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Marc Foe fue víctima de la desprotección del fútbol

El volante de Camerún jugaba su cuarto partido en una semana, ante Colombia, con 40 grados. Cayó inconsciente en la cancha y murió poco después.

Por Oscar González
Desde Lyon

La muerte de Marc Vivien-Foe, volante de Camerún, al sufrir un paro cardíaco sobre el terreno de juego durante el partido que su selección le ganaba a Colombia, tiñó de luto una Copa de las Confederaciones de la FIFA que obligó a disputar a las selecciones un partido cada dos días. Foe se desplomó sobre el terreno después de jugar durante más de una hora a casi 40 grados centígrados y cuando disputaba su cuarto partido en una semana.
A los 72 minutos, sin haber sufrido choque alguno y lejos de toda acción, Foe cayó desvanecido en el campo. Los jugadores de ambos equipos pidieron enseguida asistencia. El jugador del Manchester City fue evacuado en una camilla y los bomberos tuvieron que abrirle la mandíbula para evitar que se tragara la lengua. El partido estuvo interrumpido durante seis minutos.
La FIFA dijo que el jugador murió al sufrir un paro cardíaco. El médico de la selección colombiana, Héctor Fabio Cruz, uno de los primeros que atendió al jugador, explicó que probablemente su fallecimiento se haya debido a un aneurisma, la rotura de una vena del cerebro.
“Fue un golpe muy duro, porque no lo esperábamos, ya que el jugador en ningún momento entró en paro respiratorio e, incluso, cuando cae la primera vez sobre el terreno de juego llegó a levantarse”, dijo Cruz.
La muerte de Foe ensombrece la conclusión del torneo, marcada por su aberrante programa de partidos. “Es algo que puede pasarnos a cualquiera”, añadió el médico colombiano, que, no obstante, admitió que los “sobreesfuerzos” pudieron agravar “una situación que el jugador tenía”.
“Jugar tantos partidos tan seguidos es antifisiológico, pero no tiene por qué ser la causa. Es algo que él tenía y, lógicamente, todo influye; un sobreesfuerzo, el calor...”, agregó.
“Los entrenamientos los hacemos en los partidos, porque si no, no hay tiempo para recuperarse”, aseguró al respecto el seleccionador brasileño Carlos Alberto Parreira. El fuerte calor, con temperaturas de más de 35 grados en la mayoría de los partidos, agravó la situación física de los jugadores.
Curiosamente, Camerún había sido el conjunto que mayor fortaleza física había mostrado, y su técnico, el alemán Winfried Schaeffer, no parecía estar demasiado preocupado por el calendario de partidos. Schaeffer y la Federación Camerunesa pretendían que su “estrella”, el delantero del Mallorca Samuel Eto’o, jugase tres partidos en cuatro días, con un intervalo de 24 horas entre los dos últimos.
La tragedia acabó con la fiesta africana, porque nadie en la delegación camerunesa esperaba el desenlace, pese a que el jugador fue retirado del estadio inconsciente. Según explicó el médico de la FIFA, Alfred Mueller, se trató de reanimar al jugador durante 45 minutos, sin éxito, algo que se intuyó minutos antes de que se hiciese oficial su fallecimiento.
Entonces comenzó a oírse el llanto desconsolado de una mujer, seguido del intento de los periodistas cameruneses por acceder al vestuario de su selección, algo rechazado de forma contundente por la seguridad de la organización. Minutos después, el médico de la FIFA anunciaba, tras leer el nombre del jugador y dejar un intervalo de dos segundos, que había fallecido, sin admitir preguntas.

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