ECONOMíA › PROPUESTA DE LOS EMPLEADOS PARA SACAR A AIR MADRID DE LA CRISIS

Los trabajadores piden la palabra

Propusieron en España hacerse cargo de la compañía provisoriamente. La empresa, extrañamente, no se presentó en quiebra.

 Por Oscar Guisoni
Desde Madrid

A los trabajadores de Air Madrid la crisis de la empresa los agarró tan desprevenidos que ni siquiera contaban con representación sindical. Pero ayer dieron la sorpresa y se transformaron en actores principales del conflicto: propusieron inesperadamente hacerse cargo de la compañía hasta mediados de enero con el objetivo de salvar lo que queda de la aerolínea. Antes de que sea demasiado tarde.

La iniciativa proviene del actual gerente Pablo Morera, quien junto a un grupo de ejecutivos, pilotos y trabajadores de rango medio elevaron al Ministerio de Fomento un plan de viabilidad con el propósito de mantener la línea aérea en funcionamiento hasta que finalice la campaña de Navidad, el 15 de enero. Si el gobierno les acepta la propuesta, Air Madrid podrá contar antes del fin de semana nuevamente con su licencia de vuelo, aunque los que conocen los entresijos burocráticos de la aviación comercial en España dudan de que esto sea posible en un plazo tan breve.

Mientras tanto, el principal accionista, el misterioso empresario hotelero José Luis Carrillo, continuó ayer con su estrategia del avestruz. No apareció ante los medios de comunicación y tampoco desmintió públicamente la propuesta de los trabajadores, ni siquiera después de que éstos afirmaran que estaba dispuesto a cederles gratuitamente todas las acciones de la línea aérea para que pudieran llevar adelante su propuesta de salvataje.

Los 1300 empleados de Air Madrid se quejaron también ayer de la falta de información por parte de la empresa, que ni siquiera les advirtió del imprevisto cierre llevado a cabo el viernes. “Es una vergüenza”, se quejaba ayer por la tarde María, una administrativa de la compañía. “De todo nos tenemos que enterar por los medios, porque para los empresarios parece que ni siquiera merecemos un comunicado interno. No sabemos a qué atenernos.”

En la propuesta presentada por Pablo Morera al Ministerio de Fomento se especifica que la gestión por parte de los trabajadores sólo sería provisional, hasta que se pudiera encontrar un accionista capaz de inyectar el dinero que la empresa necesita para ponerse en marcha nuevamente. Ayer por la tarde corrió fuerte el rumor de que la agencia de viajes Marsans sería una de las principales interesadas en quedarse con la empresa.

La situación, de todas maneras, continúa siendo anómala. Según fuentes gubernamentales consultadas por Página/12, ayer se esperaba en Madrid que la compañía presentara formalmente la quiebra. Pero ello no ocurrió. El abogado de la empresa, Pascual Pérez Ocaña, explicó que la medida no se ha tomado todavía porque se está a la espera de saber qué hará la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) con los 7,5 millones de euros en concepto de pago de billetes pertenecientes a la aerolínea que tiene retenidos.

A última hora de la tarde se supo que la IATA iba a destinar esa cifra a garantizar la devolución de los pasajes comprados en España a partir del 1° de noviembre pasado, dando prioridad a los pasajeros que habían adquirido sus billetes a través de las agencias de viaje. Mucho peor lo tienen aquellos que han comprado pasajes a través de Internet. Si Air Madrid presenta esta semana la quiebra es muy probable que estas personas pierdan todo su dinero. Esto se debe a que el IATA retiene durante dos meses sólo el dinero que ingresa a las compañías aéreas a través de las agencias. Los pagos on line van a parar directamente a la empresa.

El escándalo está tomando tales dimensiones que ya han surgido voces en Madrid que se preguntan acerca de la validez y los riesgos de una legislación que permite todo este tipo de desmanes en el mercado de la aviación comercial. Las agencias de viaje fueron las primeras en salir al ruedo ayer a través de Aedave (Asociación Empresarial de Agencias de Viaje Españolas), que recordó que el sector viene reclamando desde hace tiempo a la Unión Europea que les exija a las aerolíneas la constitución de un fondo de garantía para evitar este tipo de imprevistos, similar al seguro que las agencias de viaje tienen constituido con ese objetivo.

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No levanta vuelo. La suerte de Air Madrid parecía echada, pero apareció una propuesta.
 
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