DEPORTES › SERA EL ORGANIZADOR DE LA COPA DEL MUNDO DE 2010

Ahora, la atención del fútbol está dirigida a Sudáfrica

La ex colonia británica será el primer país africano que organice un Mundial y la carrera de cuatro años hacia el torneo, que se inició ayer, no estará exenta de obstáculos.

 Por Leonardo Castillo

Lograr que el fútbol se convierta en un factor de cohesión social en un país donde aún subsisten diferencias raciales y sociales heredadas tras años de apartheid parece ser el desafío más importante que Sudáfrica afrontará en la organización del Mundial 2010, el primero que se llevará a cabo en el continente africano.

Sin embargo, el país de Nelson Mandela deberá también sortear grandes obstáculos de cara a la cita ecuménica. La remodelación de diez estadios, la creación de una moderna cadena televisiva que transmita con eficiencia los partidos a todo el planeta y la designación de un entrenador que arme un equipo competitivo son algunas de las dificultades que atraviesa Sudáfrica en el camino de cuatro años que ayer se inició hacia el próximo Mundial.

El país africano fue readmitido en la FIFA en 1992, cuando el fin del régimen racista blanco llegó a su fin. Desde entonces, el país retornó a las competencias oficiales. Participó en todas las Copas de Africa que se disputaron desde entonces –ganó una, en 1996– y estuvo presente en dos mundiales, Francia 1998 y Corea Japón 2002, en los cuales no pudo superar la primera rueda.

Pero el fútbol no puede escapar a la segmentación racial que todavía persiste en la sociedad sudafricana. Y es que la población blanca, que representa más del 10 por ciento del total, se inclina por el rugby, el criquet o el hockey sobre césped y le da la espalda al deporte que prefiere la mayoría negra, en lo que significa para muchos un claro acto de distinción.

“Queremos una Sudáfrica unida, que se muestre como una nación donde no importan las razas y las clases sociales. Un país que se muestre solidario al mundo como un buen equipo de fútbol. Ese es nuestro objetivo en la organización de esta Copa”, afirmó el actual presidente sudafricano, Thabo Mbeki, al designar el comité organizador local.

Pero la selección sudafricana no consigue entusiasmar, y ése es un gran riesgo si se pretende alcanzar la meta que Mbeki trazó. El equipo se quedó afuera del Mundial de Alemania a manos de Ghana, lo que motivó la renuncia del entonces entrenador, Stuart Baxter.

Fue reemplazado por el norteamericano de origen rumano Ted Dumitru, que asumió con el desafío de recomponer la imagen del equipo en la Copa Africa, que se llevó a cabo a principios de año en Egipto. Pero perdió los tres partidos de la ronda clasificatoria, ante Guinea, Túnez y Zambia. Al volver a Sudáfrica, Dumitru, que había asegurado tener un proyecto hasta 2010, debió alejarse ante el malestar de los aficionados.

Desde entonces, el cargo de entrenador nacional está vacante. Los directivos de la federación local tentaron al sueco Sven Goran-Eriksson, quien dirigió la selección inglesa durante los últimos seis años y que se alejó tras la eliminación en cuartos ante Portugal, pero el técnico no contestó. Se duda que lo haga...

Los sudafricanos ya dan por sentado que no podrán igualar la eficacia que los alemanes mostraron en la organización de la Copa del Mundo del 2006. “Tenemos que esforzarnos en crear una eficiente experiencia local. No podemos compararnos con el potencial económico que tienen los alemanes”, reconoció Danny Jordan, titular del comité organizador local.

Las diferencias saltan a la vista. Mientras que Alemania contó con doce sedes, Sudáfrica dispondrá de dos menos y deberá remodelar varios escenarios, algunos de ellos casi en su totalidad. Sólo los estadios de Durban, Ciudad del Cabo y el Ellis Park de Johannesburgo, donde el rugby reina, están en condiciones.

Otra preocupación que se suma es la TV. “No estamos listos, deberíamos empezar con las primeras transmisiones de prueba, pero no hay un plan estructurado”, se quejó Gladwin Marumo, encargado de operaciones de la empresa nacional de radio y televisión. “Hay una gran falta de inversión en nuestro sector y en estas condiciones no se podrá emitir una señal adecuada”, agregó Marumo.

De todos modos, hay quienes prefieren apostar al optimismo. “En 1995 organizamos la Copa Mundial de Rugby y eso sirvió para unir al país. Esperemos superar todos estos problemas para que en el 2010 suceda lo mismo.” La frase es nada menos que del líder sudafricano Nelson Mandela, que lideró la lucha contra el apartheid y estuvo más de treinta años en prisión. Nadie mejor que él para tener fe en Sudáfrica.

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