DEPORTES › COMO LLEGO EL URUGUAYO A CONVERTIRSE EN FUTBOLISTA PROFESIONAL

Suárez, el goleador enamorado

El delantero ofreció un gran impacto en el Mundial con los dos goles a Inglaterra, que finalmente fue eliminado. Su mujer, Sofía, fue el motor principal para que su conducta pudiera cambiar y consolidarse en Europa.

 Por Andrés Burgo

Desde Sete Lagoas

Luis Suárez conmovió el Mundial de Brasil con dos goles a Inglaterra, y un espectacular regreso 28 días después de una operación de rodilla. La determinación y voracidad goleadora del delantero uruguayo de sataron elogios en todo el mundo, pero son además el contrapeso de una historia más sensible, la de un joven que decidió ser futbolista por amor. Suárez, uno de los delanteros más temidos del mundo y máximo goleador de la Premier League, se convenció de que podría ser futbolista cuando tenía 15 años y recibió los consejos de Sofía Balbi, quien entonces era su novia y con el tiempo se convirtió en su esposa y madre de sus dos hijos, Delfina y Benjamín.

Cuando Sofía, que tenía 13 años, tuvo que mudarse a Barcelona para seguir a sus padres, Suárez sumó otra razón para terminar de dedicarse al fútbol. Como pertenecía a una familia de bajos recursos económicos, la única posibilidad de volver a ver a su novia era convertirse en futbolista profesional y ser vendido a Europa. Ya en Holanda, su primera etapa en el fútbol europeo, Suárez viajó a Barcelona para pedirles a los padres de Sofía, que todavía era menor de edad, que la dejaran irse a vivir junto a él en Groninga, la ciudad en la que jugaba su primer club, el FC Groningen.

“Fue un día inolvidable para mí. Les agradezco a mi familia y a todos los que me apoyaron”, dijo Suárez el viernes por la noche, 24 horas después de su sensacional actuación ante Inglaterra.

No fue la única referencia para Sofía. Apenas terminó el partido, y además de agradecerle a Walter Ferreira, el kinesiólogo que lo ayudó en la recuperación a pesar de su debilidad física a causa de un cáncer, el máximo goleador de la historia de la selección uruguaya volvió a agradecerle a su esposa. Las referencias del goleador enamorado son tan habituales que, en el festejo del segundo tanto a Inglaterra, Suárez mostró tres dedos de su mano derecha, una referencia para Sofía, Benjamín y Delfina. “A los 13 años, cuando estaba en las juveniles de Nacional, no tenía muchas oportunidades. Cometí errores de juntarme con gente que no me tenía que juntar y de salir por la noche”, contó Suárez a ESPN Brasil en un especial publicado en noviembre de 2013, después de que Uruguay consiguiera su clasificación al Mundial.

“Después tuve la suerte de conocer a mi novia, que fue un golpe para mí, para mi vida y para mi cabeza”, aseguró. Cuando el periodista le recordó el dicho que “detrás de todo hombre hay una gran mujer”, el “Pistolero” sensible asintió: “Sí, es lo que se dice y estoy muy contento. Y por los hijos maravillosos que me dio”.

La etapa más difícil de Suárez empezó a los 12 años. Hacía poco que desde su ciudad natal, Salto, se había mudado a Montevideo junto a sus siete hermanos. El cambio no le gustaba, pero sus padres necesitaban trabajo en la capital uruguaya, y la madre consiguió empleo de limpieza en la terminal de autobuses de Tres Cruces. El siguiente impacto fue la separación de sus padres. Luis empezó entonces una etapa de rebeldía y dudó de continuar en el fútbol. “Hasta los 12 años sabía que quería jugar al fútbol pero después, de 12 a 14, tuve una etapa en la que no me gustaba entrenar. Me enojaba mucho. Era muy rebelde y eso me jugaba en contra”, dijo Suárez para el libro Vamos que vamos, de Ana Laura Lissardy. Su carrera estaba cerca de naufragar. Suárez casi queda marginado en la séptima de Nacional. De los 26 jugadores, cuatro no serían tenidos en cuenta para el año siguiente. El era uno de ellos. Entonces entró en escena su primer salvador, Wilson Pirez, coordinador de las inferiores de Nacional, que decidió mantenerlo en el plantel a cambio de hacerle saber que sería su última oportunidad. En ese momento fue cuando Suárez, con 15 años, conoció a Sofía, de 12, y ella lo convenció de que podía ser futbolista.

Suárez inició una relación, ordenó su adolescencia y se convirtió en un fabricante de goles, a tal punto que en un año convirtió 62, apenas uno menos que el record histórico de las inferiores de Nacional en poder de Rubén Sosa, con 63. “Antes era un adolescente que salía y que no me gustaba entrenar, pero cambié casi todo cuando me puse de novio”, reconoció. Al año siguiente, cuando Luis tenía 16 y jugaba en la tercera de Nacional, Sofía se fue a vivir a Europa. “El se sintió perdido y se dijo que tenía que conseguir llegar al fútbol profesional. Tenía que ser tan bueno como para que lo ficharan en Europa”, reconstruyó Lissardy, tras una entrevista con el propio jugador.

Suárez debutó en Nacional a los 18 años y en pocos partidos consiguió su primer objetivo: irse a jugar a Europa. Enseguida logró el segundo: vivir junto a Sofía, primero en Holanda, y a partir de 2011 en Inglaterra. Ya había nacido la carrera del goleador enamorado.

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Brasil2014
El jugador del Liverpool inglés reapareció con todo luego de una operación hace menos de un mes.
Imagen: EFE
 
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