ECONOMíA › BOUDOU RECIBE EL INFORME SOBRE EL INDEC DEL COMITé ACADéMICO

La hora de las universidades

El ministro de Economía reveló a Página/12 que hoy se reúne con los directores de cinco casas de estudio para analizar su informe sobre el IPC. También dijo que no se lo hará público a corto plazo. Las claves de la misión técnica del FMI.

El ministro de Economía, Amado Boudou, recibirá hoy a los directores de las cinco universidades nacionales que analizaron el índice de inflación del Indec. La reunión está convocada para las diez y media de la mañana en el Palacio de Hacienda. El Comité Académico entregará el informe que los especialistas de esas casas de estudio realizaron durante casi un año sobre el Indice de Precios al Consumidor y el funcionamiento interno del organismo estadístico. “Para mí el documento es muy importante. Yo lo solicité y será un aporte para seguir fortaleciendo el Indec”, aseguró Boudou a Página/12, quien justificó la demora en recibir el trabajo a cuestiones de agenda y a los viajes realizados en las últimas semanas. “Una vez que tengamos el informe vamos a hacer un seminario interno para desgranar con las universidades los distintos aspectos a considerar”, aseguró, por lo cual el paper no se hará público desde el Gobierno.

La entrevista con los directores o representantes de las universidades de Buenos Aires (UBA), Tres de Febrero, Mar del Plata, Rosario y Tucumán llegará luego de las quejas de los académicos por la tardanza de Boudou en recibir las conclusiones del estudio. El funcionario insistió en diálogo con este diario que su elaboración constituye un capítulo importante del proceso de “fortalecimiento” del Indec. En la misma línea, indicó, hay que interpretar el pedido de colaboración técnica al FMI para la confección de un nuevo índice de precios a nivel nacional.

–¿Cómo se le dará credibilidad a ese nuevo índice, teniendo en cuenta la pérdida de confianza en el IPC del área metropolitana?

–Se le dará credibilidad trabajando muy fuerte en su diseño y en su implementación. Además, pensamos que contar con apoyo técnico será un hecho importante, porque servirá para ver cuál es el estado de las artes en el mundo en este tipo de índices. Lo más importante es que es un esfuerzo superador respecto de lo que hoy tenemos.

–¿El IPC nacional aspira a ser un nuevo índice de referencia?

–Hoy tenemos un índice que mide solamente Capital y GBA y la verdad es que el país es mucho más que eso, sobre todo en esta época en que ha habido tanto crecimiento en el interior. Si logramos construir un índice superador podrá reemplazar lo que tenemos. Pero es todo un trabajo, no se hace de un día para el otro.

Uno de los objetivos del nuevo IPC nacional es “homogeneizar la metodología y la línea de trabajo con las provincias, para que los índices sean compatibles”, definió Boudou. Se trata de una transformación significativa, ya que en la actualidad las direcciones de estadísticas de los distritos del interior se manejan con criterios diferenciados. Esa es la razón por la cual se observa tanta disparidad en las cifras entre ellas, y sobre todo respecto al IPC GBA, aunque en este caso también pesan las sospechas de subestimación de la suba de precios.

Una de las incógnitas que se abren es si las provincias aceptarán el cambio para adaptarse al índice nacional. Para el gobierno federal sería una forma de neutralizar las críticas que recibe el Indec cuando se compara su índice de inflación con los del interior, por más que las comparaciones no sean técnicamente apropiadas.

Boudou explicó que el nuevo IPC nacional será distinto al proyecto que se discontinuó en 2008, porque en ese caso “lo que se hacía era utilizar algunos índices provinciales para armar un promedio”. “Nosotros queremos hacer algo más poderoso, queremos trabajar en una medición de alcance nacional y homogeneizar los trabajos con las provincias”, insistió.

El funcionario negó categóricamente que el asesoramiento técnico del FMI haya sido una imposición del Club de París para acceder a negociar la deuda en default o un gesto al propio Fondo para evitar eventuales sanciones al país por negarse a aceptar la revisión anual de la economía en el marco del artículo IV del organismo.

–¿Qué temas trató la semana pasada en Washington en la reunión que tuvo junto al canciller Héctor Timerman con el número dos del Fondo, John Lipsky?

–Estuvimos trabajando los temas vinculados con la agenda del G-20. Al FMI se le asignaron tareas importantes y se está empezando a delinear el trabajo que arranca en febrero. Además, aproveché para participar de la puesta en funciones del nuevo director ejecutivo por Argentina ante el Fondo, Alfredo McLaughlin.

En el Gobierno admiten que es necesario “administrar la relación con el Fondo” teniendo en cuenta el rol que le asignó el G-20. Para Argentina la participación en este grupo de países es estratégica y por ello se avanzó en el acuerdo técnico con el FMI por el IPC nacional. Boudou lo reconoció indirectamente cuando sostuvo ante este diario que su encuentro con Lipsky estuvo centrado en la cuestión del G-20. De todos modos, el funcionario aclaró que la idea de confeccionar el nuevo indicador de precios se viene trabajando con el Fondo desde 2007, en sucesivas reuniones entre las autoridades del Indec y su Departamento de Estadísticas. Esa tarea estuvo cerca de concretarse en mayo pasado, cuando el Gobierno ya tenía prácticamente definido el mismo acuerdo que se cerró esta semana, pero en ese entonces se evaluó que no era el momento político para dar el paso. Se quería esperar, entre otros motivos, al informe de las universidades que Boudou conocerá finalmente esta mañana.

–¿Por qué se eligió al FMI para que brinde apoyo técnico, siendo que carga con un gran desprestigio?

–Es muy importante aclarar esto. El FMI tiene dos facetas, una técnica y otra de políticas. Desde el punto de vista técnico consideramos que son los más adecuados para avanzar en esto. Es sólo una asistencia técnica. No tiene nada que ver con el artículo IV, que no lo estamos considerando. Nuestra posición respecto de las políticas del FMI no cambia ni un centímetro. Por eso dije que no nos bajamos los pantalones. Nosotros seguimos diciendo que las políticas que propone el FMI son las que llevaron al país por los peores caminos desde la dictadura militar al desastre de la Alianza: endeudamiento, ajuste, desprecio por el sector público, desindustrialización, precarización laboral, el desastre de las AFJP y, para coronar, el famoso plan de déficit cero que fue un ajuste brutal que le sacó el 13 por ciento a los jubilados y a los empleados públicos. Son las mismas políticas que el FMI está forzando en Grecia y en Irlanda, que los llevan por un camino equivocado, porque harán sufrir más a la población y al mismo tiempo le sacarán capacidad de pago con los acreedores. El camino que propone el FMI es insensible, inútil y torpe. Los argentinos lo sabemos muy bien y no vamos a retornar por esa senda.

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Amado Boudou mira en la misma dirección que Raúl Scalabrini Ortíz, figura que se incluyó en el Palacio de Hacienda.
 
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