El gran desempeño que el seleccionado argentino de rugby está exhibiendo en el Mundial de Francia no sólo ha provocado la atracción del público que no está acostumbrado a seguir este juego, sino que también plantea la incógnita sobre la condición en la cual está ubicado. Durante mucho tiempo, la práctica de este deporte fue instalada como elitista en el país, donde sólo podía ser jugado por gente de ciertos sectores sociales. En ese sentido, a partir de que Los Pumas pueden hoy instalarse entre los cuatro mejores equipos del mundo, se plantea nuevamente cuál es la situación real del rugby respecto de las posibilidades para incursionar en esta actividad, y sobre si a partir de ahora podrá tener un crecimiento mayor desde sus bases.

Alguien que vio cómo se fue desarrollando la actividad a lo largo de los años fue José Luis Imhoff. Y el ex entrenador de Los Pumas está convencido de que “todo esto ayudará para que el rugby sea más popular. Pero estará supeditado a lo que hagamos para que la gente se acerque masivamente a este juego”. Pero Imhoff fue más allá: “El rugby no tiene nada que ver con la elite. Los niveles de destreza no son como el fútbol, con actitud alcanza para practicarlo. Se lo tiene que conocer por dentro para saber bien”.

A su vez, Imhoff insiste en que lo que está generando el seleccionado “es algo similar a lo que hizo Vilas en el tenis. A partir de esto, Argentina está dispuesta a ingresar al rugby mundial definitivamente. En el ’65 fue algo parecido con esa gira donde se patentó el nombre de Pumas, y toda esta repercusión sirve para eso”.

Por su parte, Rodolfo O’Reilly, otro ex conductor de la Selección Argentina, cree que toda esta repercusión que está manteniendo el equipo puede actuar de manera negativa. “Están haciendo que suceda a la inversa, porque el rugby podían jugarlo todos, y ahora sólo podrán hacerlo unos pocos. Esto es la consecuencia de lo que quieren mostrar los medios, porque el 80 por ciento de la gente del rugby está en contra de la profesionalización. Los medios ahora presionan para hacer de esto algo exclusivo”, remarca O’Reilly.

Además, el ex secretario de Deporte afirmó: “El rugby lo juegan todos los que pueden, porque elitista es el fútbol, que tiene a (Rodrigo) Palacio, y sólo alguien como él puede hacer las cosas que hace dentro de una cancha. Nada más que con una cuota de educación se puede practicar este juego”. Pero O’Reilly se mostró molesto por el trato que está recibiendo en esta Copa del Mundo: “Así, por la ruta que va, van a terminar de ponerle el ‘crazy’ de Macaya Márquez durante la transmisión de los partidos. El fútbol es todo una farsa por los medios, y quieren hacer lo mismo con el rugby”.

O’Reilly también resalta el cambio de mentalidad que ahora le intentan imprimir al juego: “Cuando aparece la sensación de ganar, termina perjudicando al juego. Entonces, se rompió la historia de derechos y obligaciones, y ahora el verso es ganar. Con todo esto vinieron a robar muchos”. Además, uno de los creadores de Virreyes Rugby Club agrega: “Los sponsors y otras cosas más le proporcionan al rugby cuatro millones de euros de producto bruto. El dinero que ingresa hay que volcarlo a los clubes. En Virreyes tenemos chicos con desórdenes familiares, de salud, de educación. Y nosotros les enseñamos el respeto al compañero, al referí, les damos un cambio educacional”.

De esa forma, O’Reilly sigue defendiendo los valores iniciales: “Al rugby no le cambia la vida si Argentina le gana a Escocia. El rugby no creció, porque el ídolo no genera crecimiento, es mentira que hay más jugadores que antes. El rugby creció en los ’80 y a mediados de los ’90, después entró en una meseta. No hubo aumento cuantitativo”. En definitiva, para O’Reilly, la aparición del dinero ha cambiado puntos que hacen a la esencia del juego. “El dinero, desgraciadamente, implica otros cuidados. Debemos debatir qué rugby queremos. En el rugby nunca fue importante ganar, y si se pierde eso en función del dinero, vamos mal. Antes, los chicos de menores de 16 años querían parecerse a Ernesto Ure o Rafael Madero. Ahora los chicos no sé si quieren ser Pichot o Contepomi por el juego, o porque están todo el día en la televisión. El concepto cambió.”

El Mundial ingresó en su etapa de definición, pero el rugby argentino continuará buscando sus mejores caminos. Seguramente, con la intención de poder seguir sosteniendo sus valores originales.