ECONOMíA › BONOS CON CUPON PBI AL TOPE, MERVAL EN EL PISO

El podio de los activos

Los acontecimientos internacionales regaron el año de incertidumbre para las operaciones financieras especulativas. Mal año para las acciones, con caídas locales del treinta por ciento.

El elevado ritmo de crecimiento de la economía apuntaló durante todo 2011 los precios de los bonos con cupón de ajuste por PBI, encabezando el podio de los rendimientos del año, con el 33,5 por ciento para la serie en dólares bajo ley de Nueva York. Los bonos lograron en promedio mantener los precios del año pasado, con una alza promedio de 3,8 por ciento. El panel de acciones, en cambio, concluyó con la segunda baja más importante de la última década –sólo superada por el desplome de 2008– en un contexto externo sumamente convulsionado. De hecho, salvo Wall Street, que avanzó 6,6 por ciento, todos los mercados internacionales de referencia del argentino cerraron en rojo. El promedio de las acciones locales perdió un 30,1 por ciento. El volumen negociado en títulos y acciones fue levemente superior al del año pasado. El aumento estuvo explicado por una mayor participación de operaciones con bonos, la cual avanzó 21 por ciento.

El año para la Bolsa porteña se presentaba prometedor, sobre todo con el nivel de ganancias que había finalizado 2010, donde algunos activos permitieron hasta triplicar el dinero comprometido. Es así que el 3 de enero el MerVal, panel que reúne a las firmas líderes, batía su máximo histórico, medido en dólares, el cual se remontaba a 1992. El primer bimestre del año no hubo mayores tensiones para el mercado local, más allá del nerviosismo mundial que generó la denominada Primavera Arabe. Sin embargo, el primer fuerte coletazo llegó el 10 de marzo, de la mano del terremoto y posterior tsunami y alerta nuclear en Japón. Los interrogantes acerca del costo de esta catástrofe natural y de su impacto en el resto de las economías globales provocaron un duro desplome de los indicadores accionarios internacionales y local.

Le siguieron dos nuevos desplomes globales, ambos vinculados con Estados Unidos. La calificadora de riesgo Standard & Poor’s redujo la perspectiva de la deuda estadounidense y luego su calificación crediticia. El recorte en la nota llevó a una dura caída de los indicadores, que se extendió por más de dos meses hasta que los miembros de la Eurozona acordaron incrementar el fondo de rescate financiero para la región y una quita del 50 por ciento de la deuda griega. A partir de ese momento, comenzó para las acciones y bonos locales una importante recuperación, la cual quedó interrumpida por la corrida cambiaria impulsada por el establishment financiero como respuesta a los mayores controles de la AFIP a la compra de moneda extranjera (ver aparte).

Este conjunto de factores determinó un mal año para los papeles privados locales e internacionales. El índice neoyorquino Dow Jones finalizó como refugio de los inversores, pese a los problemas con la deuda estadounidense, siendo el único relevante que cerró en alza. Las Bolsas en el Viejo Continente, cuyas economías se vieron fuertemente golpeadas por problemas fiscales y presupuestarios, concluyeron con un retroceso promedio del 20 por ciento. El MerVal finalizó con un retroceso de 30,1 por ciento. Fuera de esa muestra, se destacaron las caídas de los papeles del Banco Hipotecario (55,8 por ciento) y de Grupo Galicia (52,1). Dentro del MerVal 25, los papeles de Molinos fueron los únicos en alza, con un 8,2 por ciento.

Los títulos públicos dominaron el ranking. A pesar de que en promedio la suba fue reducida, se destacan casos puntuales. El podio quedó completado por las tres series de cupones de PBI en dólares, con aumentos de entre 33,5 y 29,8 por ciento, según la legislación con la que se realizó la emisión. Escoltaron los Bonar 2015 y 2014, con incrementos de 28,5 y 27,8 por ciento respectivamente. La seguidilla se interrumpe con los papeles de Repsol YPF –dentro del panel general–, que obtuvo una ganancia de 26,8 por ciento. El dólar volvió a ser una mala elección para los ahorristas, ya que concluye con una apreciación de apenas 7,7 por ciento; eso sin tomar en cuenta el spread entre el valor de venta, de 4,32, y el de compra, 4,28. Incluso, los plazos fijos ofrecieron un rendimiento superior al billete verde, con tasas de hasta 18 por ciento en el caso de inmovilizaciones mayoristas.

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La Bolsa local acompañó la tendencia bajista mundial, pero con una caída más pronunciada.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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