Sin previo aviso a la defensa, el juez Pablo Pullen Llermanos organizó una conferencia de prensa para informar que imputó a la líder de la Tupac Amaru Milagro Sala como "coautora de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria". El argumento del juez para procesar a Sala es la declaración, cuando estaba procesado en la causa como autor material, de Jorge Rafael Paes, quien en 2007 protagonizó un tiroteo por una supuesta orden de la militante social. La versión de Paes fue negada por cinco testigos en la causa y por el otro procesado Fabián Ávila, quien acompañaba a Paes, que dijo que el enfrentamiento fue por “cuestiones de cancha”.

La causa abierta en 2007, investiga el intento de homicidio de Alberto Cardozo en el Barrio San Francisco de Alava por parte de Paes y Ávila, y las heridas sufridas por una niña de 11 años, que quedó envuelta en el tiroteo.  

Sala había sido imputada en un primer momento por encubrimiento, mientras que Ávila había sido detenido y Paes continuaba prófugo, en tanto, la Cámara de Apelaciones había confirmado su procesamiento como coautor de tentativa de homicidio. Una vez capturado, en febrero de este año, Paes ofreció una declaración indagatoria como acusado, condición por la cual no está obligado a decir la verdad, en la que sostuvo que el ataque contra Cardozo fue planificado en una reunión con Sala y que él no había descendido del auto ni llevaba armas el día del enfrentamiento. 

Llermanos tomó por válidas sus declaraciones, mantuvo la orden de detención ya emitida contra Sala, pero elevó los motivos de su imputación a coautora de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria, delito por el que finalmente dictó el procesamiento. Tras denunciar a Milagro Sala, Paes fue beneficiado con prisión domiciliaria, a pesar de no cumplir con ninguno de los requisitos legales para su procedencia, y fue luego sobreseído por el magistrado.

El juez sostuvo en el acto de sobreseimiento que “Paes se encontraba al momento de la balacera dentro de un vehículo pero no descendió del rodado, tampoco portaba armas de fuego”. Sin embargo, cinco testigos, dos de ellos policías, declararon en el expediente haberlo visto en el lugar de los hechos bajar de un auto con un arma en su mano y disparar en contra de Cardozo junto con Ávila. Además, el propio Ávila declaró que nunca existió una reunión para planificar en el tiroteo y que el enfrentamiento con Cardozo se relacionó con cuestiones “de cancha”.

Con las misma base argumental, a la que se sumaba la declaración de la hija de Paes, y sin realizar ningún pedido para generar otras medidas probatorias, el juez había ordenado encarcelar a otras dos militantes de la Tupac Amaru: Elba Jesús Galarza y María Molina, quienes estuvieron 7 meses presas en la comisaría de la mujer, hasta que fueron liberadas el 15 de noviembre por decisión del juez de Control Gaston Mercau.