Es muy difícil conseguir que Julio Lamas abandone su habitual serenidad. Ni una victoria resonante ni una caída dura le cambian el tono de voz ni su natural estado de tranquilidad. Pero el título obtenido en el Preolímpico de Mar del Plata parece haber sido la excepción: al entrenador de la Selección Argentina se lo notaba eufórico con el logro conseguido, el primero que obtiene en su cargo, incluso tomando los dos ciclos en los que trabajó. Igual, más allá de la alegría, su palabra analítica no se modificó y valoró al profesionalismo de sus jugadores como la principal causa del título.

“Este grupo de jugadores construyó su prestigio, a partir de su profesionalismo. Esa es una de sus principales virtudes”, señaló el técnico, que logró, tras la victoria 80-75 sobre Brasil en la final, su primer título con la selección albiceleste. “Deseaba ganar mucho un título con la Selección Argentina y con este grupo de jugadores. A nivel clubes había conquistado algunos logros, pero me faltaba con el seleccionado y en un campeonato de esta jerarquía”, indicó Lamas, que había celebrado títulos de la Liga Nacional con Boca, Ben Hur de Rafaela y Libertad de Sunchales.

Para el entrenador, que actualmente dirige a Obras Sanitarias, la presión fue el principal obstáculo que debió sortear su equipo para lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “Se tuvo que soportar mucha presión, en un campeonato en el que había muchas emociones en juego –indicó Lamas–. Existió una exposición pública para un seleccionado de básquet como nunca antes había pasado”, agregó el DT, que también remarcó que “los jugadores se ganaron la repercusión que hoy tienen”. Incluso, Lamas puso de ejemplo el gran primer cuarto que jugó Argentina ante Brasil, cuando llegó a sacar doce puntos (21-9), justo después del desahogo que había significado la clasificación ante Puerto Rico. “Fue lo mejor que hizo la Argentina en el Preolímpico. Este equipo necesitaba recuperarse del gran esfuerzo físico realizado en la semifinal y dio la sensación de jugar con alivio”, expresó el técnico.

En ese sentido, Lamas se mostró muy confiado en que el equipo podrá brindar en los Juegos Olímpicos producciones de mayor nivel, teniendo en cuenta que a lo largo del torneo marplatense no siempre pudo exponer su reconocido juego de conjunto y que ya no tendrá la presión extra de tener que lograr el pasaje y no defraudar a su público. “Ahora pienso en Londres e intentaremos crecer en el nivel de juego para el año que viene”, indicó Lamas, que expresó su felicidad por poder compartir un título con la Generación Dorada: “Este grupo es bárbaro y ya me siento unido a ellos por algo más, por haber conseguido un título. No afloja nunca, no da por perdida ninguna pelota y siente una adrenalina única”. Y con esa adrenalina única se lo vio tras el título a Lamas, un técnico habitualmente tranquilo, al que no lo alteran ni una victoria ni una derrota. Pero la noche del domingo, claro, era perfecta para que se diera la excepción.