EL MUNDO › EL PAPA FRANCISCO LOS EXCOMULGO

Mafiosos y pecadores

 Por Elena Llorente

Desde Roma

Es la primera vez que un Papa excomulga a los mafiosos desde el altar, cuando está celebrando una misa. Y el papa Francisco no lo hizo a medias ayer desde Calabria sino con todas las palabras: los mafiosos “están excomulgados”, dijo refiriéndose a la criminalidad organizada y en particular la ’ndrangheta (mafia calabresa). Y más adelante agregó que la ’ndrangheta debe ser combatida, porque adora el dinero y no el bien común. Juan Pablo II había hecho un importante llamado a la mafia siciliana para que abandonara su accionar y se convirtiera realmente a los valores cristianos, durante una visita a Agrigento (Sicilia) en 1993. Benedicto XVI, por su parte, pronunció una abierta condena de la mafia siciliana y de la camorra (mafia napolitana) en distintas ocasiones. Ser excomulgado para un católico como es el mafioso significa no sólo no poder recibir la comunión sino también una condena moral, un descrédito a nivel social y público que muchos no verán con buenos ojos. “¿El Papa arriesga? Por cierto. El riesgo existe cuando de modo sistemático se lleva adelante un proyecto para desviar el curso del río”, dijo el juez antimafia Nicola Gratteri –cuya sede está en Calabria– cuando se le preguntó sobre los riesgos que podía correr el papa Francisco con todas sus sentencias sobre la mafia.

El Papa lanzó este durísimo mensaje en ocasión de su visita ayer a Calabria, la región del sur de Italia donde nació y tiene la capital de su “reinado” la hoy más importante mafia italiana, la ’ndrangheta, que entre otras cosas controla el tráfico de cocaína en toda Europa. Francisco eligió como lugar para esta considerable empresa no la capital de Calabria, Reggio Calabria, donde hay una magnífica catedral pero donde los vientos de complicidad con la ’ndrangheta han contaminado a numerosos sacerdotes, sino la más pequeña de las diócesis locales, Cassano allo Iono donde, el 20 de marzo pasado, un auto fue encontrado incendiado con tres personas adentro. Una era un niño de tres años, Cocò. Todo había ocurrido por un ajuste de cuentas entre bandas de la ’ndrangheta. Que “nunca más ocurra que un niño deba sufrir la violencia, deba padecer estos sufrimientos”, dijo el Papa en una no programada visita a la cárcel de Catrovillari, siempre en la misma zona calabresa, donde se encontró con unos 200 detenidos, entre ellos el padre del niño asesinado. El pequeño Cocò, que nació en la cárcel porque la madre había sido detenida por tráfico de drogas, estaba al cuidado del abuelo con quien murió en el auto incendidado.

Unas 250.000 personas asistieron a la misa celebrada por el Papa en la Explanada de Sibari, otra localidad de la misma diócesis donde el Papa fue recibido con cantos y gritos de “Francesco, Francesco!”. “Cuando la adoración del Señor es sustituida por la adoración del dinero se abre el camino al pecado”, dijo el Papa en la homilía. “Cuando no se adora al Señor se deviene adorador del mal como lo son quienes viven del trabajo deshonesto, de la violencia. Vuestra tierra, tan hermosa, conoce las consecuencias de este pecado. La ’ndrangheta es esto: adoración del mal, desprecio del bien común. Y esto debe ser combatido, es necesario saber decir NO”. Y añadió: “Nos lo piden nuestros jóvenes que tienen necesidad de esperanza. Para poder responder a estas exigencias, la fe nos puede ayudar”. Y concluyó subrayando que “los que no siguen este camino del bien, como los mafiosos, no están en comunión con Dios, están excomulgados”.

El Papa se detuvo en varios pueblitos de esta pequeña diócesis, viajando en helicóptero desde Roma, no sólo para encontrar ancianos y enfermos, sino también para visitar el lugar donde el 3 de marzo pasado fue asesinado por la criminalidad organizada el sacerdote Lazzaro Longobardi.

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