La cantante, compositora y productora Mora Navarro confía en el poder de transformación de la música. Eso se refleja en Amora, su disco debut, una obra con fragancia pop centrada en el amor que invita a sanar bailando. "Son canciones de amor a diferentes cuestiones: a mi gata, a mi ciudad, a mi país y a cosas que adoro de la cultura de este lugar en el que vivimos", simplifica la artista de 24 años.

Pero el asunto es más profundo. Cada canción es una excusa para reflexionar sobre las cosas que la incomodan y le duelen del mundo. "En las canciones reflexiono mucho sobre la necesidad de conexión que hay entre las personas para poder lograr cambios importantes, sobre todo a nivel del bienestar general", se explaya la compositora de La Paternal.

► Conectar

"Por momentos estamos muy automatizados en el sistema en el que vivimos. Hay horarios a cumplir, un ritmo de vida muy veloz y mucha información, entonces a veces se pierde la prioridad de la conexión humana y la sensibilidad", precisa. "Por eso con el disco quería generar una especie de ambiente armónico con el que la gente se pudiera sentir identificada".

Con la producción de Juan Giménez Kuj y Santiago Nápoli, el disco fue grabado entre octubre del año pasado y agosto de este año. Y se materializó gracias a la Bienal de Arte Joven, que seleccionó el proyecto y financió la producción fonográfica. Pero Mora ya venía escribiendo y componiendo canciones desde muy chica. Algunas, como Damnza y A.D.L.P, las compuso con 17 y 18 años. Otras, como Tuna, surgieron en la cuarentena obligatoria de 2020.

"Tuna es mi gata. Se llama Aceituna pero le digo 'Tuna'", revela. "Fue una especie de momento de conexión con la música que tuve luego de varios días de encierro. A todos nos desconcertó un montón y yo pude conectar a través de los pequeños placeres, que en mi caso sentí que eran privilegios, esta cuestión de vivir cómoda en un espacio con mi gata y tener todas las necesidades básicas satisfechas", dice.

Esa canción surgió a partir de "intentar ver las cosas lindas más allá de las pocas certezas sobre lo que estaba sucediendo en el mundo", explica. "Y bueno, le escribí a mi gatita, que era mi compañera pandémica. Me conectó mucho con la ternura y con cuestiones del día a día, pequeños placeres como comer, estar al sol y poder habitar esos días".

--¿Por qué decidiste centrar el disco en el amor?

--Siento que este disco es una herramienta para habitar el mundo de una forma un poco más amable. Para mí el amor significa un montón de cosas, es la fuerza más transformadora que existe. Entonces, es una especie de canal para repensar, reflexionar y entender que hay muchas cosas que nos duelen y se pueden cambiar. Y para mí la vía es la música. La intención fue generar un momento amoroso para cambiarle el humor a las personas que escuchen.

--¿Qué te incomoda del mundo que te rodea?

--Vivimos en un mundo muy injusto en muchos aspectos; es machista y la empatía no es algo cotidiano. Hay un montón de cuestiones violentas en general, desde el maltrato animal hasta la discriminación. Desde muy chiquita la música me sirvió para canalizar cuestiones que me hacen ruido, que me duelen y violentan en muchos aspectos. Sé además que tengo un espacio de privilegio, porque tengo un micrófono y la gente me escucha. Quiero usarlo realmente para decir lo que me duele, porque a muchas personas les pasa lo mismo.

Foto: Cecilia Salas

Desde el neo soul al pop de pista, el disco va intensificando el pulso rítmico con el correr de las canciones. "Es una especie de montaña rusa que al principio arranca tranquila, luego llega a una especie de meseta y de repente sube y explota", describe ella. "Arranca con Tuna, que es una canción bastante tierna; después va Bsos, que nos invita a movernos un poco más pero sigue estando la ternura. Y continúa Amora, que tiene algo de nostalgia y la voz de La Valenti le da una impronta muy sensible y profunda".

La canción más folk y acústica del disco es la autobiográfica Amélie de La Paternal, abreviada aquí como A.D.L.P. "Se la hice al barrio donde viví toda la adolescencia. La Paternal me abrazó durante un montón de tiempo y mi familia vive ahí. Nos dimos cuenta de que era una canción para voz y guitarra, es un momento para respirar un poco y descomprimir", dice sobre este trabajo que cierra con la empoderada Fuega (con pasaje rapeado incluido) y la electrónica Rojo.

► El enviado

En 2019, Mora y su banda tocaban en el Club Cultural Matienzo junto con Clara Cava y La Valenti. Y cayó Palo Pandolfo. "Simplemente pasó por la puerta y entró", recuerda Mora. "Se quedó muy contento con lo que había escuchado, después nos vino a hablar a mí y a mi banda, pero yo en ese momento no sabía quién era", confiesa.

La cuestión fue que Palo y Mora pegaron muy buena onda. "Empecé a conocer un poco su música, y me encantó", dice. Forjaron una amistad, y hasta habían conversado sobre la idea de grabar algo juntos. "Nunca lo concretamos con él estando en este plano", se lamenta Mora. La oportunidad de participar con su voz en una canción del ex Don Cornelio sucedió dos meses después de su muerte.

"Fue una experiencia muy fuerte. Grabamos con Juan Belvis, que fue el productor general del disco, en el estudio Los Elefantes", comenta en alusión a Siervo (2021), el último disco de Palo. "Mientras grababa las voces se me caían las lágrimas. En este plano éramos dos, pero en ese estudio éramos tres, sentía su presencia efusiva y feliz. Me movilizó un montón. La idea es una canción preciosa y me sentí honrada de participar".

Fue "gracias a Palo" que conoció a quien después sería el productor de su disco, porque la producción de esa canción estuvo a cargo de Juan Belvis y Juan Giménez Kuj. "Palo siempre fue una persona que tendió redes entre músicos. Siempre lo tengo y lo tuve presente durante la grabación del disco, porque sucedió en gran parte gracias a él", resalta. "Fue una persona muy mágica en mi vida y en la vida de todos los que lo conocieron".

La otra colaboración que ocupa un lugar importante en su camino musical y en su corazón es Mi fuerza es tuya, que grabó con la actriz y cantante Thelma Fardín. "Es una canción que hicimos juntas, somos muy amigas -cuenta-. Fue muy emocionante grabarla. Agradezco la posibilidad de encontrarme con diferentes músicos y músicas para generar nuevas canciones. La instancia de creación me parece alucinante y divertida".