ECONOMíA › EL PRECIO DE LA HARINA TODAVíA NO BAJó EN LA MISMA PROPORCIóN EN QUE LO HIZO EL TRIGO

En la panera falta acomodar las piezas

Después de la intervención oficial con la Ley de Abastecimiento, apareció el trigo y descendió el precio. La harina no retrocedió tanto y, por consiguiente, las tensiones se mantienen. El papel de la baja cosecha y de la especulación.

 Por Javier Lewkowicz

La oferta de trigo mejoró después de la intervención del Gobierno a través de la Ley de Abastecimiento, aunque el mercado no termina de acomodarse y los valores del cereal y la harina no bajaron todo lo esperado. Analistas advierten que en primer lugar las dificultades en el mercado triguero se explican a partir de los malos resultados de la cosecha, sobre lo cual se montó un comportamiento especulativo, con móviles que para panaderos y algunos productores tienen incluso un tinte político. La próxima campaña –coinciden el Gobierno y el sector privado– será buena, lo que redundaría en una firme baja de precios.

El peor momento en el mercado interno del trigo tuvo lugar en la última semana de junio, cuando el precio llegó a los 500 dólares la tonelada, más de 2600 pesos. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, decidió días después aplicar la Ley de Abastecimiento, que generó un cimbronazo en el sector y motivó un crecimiento de la oferta y una baja del precio hasta los 385 dólares, para luego acomodarse en 400 dólares, unos 2100 pesos. El trigo luego bajó hasta 1800/2000 pesos, aunque ayer las operaciones superaban los 2000 pesos. Fuentes del mercado consultadas por este diario marcan que las operaciones existen pero no son tan fluidas como lucían apenas Moreno plantó la amenaza de decomisar trigo. De hecho, en el Mercado a Término de Buenos Aires, donde no todos los productores operan, el trigo a futuro para fines de julio muestra un crecimiento.

El cereal sigue siendo 100 dólares más caro que en Francia y 150 dólares superior al de Estados Unidos. Los molinos tienen suficiente stock, pero las operaciones se concretan a precios todavía relativamente altos. En línea con la evolución del trigo, la bolsa de harina de 50 kilos pasó de 150 a 250 e incluso llegó hasta 300 pesos, para luego bajar hasta un precio que ronda entre 220 y 240 pesos incluyendo impuestos en la actualidad.

“Lo importante es que no suba la harina”, indica José Alvarez, del Centro de Industriales Panaderos de Buenos Aires. Ubica un precio “normal” en unos 180 pesos. Explicó también que el pan felipe de cinco piezas a 10 pesos se está vendiendo en muchos puntos del país, a partir del acuerdo de parte de los molineros para que coloquen en las panaderías el 10 por ciento a un precio de 150 pesos la bolsa de 50 kilos.

Son varias las explicaciones que plantean empresarios del sector y funcionarios del área ante la pregunta de por qué surgió la problemática en el mercado. En primer lugar, la cosecha de trigo fue mala. El área sembrada fue menor con respecto a años anteriores a partir de desincentivos en términos de rentabilidad frente a otros cultivos. La cebada, por ejemplo, atrajo a muchos productores. Su demanda creció por parte de las cerveceras y para exportación como forraje ante la escasez de trigo estadounidense. Pero además el clima el año pasado no acompañó, porque en primavera se registraron intensas lluvias, que complicaron este tipo de cultivos invernales mucho más que la sequía. Por eso, parte del cereal cosechado no tiene la calidad que suele exigir la molinería.

El trigo más afectado fue el de la zona norte de la provincia de Buenos Aires y de Santa Fe, aquel que está más próximo al sector molinero, por lo que suele destinarse para el mercado interno. En cambio, el trigo de la zona sur de la provincia no salió perjudicado, pero el traslado hasta los molinos del norte supone un sobrecosto. Además, sobre una menor oferta real se montó un comportamiento especulativo de parte de distintos actores del sector para sostener el precio en un nivel alto.

El precio del trigo a enero de 2014 es de 192 dólares la tonelada. Eso sugiere que el mercado espera una baja en línea con las buenas perspectivas de la presente campaña. El área sembrada fue un 10 por ciento superior, pero la cosecha podría crecer hasta un 30 por ciento. El mercado calcula que se obtendrán unos 12,5 millones de toneladas de trigo, frente a los 9,5 millones cosechados este año.

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“Lo importante es que no suba la harina”, indican desde el Centro Industrial de Panaderos de Buenos Aires.
 
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