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El estadio de los cien millones de pesos que soñó el ex gobernador y, ahora presidente Duhalde, no está solo. En La Plata hay otro que levanta tempestades de semejante intensidad y es el de Estudiantes. El intendente Alak se mantiene firme en su postura de no autorizar las obras que ideó la conducción del club, apremiada como está por una intimación de la AFA para adecuarse a las disposiciones de la FIFA a comienzos de 2003, bajo pena de perder la localía.
En la institución que preside Julio Alegre cuestionan la temeraria idea del municipio que consiste en emplazar escalones de cemento sobre la estructura de hierro que sostiene a los tablones. Algo así ya hizo Gimnasia en el bosque platense, pero el fatigado material de Estudiantes no soportaría el injerto.
Estudiantes, como contrapartida, ha elevado a la intendencia un proyecto de remodelación de su cancha, que le permitiría contar con una capacidad para 25 mil espectadores sentados. La autoría corresponde al arquitecto Enrique Lombardi, un ex directivo del club que también propuso levantar el estadio único a un costo de 9 millones de pesos, allá por 1993. Estas notables diferencias de criterio entre Alak y la institución deportiva deberán ser resueltas por la Corte Suprema bonaerense.