay muchos otros cortes” en Mosconi, respondió Lucio ante las acusaciones viralizadas en medios salteños sobre el “cobro de peajes” en las protestas.

En cuanto a la mujer que los acusó de “asesinar a su propia gente”, indicó que “es una funcionaria comunal que vino a agredirnos a decirnos que no le damos de comer a los chicos”.

Machismo y racismo

En una comunicación un tanto accidentada por la falta de señal constante en el norte de la provincia, Grabois respondió a las consultas de Salta/12. A su entender, lo que calificó como “crímenes por omisión” ocurren porque “aquí no se hace lo que se tiene que hacer”. Contó que en su recorrida pudo ver que el “nivel de maltrato y discriminación a las personas originarias es tremenda, la atención de los niños es pésima. Se toman registros de peso y talla en las comunidades pero sin que se dé un refuerzo alimentario específico a los niños con poco peso y talla”.

Refiriéndose a Misión Carboncito, comunidad ubicada en el municipio de Embarcación, también en el departamento San Martín, sobre la ruta provincial 53, indicó que existe una “pocera que debería estar trabajando haciendo pozos en las comunidades. Hace seis meses que está tirada”.

También refirió a otra problemática propia de esa comunidad. “Hay un montón de chicos jóvenes haciendo su carbón que no lo pueden vender porque se los sacan”. Estas son acciones realizadas por la Policía y avaladas por el Ministerio Público Fiscal de Salta. Por el contrario, detalló Grabois, “uno ve los camiones con sus rollizos del monte nativo y ve la injusticia que hay ahí”, cuando circulan sin problemas.

En cuanto a la situación en el corte de ruta, el dirigente social reflexionó sobre el “racismo y machismo que hay” contra las comunidades, al punto de “echarles la culpa por la muerte de sus propios hijos”.

A su entender, “la única responsabilidad (de estas muertes) es del Estado y de los grandes terratenientes que destruyeron el hábitat de la gente” en el que vivían con sus prácticas culturales de caza y recolección.

“En la comunidad de Kilómetro 6 de Tartagal (ciudad cabecera del departamento San Martín) el Aeroclub fumiga con glifosato la escuela y todas las comunidades del alrededor y a la gente le venden los bidones vacíos que antes tenían herbicidas. Pareciera que a propósito para que se mueran”, sostuvo. Salta/12 viene dando cuenta de esta situación, propia de la extrema precariedad económica de los habitantes indígenas de la zona, que recurren a estos recipientes (que aún suelen tener rastros de los tóxicos que contuvieron originalmente) para poder almacenar agua para el consumo humano. 

Una responsabilidad compartida

Grabois informó que una vez que concluya su recorrida elevará un informe al Estado nacional. “Debe haber una presencia permanente para el acceso al agua”, dijo. También se refirió a la falta de cumplimiento del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) respecto de la entrega del territorio comunitario a las comunidades originarias de Santa Victoria Este (en el departamento Rivadavia). “Aún siguen sin dar los títulos de las tierras”, sostuvo. 

Entendió también que existe “una situación de abandono criminal y la muerte de cada uno de esos niños es responsabilidad del Estado, de los grandes empresarios y también un poco nuestra por no luchar lo suficiente para resolver ese drama”. Que “en nuestro país se estén muriendo chicos literalmente de hambre, desnutridos y deshidratados, es responsabilidad de cada uno de los argentinos para que no suceda: los que tienen que gobernar, tienen responsabilidad por gobernar mal y los que no estamos gobernando, la responsabilidad por no luchar lo suficiente por ellos”, aseguró.