DEPORTES › EMANUEL GINOBILI HABLO SOBRE EL LEGADO DE LA GENERACION DORADA

“Lo que importa es que dejamos una huella”

Luego de la eliminación en cuartos de final del torneo olímpico frente al Dream Team, el escolta bahiense repasó los éxitos del seleccionado en los últimos 14 años y remarcó la identificación que el equipo nacional generó con los hinchas.

Emanuel Ginóbili, uno de los mejores jugadores de la historia del básquet argentino, integró El Alma: el conjunto nacional que será recordado por su amor y defensa de los colores celeste y blanco por encima de todas las cosas, y por los valores que transmitió. Se retiró de la selección, luego de la derrota ante Estados Unidos por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, y mencionó los logros del equipo que ahora dirige Sergio Hernández, más allá de lo deportivo: “Se logró un oro olímpico (Atenas 2004), algo impensado en la historia de nuestro deporte, alcanzamos cosas que generaron impacto. Si fuimos primeros, segundos o terceros, qué importa. Lo que importa es que dejamos una huella”, y agregó: “La gente se sintió identificada, nos respeta y nos quiere. Eso es muy valioso también, a veces mucho más que haber alcanzado un título en sí”.

El bahiense llegó a Río con tres Juegos Olímpicos previos sobre sus hombros. La experiencia adquirida le permitió encararlos de otra manera, y en relación a sus sensaciones, dijo: “Lo volví a disfrutar y me sentí útil. No vine de adorno y creo haber contribuido. Hicimos un buen torneo pero nos tocó el mejor del mundo en cuartos de final”. Tanto él, como el resto de los jugadores que integraron la Generación Dorada, conformaron un equipo que será recordado por siempre. Su retiro del conjunto nacional lo transitó con gusto: “Quizás si me hubiera retirado con once chicos de 23 años la sensación hubiese sido distinta. Pero jugar con compañeros como Luis (Scola) al que conozco hace 20 años, Chapu (Andrés Nocioni) hace 17 o Cabeza (Carlos Delfino) hace 14, hizo las cosas más placenteras. Ellos son parte de todo lo que logramos”.

“Es mi vida adulta prácticamente entera. Son un montón de anécdotas, tal vez con algún que otro año sin jugar en la Selección. Por ahí si me junto con Gaby (Gabriel) Fernández como hace un mes o el que sea. Vivimos cosas muy impactantes y estoy muy orgulloso de haber sido parte de todo esto y durante tanto tiempo”, aseguró el jugador que continuará una temporada más vistiendo la camiseta de San Antonio Spurs. El eterno número cinco del seleccionado remarcó que “no le quedó ninguna espina clavada, por suerte, ni nada por cumplir”.

El encuentro con el Dream Team tuvo un condimento especial, ya que fue la última ocasión en la que defendió los colores de una de sus pasiones: El Alma. En relación a esto, indicó: “Todo mi plan se vino abajo en el último minuto cuando uno quería pasar desapercibido e irse con la cabeza gacha al vestuario”. “El mundo conspira en contra tuyo para que eso no suceda. Primero, Oveja (Sergio Hernández) me dice que va a ponerme de nuevo en cancha y después alguien aparece para entregarme la pelota del juego. También los saludos de mis compañeros y de los jugadores rivales”, contó.

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Manu Ginóbili, la grandeza y la humildad en una despedida emotiva.
Imagen: AFP
 
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