ECONOMíA › NORMA BOERO, PRESIDENTA DE LA COMISIóN NACIONAL DE ENERGíA ATóMICA

“Es una joya en las manos”

La funcionaria destacó el avance del plan nuclear en los últimos años y recomendó al próximo presidente que continúe con esa política de Estado porque “nos abre puertas en todo el mundo”. El balance de la reunión en Viena.

 Por Claudio Scaletta

Página/12 En Austria

Desde Viena

Para la delegación argentina, la reunión anual del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) es una oportunidad para cerrar acuerdos comerciales y de cooperación técnica. En los últimos días se vendieron reactores de investigación, de producción de radioisótopos, se pactó asistencia técnica y programas de capacitación. Y un dato no menor, se acordaron nuevas importaciones de uranio. En este marco, Página/12 dialogó con Norma Boero, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

–¿Es posible sintetizar las transformaciones de la CNEA en los últimos doce años?

–Voy a darle un ejemplo muy claro. Cuando vine a la OIEA hace ocho años a mi primera conferencia general no había stand, no teníamos espacio. Hoy tenemos este lounge enorme que está a full con reuniones bilaterales de nuestras empresas. Somos mucha gente trabajando y eso es porque se relanzó el plan nuclear. La CNEA triplicó la cantidad de profesionales y técnicos, bajamos el promedio etario a 42, 43 años. Quiere decir que tenemos futuro. Espero que el próximo Presidente también sea nuclear, porque a todos los lugares del mundo que vamos lo nuclear nos abre puertas. Que sepa que tiene una joya en sus manos.

–¿La relación con China es lo más importante para el mediano plazo?

–Es lo más grande y lo que más se ve, pero en este momento se están realizando un montón de actividades a las que la Argentina fue invitada. Charlas sobre medicina nuclear, sobre control de plagas. Normalmente cuando se habla de energía atómica se cree que se trata solo de un reactor nuclear que genera energía o muchos simplemente lo relacionan con una bomba atómica. Argentina sólo trabaja en los usos pacíficos de la energía nuclear. Durante 65 años demostró que somos uno de los países que podría haber fabricado la bomba, pero somos reconocidos en todo el mundo por nuestra conducta. Los usos no pacíficos nunca estuvieron en nuestros objetivos políticos.

–¿Cuáles son los usos locales de lo nuclear?

–Además de la generación de energía con las centrales, están las aplicaciones de la tecnología nuclear. Por ejemplo, tuvimos una reunión aquí sobre el seguimiento por medio de isótopos de los flujos de los ríos. Ahora estamos haciendo un estudio hidrológico de cómo escurren las cuentas de la provincia de Mendoza. Está el control de plagas, la irradiación de productos médicos. Otra cosa por la que estamos luchando y estamos a punto de que se apruebe es la irradiación de alimentos. Por ejemplo, hoy está aprobado irradiar especias. Se las pasa por una dosis muy baja, como una fuente de cobalto, y se matan todos los hongos, larvas y bacterias. Entonces estamos ampliando la calidad de alimentos que es posible irradiar. Esto sirve, por ejemplo, para exportar. Un arándano que pasa por un sistema de radiación tiene una duración, un tiempo de vida mucho mayor, lo que permite exportarlo a países que están muy lejos, como China, que quiere comprarnos limones frescos y tiene el problema de los tiempos de transporte y de plagas. Esto no sólo se hace con los alimentos, sino también con todo el material estéril. Otra de las tareas de la CNEA es estudiar las radiaciones cósmicas en un proyecto conjunto con Europa y Estados Unidos en Mendoza.

–¿Qué exportan?

–Radioisótopos, plantas de fabricación de radioisótopos, combustibles para reactor de investigación, plantas de fabricación de elementos combustibles, una empresa de CNEA asociada a Pérez Companc en partes iguales exporta tubos de titanio para los Airbus, exportamos agua pesada, que se produce en Arroyito.

–¿Y la medicina nuclear?

–Es un proyecto que tomó forma en 2006, cuando Néstor Kirchner creó la Fundación de diagnóstico nuclear, en la que se da tratamiento tanto a obras sociales como a gente que no tiene ninguna cobertura, para que todos puedan alcanzar una medicina nuclear por imagen y radioterapia, no sólo para tumores cancerígenos, también cardiología, neurología. Se dio mucho impulso a la Fuesmen (Fundación Escuela de Medicina Nuclear) en Mendoza. Después fuimos a Oro Verde, en Entre Ríos, y ahí el Ministerio de Planificación aceptó el proyecto de llevar estos centros a todo el país. Así se crearon los centros de Santa Cruz y Formosa y están en desarrollo los de La Pampa, Santiago del Estero y Jujuy. En Bariloche, junto al Instituto Balseiro, vamos a hacer una escuela de investigación y desarrollo en este tipo de tecnología. Paralelamente construiremos un centro de protón terapia, un nuevo método para el tratamiento de tumores, que es único en Latinoamérica.

–En qué estado se encuentra la posibilidad de producir uranio localmente.

–Desgraciadamente tenemos que importar el uranio porque no logramos que nos dejen extraerlo en nuestro territorio con el argumento seudoambientalista de la contaminación. Hoy estamos perdiendo muchísimo dinero por importar uranio cuando nosotros lo tenemos, lo que además nos hace dependientes.

–¿Quiénes se oponen?

–Las provincias. Mendoza es la que más tiene; pero también hay en Salta, Chubut y Santa Cruz. Esos serían yacimientos explotables ya. Estamos haciendo prospección en otras provincias como Catamarca y La Rioja.

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“Espero que el próximo presidente también sea nuclear”, pidió Boero en diálogo con Página/12.
 
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